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¿Mentir es mejor? Cuatro razones por las que conviene fingir tus orgasmos
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EL PLACER ES POSITIVO, INCLUSO EL FALSO

¿Mentir es mejor? Cuatro razones por las que conviene fingir tus orgasmos

¿Si se finge un orgasmo, se hace realidad? Según los sexólogos sí, pero las ventajas de fingir orgasmos no se limitan a este incremento del placer

Foto: Fingir en la cama incrementa la sensación de placer, según los sexólogos. (Corbis)
Fingir en la cama incrementa la sensación de placer, según los sexólogos. (Corbis)

Fingir no tiene por qué ser sinónimo de engañar. Si ambas personas son conscientes de la realidad, triste, pero prefieren imaginarse otra, idealizada, poco hay que objetar al hecho de fingir, por ejemplo, un orgasmo. La segunda acepción de la RAE para este vocablo incluso anima a ello: “dar existencia ideal a lo que realmente no la tiene”. Una definición que inmediatamente nos remite a una sugestiva reflexión: ¿Si se finge un orgasmo, se hace realidad? Según los sexólogos, no exactamente, pero sí ayuda a ello.

Si los pensadores posmodernos ya defendían que el lenguaje creaba realidades, ahora son los psicólogos los que creen que las expresiones de placer, aun siendo pretendidamente falsas, despiertan la libido y aumentan la excitación durante el acto sexual, según se comprobó estadísticamente en el estudio The Faking Orgasm Scale for Women: Psychometric Properties, publicado en Archives of Sexual Behavior. Pero las ventajas de fingir orgasmos no se limitan a este incremento del placer, sino que también mejora la relación de pareja, como concluyen los autores de esta investigación.

En resumen, estas son las cuatro razones por las que es positivo fingir los orgasmos, según las conclusiones del estudio:

1. No se hieren los sentimientos de la pareja, aumentando la autoestima y la seguridad en el otro miembro de la pareja.

2. Se evitan situaciones incómodas, reforzando así los vínculos entre la pareja y la complicidad. Puede parecer una contradicción, pero lapresión autoimpuestano parece ser nada beneficiosa en las relaciones sexuales.

3. Incrementa la excitación durante el acto sexual, permitiendo alcanzar el clímax sexual con mayor facilidad.

Dos de cada tres mujeres aseguraran haber fingido, al menos en una ocasión, un orgasmo

4. Se reducen las posibilidades de que la relación se rompa debido a la incompatibilidad sexual. Del mismo modo, se trata de una estrategia para aplacar las posibles infidelidades y construir una relación duradera.

Estas son las principales razones alegadas por las cerca de 500 mujeres que participaron en el estudio y que los investigadores justificaron desde un plano teórico. Y es que, el fingimiento es una práctica mucho más implantada de lo que comúnmente se cree: el 68% aseguraron haber fingido alguna vez en la cama.

Cuanto más se vocifera, más se disfruta

Pese a la generalización que indican las cifras, si la otra parte no es consciente de esta “alteración de la realidad”, las supuestas ventajas de fingir el coito se disipan, y hasta pueden convertirse en una fuente de conflicto. El compromiso en una relación no puede basarse más que en la sinceridad absoluta.

Un estudio anterior, publicado por investigadores de la Universidad de Columbia, ya concluía que una de las razones que llevaban a las mujeres a fingir orgasmos con sus parejas, y no en una relación esporádica, respondía a una forma de “vigilancia”. Es decir,para evitar que se rompiese la relación por una incompatibilidad sexual. Además, cuanto más ruidoso sea uno a la hora de fingir mejor. Al menos, esta es la idea que se deduce de otro estudio de la Universidad de Leeds, en el que se asocia la calidad de la vida sexual al hecho de expresar en alto el placer y viciferar.

Al fin y al cabo, un orgasmo no es más que la liberación de la tensión sexual reprimida mediante nuestro sistema nervioso, lo que libera endorfinas produciendo una sensación de euforia. El gusto por el ruido no solo es patrimonio de los españoles, al menos en la cama.

Fingir no tiene por qué ser sinónimo de engañar. Si ambas personas son conscientes de la realidad, triste, pero prefieren imaginarse otra, idealizada, poco hay que objetar al hecho de fingir, por ejemplo, un orgasmo. La segunda acepción de la RAE para este vocablo incluso anima a ello: “dar existencia ideal a lo que realmente no la tiene”. Una definición que inmediatamente nos remite a una sugestiva reflexión: ¿Si se finge un orgasmo, se hace realidad? Según los sexólogos, no exactamente, pero sí ayuda a ello.

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