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La verdadera razón por la que las mujeres odian que no des la talla en la cama
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LA DURACIÓN NO LO ES TODO

La verdadera razón por la que las mujeres odian que no des la talla en la cama

La eyaculación precoz puede llegar a tener una prevalencia del 30%, pero causa problemas en la pareja no por la razón en la que todos pensamos

Foto: La eyaculación precoz puede convertirse en un escollo demasiado importante dentro de la relación. (iStock)
La eyaculación precoz puede convertirse en un escollo demasiado importante dentro de la relación. (iStock)

La Asociación de Psiquiatría Americana define la eyaculación precoz como “la eyaculación persistente o recurrente con una mínima estimulación sexual antes o después de la penetración y antes de que la persona lo desee”. Este último factor es esencial, especialmente en lo que concierne al acto sexual como acto placentero. Es lo que indica que la diversión se termina inesperadamente, antes de tiempo.

La eyaculación precoz es uno de los problemas sexuales más frecuentes entre los hombres, y su prevalencia puede llegar hasta el 30%, tanto en España como en otros países como EEUU. Pero, por supuesto, no es sólo el sexo masculino el que la padece, sino que las mujeres también son víctimas de este problema. Como señala una investigación que ha sido publicada esta misma semana en el último número del Journal of Sexual Medicine, la eyaculación prematura es una causa de estrés y presión psicológica también para las mujeres. Pero no por las razones por las que uno podría pensar, sino casi por su opuesto.

Es peor intentarlo que fracasar

Se podría pensar que el problema que plantea terminar antes de tiempo es que impide a la mujer alcanzar el orgasmo. Pero no fue eso lo que manifestaron la mayor parte de las 1.500 participantes en el estudio realizado por la Universidad de Zúrich, y que provenían de países tan dispares como Italia, México o Corea del Sur. Por supuesto, “el control de la eyaculación” es importante, pero no para durar mucho, sino simplemente para no tener que pensar mucho en ello.

Como señala la encuesta dirigida por la psicóloga clínica Andrea Burri, los hombres dedican tanto esfuerzo y atención a retrasar su eyaculación que ignoran otros aspectos del acto sexual que para ellas son mucho más importantes, como los preliminares o actos sexualmente estimulantes como los besos y las caricias. Al obviar estas fases, el hombre se centra en la cópula y en conseguir que tanto su compañera como él alcancen el orgasmo en el mismo momento. En realidad, no es la duración del coito lo que deprime a las mujeres, sino la ausencia de estimulación.

“Si el hombre está preocupado sobre todo por su problema, la eyaculación precoz y su desempeño, esas necesidades son olvidadas”, explica el estudio. La pareja comienza a poner el acento en el aspecto temporal, que focaliza toda la atención en la cama, y no en la calidad del mismo o en probar cosas nuevas. Además, se deja de reflexionar “en lo que le gusta a los dos”. Algo que puede tener un efecto devastador a largo plazo.

Esta reflexión se encuentra en sintonía con aquello por lo que la terapia sexual lleva apostando décadas, aunque no sólo ellos, ya que tendencias de moda como el sexo tántrico han señalado que resulta reduccionista pensar que el único placer que se obtiene en una relación sexual es el del orgasmo. Por el contrario, el clímax es simplemente una parte más del encuentro sexual y si nos cuesta cumplir en dicho aspecto, probablemente sea preferible repensar nuestras relaciones para satisfacer a la pareja (y quedarnos satisfechos).

Del gatillazo a la separación

“A largo plazo, la mujer se angustia y se siente frustrada”, explica el estudio. El siguiente paso es renunciar a las relaciones sexuales. “Como le ocurre al hombre, evita el contacto sexual por el miedo al rechazo y el trauma consiguiente”. Es en ese momento cuando, advierte Burri, la relación puede comenzar a ponerse en tela de juicio.

La mayor parte de mujeres señalaron que el sexo con personas que no sufrían problemas de eyaculación precoz había sido más satisfactorio, sobre todo, porque con aquellas que tenían problemas estos se convertían en un escollo demasiado importante en la relación. “Después de todo, las consecuencias van más allá de la mera insatisfacción sexual y, en casos extremos, se convierte en una amenaza para el deseo de tener hijos si el hombre eyacula antes del coito”.

Curiosamente, no son las mujeres que priorizan la duración sobre la novedad en el sexo las que más se ven afectadas por estos problemas. “De forma llamativa, el coito largo es importante para las mujeres que no tienen problemas en alcanzar el orgasmo”, señala Burri. Por el contrario, aquellas a las que les cuesta más alcanzar el clímax dan más importancia a otro tipo de aspectos de la relación como la intimidad y el compromiso, y por lo tanto, prefieren que el hombre se detenga en otras fases del encuentro sexual.

La Asociación de Psiquiatría Americana define la eyaculación precoz como “la eyaculación persistente o recurrente con una mínima estimulación sexual antes o después de la penetración y antes de que la persona lo desee”. Este último factor es esencial, especialmente en lo que concierne al acto sexual como acto placentero. Es lo que indica que la diversión se termina inesperadamente, antes de tiempo.

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