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Carta abierta a mi marido: “No vuelvas a preguntarme qué voy a hacer hoy”
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"MI VIDA PARECE UN LOOP"

Carta abierta a mi marido: “No vuelvas a preguntarme qué voy a hacer hoy”

La escritora Annabel Monaghan trabaja en casa, al igual que cientos de mujeres y parece que no está haciendo nada durante el día. Pero hace mucho

Foto: ¿Qué hacen las amas de casa durante el día? (Didier Robcis/Corbis)
¿Qué hacen las amas de casa durante el día? (Didier Robcis/Corbis)

“Megusta beber café con mi marido por la mañana mientras se prepara para ir a trabajar. Tiene el tipo de trabajo en el que tienes que afeitarte y vestirte. Yo tengo el tipo de trabajo en el que no tienes que hacer ninguna de las dos cosas. Tiendo a estar a la defensiva, sobre todo cuando pregunta ‘¿qué vas a hacer hoy?’”

La escritora Annabel Monaghan firma estas líneas en una carta abierta a su marido, publicada en The Week. Como trabaja en casa, al igual que cientos de mujeres estadounidenses, parece que no está haciendo nada durante el día, o al menos nada que merezca la pena resaltar. Pero no es cierto. “Hago muchísimas cosas durante el día, pero muy poco de esto es visible para mi marido. De hecho, para sus ojos desentrenados no pasa nada. Cuando se va por la mañana estoy en pijama ordenando la cocina. Cuando vuelve por la noche, estoy en pijama ordenando la cocina. ¿Cómo puedo explicarle que, aunque el pijama es el mismo, el desorden es totalmente nuevo? Hola, esos son platos de la cena, no del desayuno”.

Annabel Monaghan.Para Monaghan es odioso que te pregunten “¿qué vas a hacer?”: el tipo de cuestión que se plantea a los niños y los jubilados. También es odioso que mujeres como Sheryl Sandberg, la mediática directiva de Facebook que ha empezado a hacer sus pinitos en el mundo de la autoayuda, vaya por ahí diciendo que el peor enemigo de la mujer del siglo XXI es la propia mujer, que se pone frenos a ella misma.

Sandberg aseguraba en su polémico libro, Lean In: Women, Work and the Will to Lead (Knopf), que las mujeres están retirándose de sus puestos de trabajo o rebajando sus ambiciones antes de tiempo. En éste presumede ser toda una superwoman: se levanta antes de las seis de la mañana, vuelve a casa a las cinco y media de la tarde para cuidar a sus hijos, y trabaja un poco más después de cenar. ¿Qué hizo cuando fue madre? Amamantó a sus pequeños mientras mantenía reuniones en el salón de su casa, o incluso durante vídeoconferencias.

En opinión de Monagah, por mucho que la directiva presuma de no parar, “en su mundo no hay opción de que su marido le pregunte qué va a hacer cuando abandona su casa a las cinco de la mañana”. Para la escritora, sin embargo, es imposible explicar que hace todos los días: “Llevar a los niños, ir al gimnasio, ir al supermercado, llamar al dentista, recoger a los niños, preparar la comida, limpiar la cocina, encontrar los calcetines…”

El día de la marmota

“El trabajo de la madre que se queda en casa consiste en hacer que la cosas vuelvan al punto de partida”, explica Monagah en su carta. “Volver a llevar el frigorífico y los estómagos, volver a hacer las camas, volver a dejar los platos limpios, levantar a los niños para volver a acostarles… Es un loop”. Y como nada cambia, parece que no ha hecho nada.

“A veces tengo algo en mi agenda que mi marido puede concebir como una tarea de verdad, y lo aprovecho. Durante cuatro mañanas, cuando tomamos el café, le digo que tengo una reunión en laescuela. Le recuerdo que estoy en la Junta Directiva. Porque él me lo pidió, y me nombraron. Pronuncio ‘e-je-cu-ti-va y elevo mis cejas mientras lo digo. El parece lo suficientemente impresionado y, por un minuto, me siento como si llevara el pijama de Sheryl Sandberg”.

“Megusta beber café con mi marido por la mañana mientras se prepara para ir a trabajar. Tiene el tipo de trabajo en el que tienes que afeitarte y vestirte. Yo tengo el tipo de trabajo en el que no tienes que hacer ninguna de las dos cosas. Tiendo a estar a la defensiva, sobre todo cuando pregunta ‘¿qué vas a hacer hoy?’”

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