Quiénes tienen más éxito en el amor y quiénes menos, en función de su voz

Vivimos totalmente obsesionados con la imagen y hay infinidad de artículos que nos recomiendan cómo vestir, cómo peinarnos, cómo maquillarnos e incluso cómo saludar. El cuerpo se ha convertido en un escaparate y mimamos nuestra propia imagen con el fin de seducir a los demás. Sin embargo, un reciente estudiopublicado en Plos One señala la importancia de la voz a la hora de ligar y seducir a los demás. Parece que las pruebas le dan la razón a los cineastas de Hollywood que han erigido al tipo parco y de pocas palabras como el seductor por excelencia, pues los hombres con demasiada verborrea resultan ser menos atractivos.

El estudio

En ese estudio, dirigido por Molly Babel y financiado por la University of British Columbia y la University of California en Santa Cruz, recoge las calificaciones que hicieron californianos, hombres y mujeres, al escuchar treinta voces masculinas y treinta voces femeninas que leían palabras aisladas. Los oyentes debían calificar la voz que escuchaban según el nivel de atractivo que creían que debían adjudicarle. Los hombres solían marcar las voces de los hombres como menos atractivas, aunque en el caso de las voces femeninas la calificación era equivalente entre ambos sexos. Los modelos escuchados, analizados debidamente según sus matices acústicos, sugieren que de la voz intuimos cosas como el tamaño del hablante o lo cómodo que está hablando para otras personas, según lo cual valoramos el nivel de atractivo.

El valor de la voz y su influencia

Este estudio demuestra, además, que solemos preferir voces que se parezcan a las nuestras –o, en su defecto, a las de las personas que nos rodean–, porque nos transmiten una sensación tranquilizadora de comunidad y de pertenencia social.

Nuestra preferencia por unas voces u otras tiene que ver con la integración en determinados grupos sociales

Los estudios previos habían sugerido que, por lo general, preferimos las voces que implican un hablante masculino de gran tamaño y uno femenino de pequeña envergadura. Pero los resultados de este estudio demuestran que el tema es más complejo, e identifican una gran variedad de otras señales acústicas que encontramos atractivas.

“La voz es una herramienta increíblemente flexible que usamos para construir nuestra identidad”, ha declarado Molly Babel, directora del estudio y profesora de Lingüística, a la página de la University of British Columbia.

“Muy pocas cosas en nuestras voces son inmutables, por lo que sentimos que nuestras preferencias deben tener más que ver con la forma y el tamaño de la persona”, concluye Babel.

Casi todos los oyentes identificaban los dialectos de su propia región. Además, había diferencias entre los hombres, que resultaban más atractivos si hablaban con palabras cortas, escasas, sobrias, y las mujeres, de las que se preferían sonidos largos. Estas observaciones concuerdan con las de estudios anteriores. Además, entre las mujeres se prefieren voces a lo Marilyn Monroe, en las que se percibe la respiración, a las voces más cascadas.

Una vez que te hallas fuera de tu rango de familiaridad, el sonido novedoso y exótico puede resultar más atractivo

El encanto de ese tipo de voz aérea, que normalmente es el resultado de cuerdas vocales más pequeñas y delgadas, se relaciona con la obsesión cultural que existe por la juventud y la salud, según los investigadores. Una voz chirriante, por el contrario, puede sugerir que el poseedor de la misma está resfriado, cansado o –peor aún– que es fumador.

Babel apunta que los resultados del estudio señalan que nuestra preferencia por unas voces u otras no tiene que ver sólo con el tamaño del cuerpo y la búsqueda de una pareja, sino que también está relacionada con la integración en determinados grupos sociales.

El exotismo

A pesar de que, como se ha mencionado, nos sentimos de primeras atraídos por las personas que tienen una voz parecida a la nuestra, resulta evidente cómo los acentos extranjeros siempre resultan seductores. Babel supone que puede deberse al exotismo, que suele resultar atractivo. “Una vez que te hallas fuera de tu rango de familiaridad, el sonido novedoso y exótico puede resultar más atractivo”, afirma, y termina apuntando que “también tenemos que tener en cuenta que preferimos unos acentos a otros por los estereotipos culturales que tenemos inconscientemente asociados a ellos”.