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“Los minoristas chinos se aprovechan de las ilegalidades pero son también víctimas”
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LAS CLAVES DEL ÉXITO ORIENTAL EN ESPAÑA

“Los minoristas chinos se aprovechan de las ilegalidades pero son también víctimas”

Un nuevo libro escrito por los periodistas Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araújo, pone al descubierto la actividad ilegal que explica el éxito empresarial chino

Foto: Gao Ping es la cabeza más visible en nuestro país de las ilegales actividades de parte de la comunidad china. (Efe)
Gao Ping es la cabeza más visible en nuestro país de las ilegales actividades de parte de la comunidad china. (Efe)

La detención del empresario chino Gao Ping el 16 de octubre de 2012 en el marco de la Operación Emperador marcó un antes y un después en la percepción que la sociedad española tenía de la población china inmigrante, y puso de manifiesto que, bajo el carácter trabajador y esforzado de los comerciantes orientales, había un submundo de ilegalidades que muchos habían pasado por alto. Ahora los periodistas Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araújo explican en El imperio invisible (Crítica) la compleja trama transnacional urdida a lo largo y ancho del planeta y que explica el imparable éxito empresarial chino.

¿Por qué, a pesar de ello, la fama de la comunidad china es mucho más positiva que la de otras etnias inmigrantes, y suele ser utilizada como ejemplo a seguir por parte de los locales? “Se trata de una comunidad silenciosa, que está a sus labores y en sus negocios. No perturba al resto de la ciudadanía. Hay una percepción de que son grandes trabajadores, algo que es cierto, que tienen éxito en los negocios y que no se meten en problemas”, explica Cardenal a El Confidencial.

“Lo que no está en el radar de la gente son todas las trampas o ilegalidades que cometen a nivel empresarial, que tienen bastante repercusión a nivel económico”, añade. Es el otro lado del discurso oficial, aseguran los autores, aquel que afirma que “trabajan mucho porque los occidentales no trabajamos ya” y que no obstante, apenas había sido perseguido por la autoridad hasta tiempos recientes.

No hablamos de un fraude de cientos de miles de euros, sino como mínimo, de cientos de millones de euros

“El hecho de que sea una ilegalidad económica empuja a pensar a la sociedad y los políticos que es blanda, que no crea alarma social, en comparación con la de los criminales de Europa del Este, que es más violenta y genera una mayor voluntad policía para atajarla, puesto que da votos”, sugiere Heriberto Araújo. “La criminalidad económica china no es así. Hasta la Operación Emperador no conocíamos la magnitud del asunto, pensábamos que era un fraude individual. Con la Operación Emperador nos hemos dado cuenta de que en realidad hablamos de un fenómeno transnacional, organizado, con un volumen mucho mayor de lo que cualquier persona se ha imaginado. No hablamos de un fraude de cientos de miles de euros, sino como mínimo, de cientos de millones de euros”.

Deshaciendo la madeja

El libro, que se añade a otros trabajos como el realizado por el colaborador de El Confidencial Ángel Villarino, nace a partir de fuentes policiales, y se desarrolla explicando todos los pasos que sigue el comercio chino para triunfar fuera de sus fronteras, un proceso en el que la inmigración ilegal, la explotación laboral, el fraude fiscal, el blanqueo de capitales, la competencia desleal o el cohecho son monedas de uso habitual. Un proceso que se repite, como descubrieron sus autores, en otras partes del mundo: “hay patrones de comportamiento que se repiten en comunidades tan distintas como la de Bucarest, Madrid, París o Prato”.

La tensión social no se debe a una cuestión de xenofobia, sino a la competencia desleal china

Es en esta última ciudad donde arranca la acción, ya que, en palabras de Araújo, es “la tormenta perfecta, el lugar donde se dan todas las características de la criminalidad económica”. Prato, una localidad italiana de casi 200.000 habitantes, es probablemente el gran centro textil europeo, donde ahora la población china supone casi el 15% de su población y que, gracias a las irregularidades, ha copado gran parte de la industria local. Un caso que se repite, a menor escala, en otros rincones de Europa.

Dicha reconfiguración de la industria de Prato ha dado lugar, por ejemplo, a un cambio político.“Prato ha sido durante los últimos 36 años una ciudad dominada por la izquierda. En 2010 ganó por primera vez un alcalde de la derecha apoyado por el partido de Berlusconi”, explica Araújo. “¿Cómo ganó? Con el discurso de ‘esto se va a acabar, no voy a tolerar que esto suceda’”.

El libro relata un pequeño encontronazo entre los locales y los chinos, una pequeña llama que, quizá, algún día dé lugar a un incendio. Los autores aclaran que esta tensión social no se debe a “una cuestión racial ni de xenofobia”, sino a “la impresión de que los chinos están compitiendo deslealmente”: “Hay más de cien nacionalidades en Prato, pero por ejemplo, los rumanos y los albanos del sector de la construcción compiten con la misma legalidad que los locales. Hay una percepción de que todas esas ilegalidades han desembocado en que sean los que dominan un sector económico que genera más de 2.000 millones al año, de que hay un colectivo que sigue otras reglas que son mucho más eficientes económicamente”.

Heriberto Araújo y Juan Pablo Cardenal. (Crítica)El misterio chino, ¿resuelto?

Una de las peculiaridades que afecta de manera concreta a la comunidad china que viaja fuera de sus fronteras es la opacidad con la que se conduce, y también, una falta de integración que en muchos casos, obedece a la ausencia de voluntad por integrarse en la cultura local al tener siempre en el horizonte el retorno a China. Ni siquiera, en muchos casos, el empresario ilegal se propone blanquear su patrimonio o entrar dentro de la legalidad.

Si los negocios tuvieran un gran componente de ilegalidad pero hubiese contratación local sería distinto

Cardenal explica el caso de Elche para ilustrar tal separación entre comunidades: “Quizá no sea animadversión, pero no son vistos con buenos ojos. En ese sentido, la comunidad china a través de sus asociaciones está cometiendo un error de cálculo brutal, tendrían que ser más visibles y más transparentes, involucrarse más”, explica el autor de La silenciosa conquista china (Crítica). “Ven los países de acogida como un mercado, no piensan ‘voy a otro país, echo raíces para que mis hijos sean españoles’. Si se integrarán más, la percepción social mejoraría. Son una comunidad desconocida que además compite deslealmente con nosotros. Me parece un milagro que no haya más tensiones de las que hay”.

Estas podrían ser suavizadas si la riqueza producida por los chinos repercutiese en el propio país donde se encuentran, pero no es así: “Si los negocios tuvieran un gran componente de ilegalidad pero hubiese contratación local sería distinto. Si el que distribuye es chino, el que importa es chino y el trabajador es chino, si luego ese dinero sale del país pagando muy pocos impuestos y la inversión va a China, ¿qué nos queda a nosotros?” Esa es la pregunta que plantea el libro.

Inocentes hasta que se demuestre lo contrario (si es que se puede demostrar)

Es difícil conocer el grado de conciencia que tienen los criminales sobre su actuación ilegal. Los autores recuerdan que el propio Gao Ping asistió sorprendido a su detención, ya que “él se consideraba un hombre de negocios”. “No todos los chinos en España hacen eso”, explica Araújo. “La razón por la cual nosotros decimos en el libro que estas prácticas están extendidas es gracias a los sumarios, como el del Emperador, en el que hay miles de páginas con cientos de personas involucradas. Reflejan perfectamente ese conocimiento de la ilegalidad, porque en cientos de ocasiones o se utiliza la jerga para hablar de dinero o porque se cortan las llamadas comprometedoras”.

Voy a poder ahorrar, mandar dinero a China y al cabo de unos años, volver y montar un negocio

“A nivel minorista, los chinos se benefician de todas esas ilegalidades que vienen repercutidas”, añade Cardenal. “Se benefician de tener esos precios, de que les financien esos prohombres que se han hecho ricos y que tienen mucho dinero en efectivo de origen fraudulento que sirve para arrancar esos negocios, pero por otro lado también son víctimas, porque no podrían hacerlo de otro modo.” El proceso que sigue todo inmigrante es semejante, y arranca con la salida del país de origen a través de una gran deuda económica que se salda trabajando en condiciones de semiesclavitud para los “cabezas de dragón” que han abierto sus propios negocios en Europa.

Una voluntad de salir de China que se ha acentuado durante los últimos años: “Hay una corriente entre millones de chinos, y no sólo los que viven en las zonas más pobres, de salir al mundo, porque está lleno de oportunidades. No sólo a Europa y Estados Unidos, que son mercados más lucrativos, sino también en zonas pobres y remotas de África, donde la competitividad es menor. En su cabeza tienen la idea de ‘salir es sinónimo de oportunidades’”. En definitiva, el pensamiento es el de “voy a poder ahorrar, mandar dinero a China y al cabo de unos años, volver y quizá montar un negocio. Es un trampolín a un vida mejor”, añade Cardenal.

Una trama con apellidos nacionales

Volvamos a España, donde los autores aseguran que existen “una serie de personas subcontratadas, gestores españoles, abogados españoles, aduaneros españoles y a veces policías que los asesoran en cómo cometer en ese fraude” que apoyan esta trama. Sin la connivencia de dichas figuras, el éxito de este imperio invisible no se habría podido producir, pero se trata de “colaboradores contratados, la voluntad última recae en manos del empresario chino, que es el que tiene la voluntad de cometer una irregularidad”.

Hay una percepción de impunidad en la policía, la agencia tributaria y la fiscalía

Las dificultades para hacer frente a estas tramas son altísimas, concluyen los autores, por un gran número de factores que reman en la dirección opuesta: “No se puede infiltrar a nadie en la comunidad, la forma más sencilla de investigar”, explica Cardenal. “Respecto a los pinchazos telefónicos, que los jueces no son muy proclives a ellos, tienes que tener gente que conozca los dialectos y fiarte de ellos. China no coopera nada a nivel policial, lo cual también es una dificultad añadida”.

Y, aun así, cuando el caso llega a la justicia raramente se consigue ninguna sentencia de cárcel. “Cuando llega el caso a sede judicial, los casos importantes poco menos que se han diluido”, añade Cardenal. “Se imputan a cientos de personas, con delitos cometidos dentro y fuera de las fronteras nacionales y los juzgados de instrucción españoles no están capacitados para ello”. Ello provoca lo que el autor denomina “una percepción de impunidad y frustración entre policías, agencias tributarias y fiscalías, que se dan cuenta de que detrás de todo ese trabajo los casos no llegan a ninguna parte”.

La policía tiene claro que el empresario ilegal no va a entrar en la cárcel

Cardenal vuelve a Elche y al caso de uno de los empresarios chinos detenidos por la policía tras haber blanqueado 103 millones de euros en dos años para esa frustración policial, en lo que denomina “una radiografía brutal”: “Todo lo que ha defraudado, ha sacado de España y ha prescrito, ya no va a volver. No entra en prisión provisional porque no hay juez que por un delito sin sangre con una instrucción de más de dos años meta a nadie en la cárcel. No va a haber juicio porque probablemente va a llegar a un pacto con hacienda a través de una quita y el abogado del estado retira los cargos”.

Quizá sea aún peor en el caso de que sí haya condena tras juicio: “Si lo hay será dentro de seis o siete años, y si los condenan, ese día se irán fuera de España. La policía tiene claro que no va a entrar en la cárcel”. La conclusión presentada por los autores es pesimista, ya que no creen que “el Estado tenga los mecanismos para luchar con una criminalidad que implica a negocios legales pero traspasan la legalidad, que son transnacionales y están conectados con todas las comunidades chinas en Europa. El sistema judicial no tiene los medios para luchar contra una delincuencia de este tipo. No se sabe cuándo se podrá poner fin al imperio invisible”.

La detención del empresario chino Gao Ping el 16 de octubre de 2012 en el marco de la Operación Emperador marcó un antes y un después en la percepción que la sociedad española tenía de la población china inmigrante, y puso de manifiesto que, bajo el carácter trabajador y esforzado de los comerciantes orientales, había un submundo de ilegalidades que muchos habían pasado por alto. Ahora los periodistas Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araújo explican en El imperio invisible (Crítica) la compleja trama transnacional urdida a lo largo y ancho del planeta y que explica el imparable éxito empresarial chino.

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