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18 errores del lenguaje futbolero que debes conocer para no meter la pata hoy
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18 errores del lenguaje futbolero que debes conocer para no meter la pata hoy

Pase lo que pase en el estadio de Da Luz, podemos aventurar que habrá un gran perdedor. Y no, no se trata ni del Madrid ni del Atlético, sino del diccionario

Foto: Aunque no siempre lo parezca, los futbolistas también leen. O, al menos, escriben libros sobre ellos. (Efe/Mondelo)
Aunque no siempre lo parezca, los futbolistas también leen. O, al menos, escriben libros sobre ellos. (Efe/Mondelo)

Pase lo que pase este sábado en el estadio de Da Luz en Lisboa, podemos aventurar que habrá un gran perdedor. Y no, no se trata ni del Real Madrid ni del Atlético, sino del diccionario, que durante las dos horas que dure el partido será arrastrado por el fango, pataleado y vapuleado, y no únicamente por los efusivos usuarios de las nuevas tecnologías y que prefieren “contratakar” a “contraatacar”, sino también por todo tipo de periodistas deportivos.

Pero, ¿realmente hablan tan mal los locutores de radio y televisión, o se trata simplemente de un mito? Hay quien, de hecho, ha puesto en valor su papel como creadores de lengua. Es el caso de los participantes en el seminario sobre Periodismo y Lenguaje celebrado en San Millán de la Cogolla en 2012, que llegó a la conclusión de que “el lenguaje deportivo crea más que destruye”.

El gran pecado de la prensa deportiva puede ser, en todo caso, su falta de creatividad y su obsesión por repetir frases hechas y expresiones de moda: “arañar segundos al cronómetro”, “dejar un recado”, “gol de la honra”, “sacar petróleo de una jugada”, “cerrar el partido”, “salir a por uvas”, “tener un guante en el pie”, “quitar las telarañas de la escuadra”… Lugares comunes que, no obstante, echan mano de los sentidos figurados del castellano y que, porla velocidad exigida por la locución deportiva, es lógico utilizar.

Diversos libros, como El deporte correctamente hablado de Julio Bernárdez García (Universidad de Oviedo) o Tendencias en el lenguaje deportivo actual (Visión Libros) de Néstor Hernández Alonso están dedicados por completo al lenguaje deportivo, tan inspirado por el militar y el marinero. Pero no son los únicos: Fundéu BBVA ha publicado durante los últimos dos años una serie de artículos en los que aclara alguna de las dudas más frecuente sobre este tema. A continuación, recogemos algunas de las expresiones que suelen dar lugar a mayores confusiones. Apréndelas y así no te meterás un gol en propia puerta.

“Salió por línea de fondo”: ¿qué ocurre con los artículos?

Una de las costumbres que se han arraigado con más fuerza durante los últimos años ha sido la de eliminar artículos y demostrativos, ¿quizá por influencia del inglés? Como señala Fundéu, el resultado son expresiones un tanto “atarzanadas”, como “remató con pierna derecha” (¿por qué nadie diría, en cambio, “remató con cabeza”?), quizá como influencia del taquigráfico lenguaje oral de la retransmisión (“pase al centro, disparo, parada...”). Lo recomendable es utilizar el artículo.

Los penaltis se transforman, pero los goles no

Según la cuarta acepción del diccionario de la RAE, “transformar” significa “en fútbol, lograr un gol en la ejecución de un penalti o una falta”. Hay que recordar que una cosa se transforma en otra, por lo que lo correcto sería señalar que“David Villa transformó el penalti en el primer gol del partido”, no “David Villa transformó el penalti”. En ningún caso, “el gol fue transformado al filo de la primera parte”.

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Jugón

Que Dios tenga en su gloria a Andrés Montes, pero David Gallego se muestra muy poco convencido de que “jugón” sea un término apropiado. ¿Por qué? Porque el sufijo “on”, acompañando a un verbo suele tener un sentido peyorativo: “chupón”, “mirón”, “comilón”… (bueno, quizá “ligón” sea la excepción).

Crac

Sí, crack sí figura en el diccionario de la RAE, tanto como “droga derivada de la cocaína” (creo que no nos referimos a esto) como “deportista de extraordinaria calidad”. Es preferible, no obstante, utilizar “crac”, puesto que “crack” es ajena al sistema gráfico español.

Trivote

Uno de esos neologismos que serán aplaudidos por los más liberales y rechazados por los más conservadores, hay algo fuera de toda duda: que el proceso de generación del término resulta, cuando menos, discutible, ya que utiliza el prefijo “tri” para indicar “tres”… Cuando en “pivote” no hay ningún prefijo que signifique “dos”, como podría ser “bi”.

Balón dividido

Un término sometido a discusión en el blogLa verdad del deporte, y que recurre a la metonimia y a cierto grado de figuración: por supuesto, no es el balón el que se divide, sino que se encuentra en disputa entre dos jugadores de distintos equipos. Queda al gusto del hablante plantear si resulta demasiado figurativo o si, por el contrario, se considera un inspirado uso del lenguaje.

“Diego Costa entrena correctamente”

Créanlo o no, “entrenar” es un verbo transitivo, lo cual quiere decir que necesita obligatoriamente un complemento directo. “Simeone entrena al Atlético”, por lo tanto, es correcto, pero no lo sería “el Real Madrid entrena”; mejor introducir un “se” y escribir “el Real Madrid se entrena”.

Victoria pírrica

Aunque haya quien lo piense, esta expresión no tiene nada que ver con José Martínez Sánchez, “Pirri”, sino con Pirro, rey de Epiro, quien después de una batalla dijo “otra victoria como esta y volveré solo a casa”. Es un buen ejemplo de esas expresiones extraídas de la jerga militar que suelen utilizarse con un significado incorrecto. Por lo general, para expresar que un partido se ha ganado por una diferencia de muy pocos tantos: “el Atlético consiguió una victoria pírrica en el último minuto”. Sería aceptable, no obstante, en caso de que el equipo vencedor hubiese sufrido un gran número de bajas –por lesión, se entiende– entre sus filas. Su uso fue reflejado ya en 1982 por El dardo en la palabra de Fernando Lázaro Carreter.

Remontar

Hay quien se toma muchas libertades con la lengua y afirma que “el Madrid ha remontado el partido con el gol del empate”. Buen intento, pero no cuela: la remontada es sólo aquella situación en la que se da la vuelta al marcador (¡otra frase hecha!), no una igualada.

Las faltas no se señalizan

No es lo mismo “señalar” que “señalizar”, y los árbitros suelen hacer lo primero y raramente lo segundo, salvo que por iniciativa propia coloque un cartel a la salida de los vestuarios “señalizando” el camino al césped. El término correcto es “señalar”, es decir, “llamar la atención sobre alguien o algo, designándolo con la mano o de otro modo”.

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“La defensa ha hecho aguas”

Ya hemos dicho que los periodistas deportivos parecen influidos por la jerga militar, pero en este caso, parece que también por la médica. Efectivamente, se rompe aguas, pero las cosas no “hacen aguas”, sino que “hacen agua”. Si bien el diccionario admite la primera expresión como sinónima de la segunda, dado que “hacer aguas” significa “orinar”, mejor no dar pie a posibles confusiones.

“Tener la posesión del balón”

Una expresión altamente redundante que, no obstante, se utiliza con gran frecuencia. Como explica David Gallego, “lo más lógico es ahorrar energías” y admitir que es preferible, si no queremos recargar nuestro estilo, escribir “tener el balón”. Tendemos a hablar de “posesión” puesto que es el nombre que recibe dicha estadística cuando aparece recogida en la televisión.

Utilero

A pesar de lo que sugieren los 142.000 resultados que arroja la búsqueda de “utillero” en Google, dicha palabra no existe. Debe emplearse “utilero”, con una sola “l”, para designar a “la persona que se encarga de los menesteres de servicio de los jugadores de fútbol”.

“Liderato” no es lo mismo que “liderazgo”

Quizá ya lleguemos un poco tarde, con la liga terminada, pero lo que mantuvo el Atlético durante las últimas jornadas no fue el “liderazgo” (aunque habrá quien afirme que sí), sino el “liderato”: esta palabra deriva de “líder”, a la que se le añade el sufijo “ato”, que indica una condición –en este caso, de líder–, mientras que “liderazgo” es una “situación de superioridad en que se halla una empresa, un producto o un sector económico, dentro de su ámbito”.

¿Milan o Milán?

La guerra sobre el género de los equipos de fútbol sigue abierta, pero para los que siempre se hayan preguntado por qué se denomina al equipo de Milán “Milan”, una palabra llana, la respuesta es que el equipo fue fundado por ingleses en 1889 bajo el nombre de “Milan Cricket and Football Club”. Es decir, tan british como el Liverpool o el Manchester.

Perdonar una ocasión

Las ocasiones ni se perdonan ni se cumplen, tan sólo se aprovechan. Si no utilizamos “fallar” como sinónimo de “perdonar” en ningún otro caso (“al equipo no se le permite perdonar este partido”), ¿por qué sí cuando hablamos de ocasiones? Como explicaba Lázaro Carreter, “perdonar” es una acción voluntaria, por lo que mandar un balón a las nubes nunca debe ser un acto de perdón (salvo que las primas por dejarse ganar sean cuantiosas).

“Descuenta tres minutos”

Esta tiene truco. El tiempo añadido al final de cada una de las partes se llama “tiempo de descuento”, efectivamente, ¿pero quiere eso decir que el árbitro descuente minutos al final del encuentro o, más bien, que los sume? Puede estar sujeto a dicusión, pero si bien afirmar que “el tiempo de descuento es de tres minutos” es correcto, más dudoso resulta acusar al árbitro de “descontar tres minutos”.

Defender a un jugador

Dejamos para el final uno de los casos más bellos, que recuerdan la riqueza del español. Se trata de una de esas palabras que puede tener significados antónimos (los conocidos como “autoantónimos”, como “alquilar” o “enervar”), puesto que puede aplicarse tanto en una acepción positiva (“Sergio Ramos defendió a Pepe en mitad de la discusión”) como negativa (“Miranda será el encargado de defender a Benzema”).

Pase lo que pase este sábado en el estadio de Da Luz en Lisboa, podemos aventurar que habrá un gran perdedor. Y no, no se trata ni del Real Madrid ni del Atlético, sino del diccionario, que durante las dos horas que dure el partido será arrastrado por el fango, pataleado y vapuleado, y no únicamente por los efusivos usuarios de las nuevas tecnologías y que prefieren “contratakar” a “contraatacar”, sino también por todo tipo de periodistas deportivos.

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