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Trucos para ahorrar en la cesta de la compra
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Trucos para ahorrar en la cesta de la compra

Un apreciable porcentaje de nuestros ingresos es destinado a comida y bebida. Hay formas de rebajar el gasto en ese apartado sin renunciar a lo bueno. Te las contamos

Foto: Un supermercado madrileño anuncia los descuentos de la semana. (Susana Vera/Reuters)
Un supermercado madrileño anuncia los descuentos de la semana. (Susana Vera/Reuters)

Según la Encuesta de Presupuestos Familiares, los hogares españoles destinan al año 4.241 euros para comprar comida y bebida. Esto supone un 14,4% de todos sus gastos: la segunda mayor partida después de la vivienda. La buena noticia es que, al contrario que la vivienda, ahorrar en la cesta de la compra está al alcance de todos, y sólo requiere una cierta planificación. Comer de forma saludable es, de hecho, más barato que comer mal, pues los alimentos frescos suelen ser más asequibles que los procesados.

Si bien el estallido de la crisis fue nefasto para la mayoría de las familias, tuvo algunas consecuencias positivas para el consumidor, entre otras el estancamiento del precio de la cesta de la compra. Un estancamiento que, por desgracia, parece haber finalizado. Según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en 2013 las principales cadenas de supermercado subieron un 2,9% de media los precios de los productos de la cesta de la compra, un porcentaje que casi triplica el de 2012.

No son los productos básicos los que hacen que nos gastemos más dinero del que debemos, sino todos aquellos que no compramos dónde y cuándo deben comprarse

No todo son malas noticias. Si bien al consultar la lista de Índice de Precios de Consumo (IPC) vemos productos que han subido bastante en lo que va de año (como los frutos secos o la leche), otros han bajado notablemente de precio (es el caso de los huevos, el aceite, las frutas frescas o el azúcar).

En cualquier caso, para hacer nuestra compra semanal de forma inteligente, poco importa lo que se haya encarecido uno u otro producto (no vamos a renunciar a la leche sólo por que sea un 4% más cara que el año pasado). No son estos productos básicos los que hacen que nos gastemos más dinero del que debemos, si no todos aquellos que no compramos dónde y cuándo deben comprarse, o que compramos por puro capricho.

Puedes ahorrar mucho dinero en la cesta de la compra si sigues estos consejos:

1. Haz una lista detallada

Parece una obviedad, pero muchísimas personas van a hacer la compra sin saber de antemano qué es lo que necesitan. Hacer una lista de la compra es el requisito número uno para que no se nos vaya la mano en el supermercado. Antes de salir de casa ordena la despensa, el frigorífico y el congelador, y mira bien qué necesitas. Es importante calcular el espacio que tienes. Quizás necesitas modificar el menú para ir consumiendo los alimentos que tenías almacenados antes de comprar unos nuevos.

Compra sólo lo que necesites. No tirar comida es la clave del ahorro. Y tiramos mucho más de la que pensamos. Según Acción Contra el Hambre los españoles tiramos al año el 20% de la comida que compramos. Y esto también es dinero que perdemos.

2. Compra el miércoles y a última hora de la tarde

Todos los supermercados renuevan sus ofertas un día concreto de la semana, y la mayoría de ellas lo hacen el miércoles. Entérate qué día publica el folleto semanal el centro al que sueles ir a hacer la compra, y estudia si alguna de las promociones se adapta a tus necesidades. Quizás en ese momento no te viene bien ninguna, pero si la oferta es buena puedes plantearte comprar y congelar o modificar el menú que tenías planeado. Los supermercados low-cost realizan descuentos semanales muy agresivos, y si planificas bien la compra puedes sacar ventaja de estos.

Muchos supermercados reducen los precios de los productos frescos a última hora de la tarde, cuando quedan uno o dos días para que caduquen. Se trata de alimentos que siguen en perfecto estado, pero que debes consumir en sólo 24 horas o congelar. Los descuentos sobre este tipo de productos alcanzan hasta el 30%, por lo que puedes ahorrar bastante.

3. Establece un límite

Antes de hacer la compra semanal tienes que saber con qué presupuesto cuentas. Establece un límite y no salgas de éste. Si al llegar a la caja lo has sobrepasado devuelve los productos que no necesites. Seguro que has acabado comprando alguna cosa que no estaba en la lista de la compra. Es el momento de que la devuelvas.

4. Nunca vayas a comprar con tus hijos

A muchos niños les encanta acompañar a sus padres a hacer la compra, con la excusa de que te van a ayudar a llevar las bolsas, pero la realidad es que quieren que compres lo que a ellos les apetece. Y lo que les apetece es, por lo general, lo menos saludable y más caro. Los niños son tremendamente impulsivos y te darán la lata al máximo para que acabes comprando aquello a lo que han echado el ojo. Por muy duro que seas acabarás comprando algo con lo que no contabas sólo para que se callen.

5. Compra productos de temporada

Los alimentos frescos son siempre más baratos cuando están en temporada y, además, es el momento en que están más buenos y tienen sus propiedades nutricionales intactas. Para ahorrar al máximo hay que ser paciente con los productos de estación, que cada vez llegan antes al supermercado. Aunque en abril ya hay fresas o cerezas en algunas tiendas, estas son mucho más caras que cuando el producto está en plena temporada, a partir de finales de mayo. Lo mismo ocurre con los cítricos cuando se acerca el invierno. Recuerda que también hay temporadas mejores y peores para comprar distintos pescados y carnes.

placeholder ¿De verdad necesitas todo lo que estás comprando? (Susana Vera / Reuters)

6. Si puedes, compra a granel

De un tiempo a esta parte prácticamente todos los productos del supermercado se ofrecen previamente envasados. Puede que ahorremos tiempo si compramos las bandejas de carne, pescado o embutido previamente etiquetadas, pero se ahorra más comprando los productos a granel, pues controlamos más la cantidad que nos llevamos. En lo que respecta al fiambre, además, los productos envasados suelen tener un precio por kilo más elevado que los recién cortados.

7. No temas a los congelados

Cuando los nutricionistas insisten en que consumamos la mínima cantidad posible de alimentos procesados eximen siempre a los congelados. Si los alimentos han sido recogidos y congelados en el acto no pierden ninguna de sus propiedades, y pueden ser incluso más saludables que muchas de las verduras o pescados que llegan al mostrador días después de haber sido recogidos. Congelar en casa también es una buena manera de no desperdiciar comida, aprovechar las ofertas (podemos comprar más cantidad de la que necesitamos en ese momento si congelamos parte de la compra) y organizarnos mejor.

8. No visites el supermercado con hambre

Aunque este punto es difícil de cumplir (no todo el mundo puede elegir el momento en que va a hacer la compra), lo ideal es evitar ir al supermercado justo antes de comer o cenar. Si hacemos la compra con hambre acabaremos llenando el carro más de lo necesario, pues siempre nos parecerá que nos estamos llevando poca cantidad.

9. Mira siempre el precio por kilo

Se trata de otra obviedad, pero que mucha gente no tiene en cuenta. Nunca hay que fijarse en los precios señalados en grande en los supermercados, sino en la letra pequeña, donde se indica el precio por kilo. Es esa la cifra que vale, y la que nos permitirá conocer cuánto cuestan las cosas de verdad. Hoy en día, por ejemplo, se han puesto de moda los paquetes de embutido a un euro. Parecen baratos, pero tienen un precio por kilo carísimo en comparación con el que podemos encontrar en cualquier charcutería.

10. Aprovecha los planes de fidelización

La mayoría de cadenas ofrecen descuentos especiales a los clientes que ofrecen una serie de datos personales para obtener una tarjeta de descuento. Aunque no merece la pena que nos hagamos socios de todos los supermercados del barrio, si solemos ir siempre a un establecimiento en concreto nos interesa apuntarnos a este tipo de planes, pues se obtienen buenos descuentos. Nunca debemos comprar en función de lo que aparezca en nuestros vales, pero si estos coinciden con lo que pensábamos llevar a casa, bienvenida sea la rebaja.

11. Lleva las bolsas de casa

En la actualidad, la mayoría de supermercados cobran por las bolsas y, aunque estas son muy baratas, si no las reaprovechamos constituyen un gasto inútil, que podemos evitar acostumbrándonos a llevar el capazo o carrito de casa.

12. Revisa el tique de todas las compras

Por último, pero no menos importante, ten la costumbre de revisar siempre el tique de compra antes de abandonar la tienda. Los cajeros se equivocan mucho más de lo que creemos y el propio sistema puede fallar a la hora de, por ejemplo, aplicarnos una promoción de 3x2. Una vez que salgas de la puerta del establecimiento reclamar es más complicado.

Según la Encuesta de Presupuestos Familiares, los hogares españoles destinan al año 4.241 euros para comprar comida y bebida. Esto supone un 14,4% de todos sus gastos: la segunda mayor partida después de la vivienda. La buena noticia es que, al contrario que la vivienda, ahorrar en la cesta de la compra está al alcance de todos, y sólo requiere una cierta planificación. Comer de forma saludable es, de hecho, más barato que comer mal, pues los alimentos frescos suelen ser más asequibles que los procesados.

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