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Que no puedan contigo: cómo tratar a los que te amargan la vida
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Que no puedan contigo: cómo tratar a los que te amargan la vida

Están por todas partes. Los compañeros de trabajo, conocidos o, incluso, familiares que absorben tu energía y positividad, contagiándote de su pesimismo

Foto: Cuando los 'vampiros emocionales' son compañeros de trabajo hay que establecer límites. (Corbis)
Cuando los 'vampiros emocionales' son compañeros de trabajo hay que establecer límites. (Corbis)

Están por todas partes. Compañeros de trabajo, amigos o, incluso, familiares que absorben tu energía y positividad, contagiándote al mismo tiempo de su pesimismo existencial, infelicidad y malhumor, llegando al punto de amargarte lavida. Si no eres capaz de identificar a estos ‘vampiros emocionales’ y adoptar estrategias eficaces para poner límites frente a ellos, terminarán por absorberte psicológicamente, generando en ti frustración, agotamiento y estrés.

Los denominados ‘vampiros emocionales’ suelen padecer trastornos de personalidad, con cierto grado de manía persecutoria y que interpretan que el mundo está en su contra. Una injusticia, piensan, que engorda su negatividad, y la única forma que encuentran para aplacarla consiste en arrastrar con ellos a las personas que tienen a su alrededor.

La psicóloga Sherrie Bourg Carter, autora de High-Octane Women: How Superachievers Can Avoid Burnout, resume en ocho claves el modo de ser de estas personas tóxicas. Unas características que pueden ofrecernos la pista para identificarlos o salir de dudas:

-Son intrusivos, se inmiscuyen en tu vida personal ignorando cualquier tipo de límite.

-Exageran el dramatismo de cualquier situación, haciendo una montaña de un grano de arena.

-Tienden a ser hipercríticos, maximizando siempre los aspectos negativos de cualquier cosa o persona, así como de sus propias vidas.

-Son quejicas e insatisfechos crónicos. Rara vez encuentran algo que sea de su verdadero agrado, mientras que valoran a casi todo el mundo de forma negativa, como si fuesen adversarios.

-Discuten a cada instante. Nunca están de acuerdo con los demás y critican cualquier situación, por muy intrascendente o insignificante que parezca.

-Son muy exigentes y persistentes con los demás. Nunca aceptan un “no” por respuesta, aunque tengan que recurrir a la amenaza o la manipulación emocional.

-Son pesimistas por naturaleza, siempre ven el vaso medio vacío.

-Son incapaces de ejercer la autocrítica. Los responsables de sus problemas siempre son los demás, nunca ellos, y no dudan en culparlos directamente.

Estas personas terminarán por absorberte psicológicamente, generando en ti frustración, agotamiento y estrés

Sin apenas darnos cuenta, pues con el tiempo logran desarrollar una gran capacidad de manipulación hasta convertirse en maestros del arte de intoxicar, consiguen que sus problemas se conviertan en los nuestros. Un límite al que, lógicamente, no tenemos por qué llegar.

Para evitar caer en este tipo de relaciones insanas y que lleguen a abusar de nuestra confianza, Carter ofrece tres pasos fundamentales que tendremos que seguir.

1.- Reconócelos y sé consciente de lo que son

La negativa naturaleza de los ‘vampiros emocionales’ no siempre salta a la vista cuando los conocemos. Al principio, su rareza puede generarnos intriga y ganas de conocerlos con más profundidad, su afán crítico y de chismorrear sobre los demás puede despertar nuestra curiosidad, mientras que su dramatismo e innumerables problemas pueden hacer que sintamos cierta empatía por ellos. Sin embargo, con el tiempo notaremos que una extraña atmósfera envuelve a esa persona. “No ignore esta intuición”, insiste la psicóloga, pues caer en pensamientos como “será cosa mía” o “puede ser mi culpa” no hacen más que prolongar una relación insana.

Hay que prestar mucha atención a nuestros instintos y a las reacciones psicológicas que experimentamos después de estar con ellos. Muchas veces no reparamos en su personalidad hasta que comprobamos que después de estar con ellos siempre se repiten las mismas sensaciones negativas. Si estas personas generan en nosotros tensión, fatiga, irritabilidad, confusión o tristeza, es que se trata de un vampiro emocional.

2.- Limita los contactos

Hay que prestar mucha atención a nuestros instintos y a las reacciones psicológicas que experimentamos después de estar con ellos

Una vez que hemos identificado a una persona tóxica, es preciso limitar los contactos y la cantidad de tiempo que pasamos con ella. Si no es posible romper la relación por completo, como sería el caso si se trata de un familiar o un compañero de trabajo, la mejor opción pasa por establecer una serie de límites claros, añade Carter. Por ejemplo, si se trata de personas intrusivas que consumen tu tiempo y energía con cuentos o historias sobre lo afligidas que están, es recomendable comenzar la conversación advirtiendo que no tenemos demasiado tiempo para hablar. Si se prolonga, no habrá más remedio que cortarla de la forma más cortés posible.

3.- No trates de ayudarlo a resolver sus problemas, es inútil

Por mucho que creas que puedes ayudarlo a resolver sus problemas, sé consciente de que esto no es posible. Las personas que son hipernegativas o pesimistas crónicas ni siquiera te escucharán o buscarán nuevos problemas para contarte y que tú te entretengas arreglándolos. Como apunta la psicóloga, “en el caso de la gente con una personalidad desordenada, hasta los mejores terapeutas tienen serias dificultades para ayudarlos y provocar cambios”.

En resumidas cuentas, sus problemas están más allá de la capacidad de uno para resolverlos, por lo que la mejor estrategia será establecer límites firmes para que no nos afecten personalmente. Para ello no es preciso caer en la grosería, las cosas pueden decirse de forma amable y empática, por ejemplo, expresando que uno está seguro de que tendrán capacidad para resolver por ellos mismos sus contratiempos.

Hoy en día la vitalidad y la energía positiva son bienes muy preciados a los que no debemos renunciar de forma voluntaria. Caer en este tipo de relaciones tóxicas es tan contraproducente para nosotros como para la persona tóxica en cuestión. La recomendación de Carter es que uno debe mantenerse con una actitud positiva y rodearse de personas igualmente positivas que nos ayuden a ser más optimistas, alegres y vitales.

Están por todas partes. Compañeros de trabajo, amigos o, incluso, familiares que absorben tu energía y positividad, contagiándote al mismo tiempo de su pesimismo existencial, infelicidad y malhumor, llegando al punto de amargarte lavida. Si no eres capaz de identificar a estos ‘vampiros emocionales’ y adoptar estrategias eficaces para poner límites frente a ellos, terminarán por absorberte psicológicamente, generando en ti frustración, agotamiento y estrés.

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