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El techo del placer: las barreras que impiden a las mujeres experimentar un buen orgasmo
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El techo del placer: las barreras que impiden a las mujeres experimentar un buen orgasmo

Muchas mujeres no son capaces de disfrutar de su sexualidad y de experimentar un orgasmo con normalidad. Y les ocurre por alguna de estas razones

Foto: Las dificultades para alcanzar un orgasmo son similares entre las mujeres. (iStock)
Las dificultades para alcanzar un orgasmo son similares entre las mujeres. (iStock)

Muchas mujeres no son capaces de disfrutar de su sexualidad y de experimentar un orgasmo con normalidad, según cuenta la psicóloga Lisa Firestone, que se basa en las innumerables mujeres con este tipo de problemas a las que ha tratado. La presión, el miedo a decepcionar, a la intimidad o a sentirse sucias son algunos de los obstáculos que separan a estas mujeres de un goce sano y placentero de su sexualidad.

¿De dónde vienen esas actitudes destructivas? Firestone cree que en la respuesta a esa pregunta está el primer paso para poder lidiar con este tipo de paralización, y expone en un artículodel Psychology Today lo que ella considera que son los principales orígenes para este tipo de incapacidad sexual.

1. Las experiencias tempranas

Los inicios de nuestra sexualidad se remontan casi a los inicios de nuestra vida, y las experiencias de la infancia, así como las primeras experiencias sexuales, pueden influir claramente en nuestra actitud en la cama. Así, es importante intentar que nuestras primeras experiencias sexuales se den en un ambiente conocido y saludable, ya que si estas resultan mal en algún modo es muy probable que paguemos las consecuencias en el futuro.

2. La imagen del cuerpo

A menudo las mujeres se sienten acomplejadas por no tener un cuerpo perfecto, hecho que también halla su origen en la actitud que tuvieran con nosotros nuestros padres. Si no se nos aporta seguridad y amor en la infancia, es probable que nos sintamos más tarde avergonzados o inseguros de nuestro cuerpo. El no estar cómodo con el mismo es una de las principales trabas para disfrutar del sexo. La imagen negativa de nuestro cuerpo puede aparecer en nuestra mente durante el sexo. Pero no debemos estar en nuestra cabeza, pensando qué pensará la pareja, sino en nuestro cuerpo, simplemente divirtiéndonos con el mismo y dejándonos llevar.

3.El sentimiento de culpa

Es también común el sentimiento de culpa acerca de la sexualidad. Se trata de gente que, a menudo sin saber por qué, se siente sucia o culpable, o considera que lo que está haciendo no es ni correcto ni bueno. Aún hoy en día muchos niños reciben el mensaje de que el sexo es pecaminoso o inmoral, lo que puede generar muchos conflictos en la adultez a la hora de abordar la parte sexual de nuestras vidas.

4. Miedo a la independencia

Firestone afirma que muchas mujeres con las que ha trabajado han sentido que, cuando se hallaban en un momento de fuerte conexión emocional y de intimidad sexual con un hombre, sentían cómo se rompía su ligazón o su sentimiento de seguridad para con sus madres. En este sentido, muchas mujeres temen madurar, independizarse y cortar los lazos (en el sentido saludable de la expresión) con su familia, de modo que eluden la intimidad. Aunque estos sentimientos suelen ser muy inconscientes, afectan notablemente a la parte sexual de las relaciones de pareja.

5. Los traumas

Por supuesto, las experiencias de rechazo o maltrato en la juventud pueden provocar que, cuando alcanzamos esa combinación de intimidad sexual y emocional, lo que sintamos es tristeza.Cuando hay traumas con los que lidiar, si nos permitimos abandonarnos al presente y estar en contacto con nuestro cuerpo durante el sexo puede que nos acose una insoportable tristeza. Así, retenemos el entregarnos por completo para evitar estos sentimientos negativos.

Un problema en las relaciones comprometidas

Todos estos factores, de gran calado psicológico, pueden explicar por qué algunas mujeres están más cómodas manteniendo relaciones sexuales esporádicas, en las que la implicación es nula y el riesgo cero. Sin embargo, cuando se embarcan en una relación seria y de compromiso, los problemas salen a flote. Así, lo que nos hace no entregarnos por completo y disfrutar libremente de nuestra sexualidad suele estar relacionado con la inseguridad, los complejos y el miedo a sentirnos vulnerables y que nos hagan daño.

En ese sentido, Firestone considera que lo primero es empezar por uno mismo y superar los propios problemas de autoestima, inseguridad o miedo (que, por supuesto, no sólo afectan a nuestra vida sexual).

En lo que se refiere al propio acto sexual, debemos intentar estar físicamente en el mismo, no distraernos con pensamientos negativos que sabotean la intimidad en la cama.

Además, es importante no torturarse: todos tenemos limitaciones, traumas (grandes o pequeños), sentimientos con los que es difícil lidiar o inseguridades. Una vez hagamos caso omiso a estos problemas y nos entreguemos con seguridad, podremos disfrutar de una relación satisfactoria a todos los niveles. También en el sexual.

Muchas mujeres no son capaces de disfrutar de su sexualidad y de experimentar un orgasmo con normalidad, según cuenta la psicóloga Lisa Firestone, que se basa en las innumerables mujeres con este tipo de problemas a las que ha tratado. La presión, el miedo a decepcionar, a la intimidad o a sentirse sucias son algunos de los obstáculos que separan a estas mujeres de un goce sano y placentero de su sexualidad.