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De Pollock a Reagan: las cinco cartas de padres a hijos más bonitas
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CONSEJOS QUE SÍ SE DEBEN DAR

De Pollock a Reagan: las cinco cartas de padres a hijos más bonitas

Los consejos paternos suelen tener su razón de ser y las observaciones de los sabios también. Por ello, nunca está de más atender a las cartas que escriben

Foto: Reagan escribiendo una carta. (Ronald Reagan Foundation)
Reagan escribiendo una carta. (Ronald Reagan Foundation)

Los consejos paternos suelen tener su razón de ser, y las observaciones de los sabios, también. Por ello, nunca está de más atender a las cartas que algunas figuras de renombre escribieron a sus hijos, donde hallamos la visión de la vida que los caracterizó unida a una ternura paternal. Reunimos aquí cinco cartas que cinco grandes hombres escribieron a su descendencia.

1. Jackson Pollock

En este caso es el artista quien recibe consejo de su padre, LeRoy, en una carta escrita en 1928 y recogida en el libro American Letters 1927-1947: Jackson Pollock & Family:

"Querido hijo Jack,

El secreto del éxito es concentrar el interés en la vida, en los deportes y en los buenos tiempos, interesarte por tus estudios, por tus compañeros de clase, por las pequeñas cosas de la naturaleza, los insectos, los pájaros, las flores, las hojas, etc. En otras palabras, estar siempre totalmente atento a todo lo que te rodea.

Creo que tu filosofía religiosa está bien. Creo que cada persona debe pensar, actuar y creer según los dictados de su propia conciencia, sin mucha presión exterior. También pienso que hay un poder elevado, una fuerza superior, gobernante, algo que controla el universo. (...) Nada es imposible y sabemos que nada se destruye, simplemente cambia químicamente.

Recibí el otro día un par de cartas de tu madre, una del día 12 y otra del 15. Siempre me alegra recibir cartas de tu madre, es un encanto, ¿verdad? Tu madre y yo hemos sido un fracaso total financieramente hablando, pero si los chicos resultan ser buenos y ciudadanos útiles nada más importa, y nosotros sabemos que así es, así que, ¿por qué no estar alegres?

Escríbeme y cuéntame qué tal el colegio y tú en general. Apreciaré la confianza. Buenas noches, dulces sueños y que Dios te bendiga.

Tu cariñoso

Papá".

2. Ronald Reagan

Algunos días antes de que Michael Reagancontrajera matrimonio, el que fue presidente de los Estados Unidos le envió a su hijo esta carta, encontrada en Reagan: A Life in Letters:

"Querido Mike,

Ya has escuchado todos los chistes acerca de los casados infelices y los cínicos. Ahora bien, por si nadie te lo ha sugerido, existen más puntos de vista. Te has embarcado en la relación más significativa que hay en la vida humana. Y puede ser lo que tú decidas que sea.

Algunos hombres creen que su masculinidad sólo puede probarse si experimentan escarceos, engreídos y convencidos de que si la mujer no se entera, no le dolerá. La verdad es que, de algún modo, muy profundamente, aunque ella no encuentre restos de barra de labios en el cuello de la camisa o se tope con el marido poniendo excusas acerca de dónde estaba a las tres de la mañana, una esposa sabe, es consciente, y con esa consciencia parte de la magia de la relación desaparece. Seguro que habrá momentos en que te veas con alguien o pienses en los tiempos pasados, y estarás tentado de comprobar si aún puedes estar a la altura, pero déjame contarte cómo es verdaderamente grandioso el reto de probar tu masculinidad y cautivar a una mujer para el resto de tu vida. Cualquier hombre puede encontrar aquí y allá a una idiota que acepte el adulterio, y eso no requiere demasiada virilidad. Sí se necesita ser un hombre para mantenerse atractivo y ser amado por la mujer que lo ha oído roncar, que lo ha visto sin afeitar, lo ha cuidado cuando estaba enfermo y le ha lavado la ropa interior sucia. Si de verdad quieres a una chica, no deberías querer que ella sienta, cuando ve que saludas a tu secretaria o a una chica que ambos conocéis, la humillación de preguntarse si ésta fue alguien que alguna vez hizo que llegaras tarde a casa. Al contrario, deberías querer que cualquier mujer pudiera conocer a tu esposa, y saber que la mujer que tu quieres sonríe interiormente mientras la mira, sabiendo que es la mujer a la que alguna vez has rechazado.

Mike, tú sabes mejor que nadie lo que es un hogar infeliz y lo que puede causar. Ahora tienes la oportunidad de hacer que salga del modo adecuado. No hay mayor felicidad para un hombre que llegar a la puerta de casa al final del día sabiendo que alguien al otro lado está pendiente de escuchar tus pasos.

Con amor,

Papá".

3. Malcolm Scott Carpenter

Con sólo 37 años Carpenter pilotó el Aurora 7 en el espacio, convirtiéndose en el segundo americano en girar alrededor de la tierra. El día anterior al despegue, recibió esta carta de su padre, que se recoge en For Spacious Skies: The Uncommon Jouney of a Mercury Astronaut:

"Querido hijo,

Sólo algunas palabras en la víspera de tu gran aventura, para la que te has entrenado durante tanto tiempo, con el objetivo de hacerte saber que todos la compartimos contigo indirectamente.

Como creo que ya te dije al comienzo del programa espacial, eres un privilegiado por participar en un proyecto pionero de gran escala –de la mayor escala, de hecho, que se le conoce al hombre–.

Sabes que no soy una persona particularmente religiosa, al menos en el sentido de abrazar alguna de las numerosas doctrinas vigentes. Sin embargo, no puedo concebir a un hombre dotado de inteligencia, que percibe el universo ordenado, la gloria de la cima de la montaña, el plumaje del pájaro tropical, la intrincada complejidad de una molécula de proteína, la perfección absoluta e inmutable de un cristal de sal, y que pueda negar la existencia de una fuerza superior. Que decida llamarlo Dios o Mahoma o Buda o Ley de la Probabilidad, poco importa. Me encuentro en mis escritos con frecuencia llamando a la Madre Naturaleza para explicar las cosas, y citándola como responsable del orden del universo. Ella es una divinidad muy satisfactoria para mí. Así que acudo a ella para que te vele y vigile y, si lo desea, que comparta contigo algunos de sus secretos, de los que normalmente es tan celosa.

Con todo mi amor,

Papá".

4. John Steinbeck

Entre la correspondencia del célebre premio Nobel destaca la respuesta que dio a su hijo Thom en 1958, tras la confesión de éste de haberse enamorado desesperadamente de una chica llamada Susan. La carta aparece en Steinbeck: A Life in Letters:

"Querido Thom:

Recibimos tu carta esta mañana. Te responderé desde mi punto de vista y por supuesto Elaine lo hará desde el suyo.

Para empezar, si estás enamorado, eso es bueno, es lo mejor que puede pasarle a nadie. No dejes que nadie lo empequeñezca o lo haga de menos a tus ojos.

En segundo lugar, hay muchos tipos de amor. Uno es egoísta, malo, avaro, ególatra y se usa para darse importancia. Este es el tipo feo y dañino. El otro es una efusión de todo lo bueno que hay en ti, bondad y consideración y respeto, y no sólo el respeto social de los buenos modales, sino el respecto que supone el reconocimiento de que otra persona es única y valiosa. El primer tipo puede hacerte pequeño y débil, pero el segundo suelta tu fuerza, tu valentía, tu bondad e incluso una sabiduría que no sabías que tenías.

Dices que esto no es un amor adolescente. Si lo sientes profundamente, claro que no es un amor adolescente. Pero no creo que me estés preguntando por lo que sientes. Lo sabes mejor que nadie. Lo que quieres de mí es que te ayude al respecto.

Debes estar muy contento y agradecido por ello. El objeto de amor es lo mejor y lo más bello. Intenta vivir de acuerdo a ello.

Si amas a alguien, no hay daño posible en decirlo, sólo tienes que recordar que algunas personas son muy tímidas y a veces al declararse hay que tener esa timidez en consideración.

Las chicas tienen un modo de saber o sentir lo que tú sientes, pero normalmente les gusta también escucharlo. A veces ocurre que lo que tú sientes no es recíproco por una u otra razón, pero eso no hace tus sentimientos menos valiosos o menos buenos.

Finalmente, sé lo que sientes porque yo lo he sentido, y estoy feliz de que lo experimentes.

Estaremos encantados de conocer a Susan. Ella es muy bienvenida. Y no te preocupes por perder. Si está bien, ocurre. Lo principal es no tener prisa. Nada bueno se escapa.

Con amor,

Pa".

5. FrancisScott Fitzgerald

En 1933 escribió a su hija de once años la siguiente carta, recogida en el libroF. Scott Fitzgerald: A Life in Letters:

"Cosas de las que preocuparte:

Preocúpate del coraje

Preocúpate de la higiene

Preocúpate de la eficiencia

Preocúpate de la equitación

Preocúpate...

Cosas de las que no preocuparte:

No te preocupes por la opinión popular

No te preocupes por las muñecas

No te preocupes por el pasado

No te preocupes por el futuro

No te preocupes por crecer

No te preocupes por si alguien se te adelanta

No te preocupes por el triunfo

No te preocupes por el fracaso, a menos que seas tú culpable de él

No te preocupes por los mosquitos

No te preocupes por las moscas

No te preocupes por los insectos en general

No te preocupes por los padres

No te preocupes por los chicos

No te preocupes por las decepciones

No te preocupes por los placeres

No te preocupes por las satisfacciones

Cosas sobre las que pensar:

¿Qué quiero realmente?

¿Cómo de buena soy en comparación con mis coetáneos en lo que respecta a:

a) la erudición

b) ¿entiendo realmente a la gente y puedo llevarme bien con ella?

c) ¿estoy intentando hacer de mi cuerpo un instrumento útil o lo estoy descuidando?

Los consejos paternos suelen tener su razón de ser, y las observaciones de los sabios, también. Por ello, nunca está de más atender a las cartas que algunas figuras de renombre escribieron a sus hijos, donde hallamos la visión de la vida que los caracterizó unida a una ternura paternal. Reunimos aquí cinco cartas que cinco grandes hombres escribieron a su descendencia.

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