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Los 'amigos de alquiler', nuevos bufones en la corte de las clases pudientes
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“LA RUPTURA ES LO MÁS DOLOROSO”

Los 'amigos de alquiler', nuevos bufones en la corte de las clases pudientes

Nos han terminado por parecer normales figuras como la del 'personal shopper'. Pero la realidad es tozuda y ahora nos muestra a los 'amigos de pago'

Foto: Ese desconocido tan encantador y simpático que de repente entró en nuestro círculo puede ser un 'amigo de pago'. (Corbis)
Ese desconocido tan encantador y simpático que de repente entró en nuestro círculo puede ser un 'amigo de pago'. (Corbis)

Hoy en día nos ha terminado por parecer completamente normal la presencia de figuras que en un pasado habrían sido consideradas producto de la excentricidad de las clases pudientes como pueden ser la del personal shopper (que ayuda a sus clientes a realizar sus compras), el wedding planner (que diseña el concepto de la celebración de una boda) o el gurú de marca personal. Sin embargo, la realidad es muy tozuda y cada día se empeña en volver a superar nuestra imaginación: esta última semana han sido los amigos de alquiler los que han saltado a las páginas de los periódicos de medio mundo.

Quien ha descorchado la botella de los paid friends ha sido el columnista del New York Observer Richard Kirshenbaum, autor a la sazón de Madboy. Beyond Mad Men: Tales from the Mad, Mad World of Advertising (Open Road Media), en un artículo que, con la acidez de Truman Capote, examina los nuevos usos y costumbres de las clases altas neoyorquinas, en muchos casos, antiguos clientes de su firma publicitaria.

Según explica el escritor, es cada vez más común que ciertas personas reciban una retribución a cambio de su papel de acompañamiento de empresarios, actrices, artistas y otras figuras habituales en los cenáculos de la alta sociedad neoyorquina. En ese sentido, puede afirmarse que juegan un papel semejante al de las escorts o chicas de compañía, que no únicamente cumplen una función sexual (como ocurre con las prostitutas de calle o de burdel), sino que también deben tener una buena conversación y dotes sociales para dejar impresionados al círculo de amigos o contactos sin que dé la impresión de que nos ha costado miles de dólares.

Un nuevo bufón para la corte de la burguesía americana

A juzgar por los casos que expone en su texto Kirshenbaum, la funcionalidad del “amigo pagado” es semejante a la del animador cultural: no se trata tanto de pagar a alguien para consolarnos en nuestra intimidad puesto que no tenemos quien nos haga caso y, por lo tanto, nos vemos obligados a contratar al falso amigo para cubrir dicho necesidad, sino que este ha de exhibirse en público.

Son los amigos (o, sobre todo, conocidos), los que deben disfrutar de la compañía de nuestro nuevo amigo. Cuanto más divertido, ingenioso, atractivo o estiloso resulte el paid friend, más posibilidades tendremos de ser invitados a más fiestas. Como explica uno de los entrevistados por Kirshenbaum, “muchos hombres adinerados no tienen tiempo para amigos de verdad. Sus viejos amigos están resentidos o te piden dinero, y sus nuevos amigos son competitivos”. Debido a que al poder le gusta manipular, poder contar con un amigo al que decirle lo que debe hacer es el sueño húmedo de todo nuevo rico.

El artículo señala la diferencia entre los amigos de pago de Nueva York y Los Ángeles, en sintonía con la personalidad de cada una de las dos grandes urbes de Estados Unidos: la primera, más formal y clasista; la segunda, más “falsamente democrática”. Es habitual que en California las estrellas de cine alternen con su círculo más cercano, mientras que en Nueva York “los chóferes suelen quedarse esperando en la calle”. Ser un paid friend parece ser una buena herramienta para el arribista, ya que permite acceder a determinados círculos sociales que de otra manera serían inalcanzables.

Cuidado con quién metes en tu casa

En la Edad Media resultaba habitual que cuando un príncipe visitaba la corte de otro miembro de la nobleza, una de las actividades de ocio compartidas por ambos fuese presenciar una de las actuaciones de los bufones, cuyo ingenio les confería cierta reputación en las cortes vecinas. Algo semejante ocurre con estos amigos de pago, que en muchos casos, ascienden de asistentes personales, diseñadores o colegas a compañeros profesionales cuando necesitan dinero y hay demanda. Sin embargo, el negocio puede acabarse pronto si el “amigo” se siente explotado o si considera que la remuneración no es justa. Entonces empiezan los problemas.

Varios de los testimonios recogidos por Kirshenbaum señalan los problemas que pueden surgir en casos de desencuentro entre parte contratante y parte contratada, habida cuenta de que se ha mantenido una mentira ante todo nuestro círculo social. “No hay nada más doloroso que la ruptura con un amigo de pago”, señalaba uno de los ejecutivos centrados en el artículo. “En ocasiones, puede ser aterrador”.

La razón está clara: si hemos dejado que una persona forme parte de nuestro círculo más íntimo, se ha sentado a la mesa con nuestros amigos, nuestra pareja y nuestros hijos, y conoce a la perfección nuestro hogar, está en disposición de hacernos mucho daño. “Tienes que ser cuidadoso”, afirmaba dicha fuente. “Imagina que alguien a quien has admitido se echa a perder y cae en las drogas o el alcohol”. Como cantaban Neil Sedaka y los Carpenters, “romper es difícil”.

¿Qué ocurre con el otro factor de la ecuación, al que por ahora nadie ha pedido opinión, es decir, el paid friend? La mayoría consideran su labor como un chute de autoestima, aunque pueda parecer paradójico: el hecho de que la clase social que en principio lo puede tener todo requiera los servicios de alguien como ellos implica que quizá sean más necesarios que sus propios contratadores, aunque reconocen que su situación, en ocasiones, puede ser “humillante”.

Novios de alquiler en China

Estos mismos días salía a la luz la página china Taobao, que cumple funciones semejantes a las de los amigos de pago. Gracias a dicha empresa online, las mujeres solteras que sientan la presión familiar sobre su vida amorosa pueden contratar a un novio de alquiler para presentarse con él ante sus padres. Por eso mismo, la demanda de falsas parejas aumenta durante el Año Nuevo chino, momento del año en el que se produce el mayor número de reuniones familiares.

El proceso de contratación del joven novio implica, claro está, una entrevista personal y el intercambio de fotografías e información personal, para que no le pillen en un renuncio. Aunque en principio se trata de un intercambio meramente comercial en el que los jóvenes se ganan unos yenes a cambio de un esfuerzo mínimo, puede tener su contrapartida, ya que alguno de ellos ha confestado que le había resultado complicado no dar un paso más allá en la relación con su clienta. Cuando comenzamos a fingir, terminamos siendo presas del personaje que hemos creado. Aunque nos paguen por ello.

Hoy en día nos ha terminado por parecer completamente normal la presencia de figuras que en un pasado habrían sido consideradas producto de la excentricidad de las clases pudientes como pueden ser la del personal shopper (que ayuda a sus clientes a realizar sus compras), el wedding planner (que diseña el concepto de la celebración de una boda) o el gurú de marca personal. Sin embargo, la realidad es muy tozuda y cada día se empeña en volver a superar nuestra imaginación: esta última semana han sido los amigos de alquiler los que han saltado a las páginas de los periódicos de medio mundo.

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