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Las cinco principales razones por las que no consigues dejar de comer
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PON FRENO A LA ALIMENTACIÓN EMOCIONAL

Las cinco principales razones por las que no consigues dejar de comer

Comer sin control es la manera más fácil de engordar. Sólo las personas disciplinadas logran adelgazar. No es sencillo, pero con esfuerzo todo es posible

Foto: Comer frente al televisor, distraídos, es la forma más fácil de dejarnos llevar y comer más de la cuenta. (Corbis)
Comer frente al televisor, distraídos, es la forma más fácil de dejarnos llevar y comer más de la cuenta. (Corbis)

Comer sin control es la manera más eficaz de engordar. Por mucho que hagamos ejercicio y nos preocupemos por nuestra dieta, si caemos en lo que se conoce como alimentación emocional, esto es, comer conforme a nuestro estado de ánimo, daremos al traste con nuestros esfuerzos.

La realidad es que, en multitud de ocasiones, no comemos para alimentarnos sino para paliar ciertas emociones: cuando nos aburrimos visitamos la nevera, cuando estamos cansados de trabajar bajamos a la cafetería a tomar algo y cuando tenemos ansiedad nos atiborramos a helado. En definitiva, zampamos debido a una serie de emociones que nada tienen que ver con el hambre, que es lo único que debería empujarnos a comer.

Se ha hablado mucho de la alimentación emocional, que es la principal causante de los trastornos alimenticios, pero no siempre se ha enfocado el problema de forma correcta. Mucha gente piensa que si alguien come guiado por sus emociones es porque tiene una patente falta de autocontrol, pero la realidad, asegura la doctora Jennifer Kromberg en Psychology Today, es que a la gente que cae en este tipo de rutinas lo que le falta es disciplina.

En sus consultas Kromberg ha tratado a muchas personas que se alimentan guiadas por sus emociones y asegura que todos cometen alguno, o varios, de estos cinco errores.

1. Comes de forma inconsciente

En muchas ocasiones comemos sin saber lo que comemos. La alimentación se convierte en una rutina a la que no prestamos atención: no somos conscientes de lo que nos llevamos a la boca y, por tanto, no mantenemos ningún control sobre nuestra dieta. La alimentación inconsciente nos hace comer más y peor, pues cuando estamos distraídos tragamos por inercia, aunque no tengamos hambre.

¿Cómo solucionarlo?

Trata de ser consciente de lo que comes: concéntrate. La alimentación consciente es una de las herramientas más útiles para adelgazar y mantener una vida saludable. Se trata, además, de una técnica cada vez más popular que cuenta con libros, cursos y todo tipo de ejercicios. La máxima, en cualquier caso, es comer con intensidad, disfrutando, pero sólo cuando tenemos hambre.

2. Comer es tu único placer

Para algunas personas comer puede convertirse en una adicción en toda regla. Mucha gente que se pega atracones en cuanto llega a casa lo hace tan sólo porque no tiene nada mejor que hacer. Numerosos estudios han constatado que la grasa y el azúcar liberan ciertos neurotransmisores que nos provocan placer: tienen efectos similares a los de la cocaína. En definitiva, el placer y el relax que sientes al devorar un bol de helado es real y te empuja a comer más de la cuenta.

¿Cómo solucionarlo?

Debes buscar algo que te haga sentirte bien y no sea la comida –ni la droga, claro–. Si no estamos pasando por nuestro mejor momento lo mejor es que practiquemos alguna actividad que nos despeje un poco la cabeza, nos entretenga, y nos aleje de la nevera. Practicar deporte es una buena opción, pero también puedes ir al cine, quedar con los amigos o dedicarte a cualquier hobby. Lo importante es que comer no centre tu tiempo libre.

3. Tienes poca habilidad para tolerar las emociones negativas

Se trata de un problema muy relacionado con el punto anterior: comemos porque nos aburrimos y nos aburrimos porque lo pasamos mal. Se trata de un círculo vicioso que sólo podemos romper si aprendemos a controlar nuestras emociones. Por desgracia, desde pequeño nos han enseñado a ocultar los sentimientos que nos hacen sentir mal y las herramientas con las que contamos para que pasen desapercibidos no suelen ser muy saludables. Hay quien se da a la bebida, pero también quien se refugia en la comida.

¿Cómo solucionarlo?

Debemos aprender a experimentar emociones dolorosas sin tratar de ocultarlas. No es que sea agradable estar triste, furioso o aburrido, pero tenemos que aprender a lidiar con ello sin necesidad de tapar las sensaciones con una solución tan chapucera como pedir una pizza familiar.

4. Tienes un problema fisiológico

La alimentación emocional no siempre tiene un origen psicológico: si no llevamos una vida saludable en el plano físico también podemos incurrir en esta práctica. Estar muy cansado, tener horarios de comida irregulares o llegar con demasiada hambre a casa puede conducirnos a la sobrealimentación emocional. Si estás muy cansado o hambriento no reaccionarás ante la saciedad y comerás con el piloto automático, más de la cuenta.

¿Cómo solucionarlo?

Como han constatado numerosas investigaciones, nuestros horarios vitales determinan fuertemente la manera en que comemos y cómo nos sienta esta comida. Si estás cansado, duerme más; si tienes horarios irregulares de comida, trata de ser más disciplinado. Todo es cuestión de organizarse: “no tengo tiempo” no debe ser una excusa cuando hablamos de salud.

4. Odias a tu cuerpo

Estar descontento con tu figura física es uno de los principales factores de la alimentación emocional, y el más peligroso, pues puede acabar provocando un trastorno alimenticio. La negatividad y la vergüenza no son buenos compañeros para lograr cambios a largo plazo. Muchas personas creen que dejarán de odiar a su cuerpo cuando consigan adelgazar, pero la realidad es que para tener una alimentación saludable debemos dejar de odiar a nuestro cuerpo antes de intentar seguir una dieta pues, o fracasaremos en el intento o se nos irá de las manos, como ocurre con las personas que sufren anorexia.

¿Cómo solucionarlo?

Los sentimientos negativos proyectados sobre uno mismo son muy difíciles de solucionar, cada caso es único y suelen influir muchos factores. Si crees que tu alimentación emocional está causada por este punto lo mejor es que busques ayuda profesional.

Comer sin control es la manera más eficaz de engordar. Por mucho que hagamos ejercicio y nos preocupemos por nuestra dieta, si caemos en lo que se conoce como alimentación emocional, esto es, comer conforme a nuestro estado de ánimo, daremos al traste con nuestros esfuerzos.

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