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El placer femenino, para 'dummies': la psicología de la mujer y el amor
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El placer femenino, para 'dummies': la psicología de la mujer y el amor

Muchas veces, la mujer es un misterio para el amante que se siente inseguro al no saber con exactitud cuál es la forma más adecuada para estimular a su pareja

Foto: La mayoría de las mujeres buscan una satisfacción integral, que el hombre les guste en todos los sentidos. (Corbis)
La mayoría de las mujeres buscan una satisfacción integral, que el hombre les guste en todos los sentidos. (Corbis)

Las mujeres han tenido que enfrentarse a diferentes prejuicios asociados a las imposiciones sociales en torno a su sexualidad, como que el sexo debía limitarse a la maternidad y no al placer. Sin embargo, poco a poco se han ido superando estas viejas concepciones y la mayoría de mujeres “se sienten cada vez mejor consigo mismas, con su cuerpo, mente y emociones”, explica la sexóloga María Galloti, autora de Kama-sutra para dummies (Planeta).

La mentalidad femenina se ha abierto a la sensualidad, entendiéndola como una parte de su vida que equilibra su personalidad. Sin embargo, la forma en la que cada mujer encara su sexualidad es muy distinta, y las influencias externas pesan mucho. La mujer no siempre se encuentra mentalmente dispuesta y relajada para concentrarse en el erotismo. La razón, apunta Galloti, no tienen que ver ni con una merma de su sensibilidad ni con la pérdida de interés por la pareja, sino que, sencillamente, “a veces es imposible evadirse de los problemas que acarrea un día complicado en el trabajo o en casa”.

El agotamiento o el estrés dificultan el disfrute del encuentro sexual, así como “la indiferencia y el desánimo que provoca el constante bombardeo publicitario de una sociedad tan competitiva como esta en la vivimos”. Esto es, añade la sexóloga, porque prácticamente se le exige a cada mujer que responda a un modelo tipo de belleza. “Al intentar alcanzar la imposible perfección, la autoestima desciende e irrumpe el temor a ser rechazadas”.

Las barreras mentales para el disfrute sexual

Por lo general, todo el mundo necesita sentirse deseado y estimulado, aunque se esté dispuesto hacia el sexo. De lo contrario se puede pensar que uno ya no resulta seductor o que no se es capaz de complacer. Unos pensamientos que generan emociones negativas que obstaculizan el disfrute y anulan la libido.

Si una mujer se siente coartada psicológicamente, al sentirse insegura de su atractivo, su deseo tiende a disminuir haciendo que el atractivo físico del hombre no sea suficiente. “La mayoría de las mujeres, sobre todo las maduras y equilibradas emocionalmente, van en busca de una satisfacción integral; desean relacionarse con un hombre que les guste en todos los sentidos, apunta la sexóloga.

Uno de los desencuentros más habituales entre los sexos es que este sentimiento, tan peculiar en las mujeres, no siempre es bien entendido por ellos. La sensible mente femenina detecta de inmediato cuando su pareja busca una salida rápida, respondiendo a su propio deseo, por lo que la estimula directamente en sus centros erógenos, sin considerar que, casi siempre, ella “prefiere los juegos preliminares que se demoran, sugieren y hacen que se sienta deseada y mimada”. De modo que, si su amante se precipita hacia el coito, sin esperar a que ella se excite, su respuesta inmediata será lo contrario de lo que él espera: se retraerá y dejará de ser receptiva a los estímulos.

Aprendiendo cómo es ella

Muchas veces, la mujer es un misterio para el amante que se siente inseguro al no saber con exactitud cuál es la forma más adecuada para estimular a su pareja. En la actitud ante el sexo, la psicología desempeña un papel decisivo, de modo que por lo general la mujer necesita sentir que él está realmente pendiente de sus reacciones, dispuesto a conocerla hasta en lo más íntimo y que lo hará “dedicándole todo el tiempo necesario para que su libido despierte y luego fluya activamente”.

Las mujeres valoran el sentido del humor, las fantasías compartidas, la imaginación y aprecian que el amante las sorprenda, rechazando los gestos repetitivos, las caricias previsibles y la monotonía, según enumera Galloti. El ritmo de crecimiento de la excitación de ellas suele ser acompasado, lento y paulatino. Los estímulos a los que responde no solamente son de tipo físico, sino que también espera que él erotice su mente y sus sentidos.

Las mujeres usan sus propios recursos mentales y psicológicos cuando están haciendo el amor, tales como recuerdos, imágenes, fantasías e incluso sueños eróticos que han tenido. Por ello, es fundamental que el amante, además de excitar las zonas erógenas, también estimule sus emociones. Una buena manera de hacerlo es decirle al oído lo atractiva que es y lo mucho que la desea.

Al mismo tiempo que se potencia el terreno emocional, el hombre debe ser sensible a las reacciones que van produciéndose en el cuerpo femenino y a las diferentes señales de que el deseo de ella va creciendo, matiza la sexóloga. “Ya sea porque lo verbaliza con palabras, emitiendo los sonidos propios del placer o por los movimientos, cada vez más insinuantes, de su cuerpo. Eso es lo que indica cuando la amante está realmente preparada para recibirlo en su interior”, sentencia.

Las mujeres han tenido que enfrentarse a diferentes prejuicios asociados a las imposiciones sociales en torno a su sexualidad, como que el sexo debía limitarse a la maternidad y no al placer. Sin embargo, poco a poco se han ido superando estas viejas concepciones y la mayoría de mujeres “se sienten cada vez mejor consigo mismas, con su cuerpo, mente y emociones”, explica la sexóloga María Galloti, autora de Kama-sutra para dummies (Planeta).

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