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La nueva y peligrosa moda de la belleza femenina, el ‘thigh gap’
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SI NO HAY 'TRAGALUZ', ES QUE ESTÁS GORDA

La nueva y peligrosa moda de la belleza femenina, el ‘thigh gap’

Las redes sociales han contribuido a la difusión de la última moda entre las adolescentes de todo el mundo: el 'thigh gap' o la separación entre muslos

Foto: La modelo Cara Delenvigne es una de las principales inspiraciones de las adolescentes a la hora de adelgazar. (Benoit Tessier / Reuters)
La modelo Cara Delenvigne es una de las principales inspiraciones de las adolescentes a la hora de adelgazar. (Benoit Tessier / Reuters)

Si en el pasado reciente la televisión, el cine y la publicidad han contribuido a que la exigencia a las adolescentes en lo referente a la belleza sea cada vez más acuciante, las redes sociales no han hecho más que agudizar dichos problemas. La circulación de mensajes sin filtro provocan que abunden los ataques personales a aquellas personas que no cumplen los cánones de belleza vigentes en cada momento, como es el último grito entre las jóvenes de todo el mundo: el ‘thigh gap’, o ‘hueco entre los muslos’.

Como indica su nombre, el en teoría indispensable “hueco” (o "tragaluz", como también se denomina)es la separación que debe existir entre la cara interna de los muslos, y que se puede comprobar si, con los pies juntos, estos se mantienen separados. Si no es así, aseguran las voces de la red, es que estás gorda. Hay quien sitúa el origen de esta tendencia en el desfile de Victoria’s Secret de 2012, pero en realidad se trata de una manifestación más de la perjudicial tendencia que señala que la belleza pasa obligatoriamente por la delgadez extrema.

La supermodelo que dijo “basta”

Si bien el ‘thigh gap’ ha aparecido de manera recurrente en los medios de comunicación durante el último año, esta última semana ha conocido un retorno a la primera plana de los mismos después de que la modelo de tallas grandes Robyn Lawley publicase un artículo protesta en las páginas de The Daily Beast tras recibir centenares de insultos en las redes sociales por su apariencia física.

No quiero que mi hija muera de hambre porque considere que este hueco es necesario para ser atractiva

“En todos los rincones de la red, la gente está subiendo fotografías de ‘thigh gaps’, como una inspiración para perder peso y hacer dieta”, ha señalado la modelo galesa, que también ha aparecido durante los últimos días en NBC Today para denunciar lo que ella considera “otra herramienta de manipulación que emplea determinada gente para evitar que ame mi cuerpo”.

En el texto del periódico americano, la modelo de 24 años recordaba cómo después de que una página dedicada a promocionar esta característica física subiese una fotografía suya en la que aparentemente mostraba un ‘thigh gap’ en toda regla (aunque ella misma reconozca que no es así), los usuarios comenzaron a llamarla “cerda” o a señalar que era demasiado “pesada” para aparecer en dicha página, hasta alcanzar los 900 comentarios, la mayor parte de ellos, despectivos.

Como la modelo recuerda, no se trata de nada nuevo, sino que ha visto desde los 12 años cómo esta era una característica que compartían muchas de las supermodelos profesionales pero que ella “nunca podría haber tenido”. Lawley terminaba su furioso texto recordando que “prefiero que mis piernas sean cada vez más fuertes y poderosas, quiero correr más rápido y nadar durante más tiempo”. “La última cosa que quiero es que mi futura hija muera de hambre porque considere que un ‘hueco entre los muslos’ es necesario para ser atractiva”, concluía.

De la heroína a la cirugía

A mediados de los noventa comenzó a popularizarse en el mundo de la moda un término altamente polémico: era el “heroin chic”, que hacía referencia a una de las drogas más adictivas y letales para referirse al nuevo canon en el que la delgadez extrema, las facciones angulares, los rostros pálidos y las ojeras eran sinónimo de belleza. Kate Moss era la reina de un imperio que la revista Time definió como “una visión nihilista de la belleza”, y que confirió glamur tanto al consumo de drogas duras como a la apariencia andrógina.

El número de operaciones quirúrgicas para conseguir aumentar el hueco entre los muslos ha aumentado sensiblemente

Durante dichos años, y como alguna modelo ha recordado, era frecuente la prueba del boli, que servía para conocer la cantidad de grasa que se tiene en los pechos. Dicha prueba consistía en sujetar con la parte inferior de los pechos un lapicero o bolígrafo; si este caía, no había ningún problema; pero si se podía sujetar, es que los senos tenían demasiada grasa o estabancaídos.

En el caso del ‘thigh gap’, su musa ya no es Moss, sino Cara Delevingne, con unas medidas de 79-61-86, que en una entrevista en Graziareconocía que le gustaban dos de las cuentas de Twitter dedicadas a su “thigh gap”, aunque reconocía que era una cosa “un poco loca”.

Hoy en día, la heroína queda ya muy lejos como herramienta de adelgazamiento, pero no así la cirugía. Como señalaba en un reciente artículo The Daily Mail, el número de operaciones quirúrgicas para conseguir aumentar el hueco entre ambos muslos ha aumentado sensiblemente: una de las clínicas citadas indicaba que la demanda de liposucciones en la cara interna del muslo había aumentado en un 240%.

Dicha operación consiste en la absorción de la grasa presente en los muslos a través de un sistema de cavitación que congela las células y permite su eliminación de manera natural a través del cuerpo. Sin embargo, como recuerdan la mayor parte de expertos en nutrición y psicólogos, es muy raro mantener este hueco de manera natural si no se sufre al mismo tiempo un problema de desnutrición o de desorden alimenticio.

Lo que dice de nuestro cuerpo (y nuestras costumbres)

Por eso mismo, y a diferencia de otras modas aparentemente absurdas surgidas durante los últimos años (como la separación de los dientes frontales por estética), la separación de los muslos es, ante todo, un signo de delgadez que difícilmente puede ser conseguido de manera sana. Y que, por ello mismo, suele generar una gran frustración y daño físico entre aquellas adolescentes que intentan obtener dicha silueta por todos los medios.

La mayor parte de las mujeres tiene unas caderas que impiden una gran separación entre las piernas

Por ello, incluso las páginas que explican qué se debe hacer para conseguir este deseado agujero señalan que “debemos saber lo que es realista y mantenernos sanos”. Como indica Wikihow, “la genética y la estructura corporal juegan el papel más importante a la hora de obtener un hueco entre los muslos”, a la vez que recuerda que “la mayor parte de las mujeres tienen unas caderas que impide que tengan una gran separación entre las piernas, incluso aunque tengan poca grasa en las mismas”.

Dicho artículo también recuerda que lo más importante es que conseguir esta separación pernil “no se convierta en una obsesión”, ya que “no dice nada sobre ti”. Por eso mismo, páginas como Smells Like Girl Riot! han dedicado algunos de sus posts a explicar de manera sarcástica por qué es prácticamente imposible conseguir esta silueta, que obedece más a una morfología infantil que a la propia de una mujer adulta. Todo ello, teniendo en cuenta que, en la mayor parte de casos, el hueco, como tantas otras características femeninas, está modificado a través de herramientas de manipulación de imagen como Photoshop.

Si en el pasado reciente la televisión, el cine y la publicidad han contribuido a que la exigencia a las adolescentes en lo referente a la belleza sea cada vez más acuciante, las redes sociales no han hecho más que agudizar dichos problemas. La circulación de mensajes sin filtro provocan que abunden los ataques personales a aquellas personas que no cumplen los cánones de belleza vigentes en cada momento, como es el último grito entre las jóvenes de todo el mundo: el ‘thigh gap’, o ‘hueco entre los muslos’.

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