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El español que ha regresado de Silicon Valley, 40 años después, para contarnos lo que aprendió
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ÁNGEL SANJURJO TRABAJÓ EN EL SRI

El español que ha regresado de Silicon Valley, 40 años después, para contarnos lo que aprendió

Ángel Sanjurjo se ha dedicado durante cuatro décadas a la investigación e innovación en el campo de los materiales y los procesos avanzados. Una labor que

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El español que ha regresado de Silicon Valley, 40 años después, para contarnos lo que aprendió

Ángel Sanjurjo se ha dedicado durante cuatro décadas a la investigación e innovación en el campo de los materiales y los procesos avanzados. Una labor que ha desarrollado en el Stanford Research Institute, situado en el epicentro mundial de la investigación: Silicon Valley. Ahora, a sus 70 años ha decido regresar a Galicia, su lugar de origen, para ofrecer sus conocimientos y experiencia en una tierra especialmente castigada por la carencia investigadora. Su mayor ambición, que pretende consumar junto al coruñés IFFE Business School, es cerrar el círculo de la innovación aplicando los avances teóricos mediante una incubadora de proyectos que, a medio plazo y salvando las distancias, pretende convertirse en el Silicon Valley gallego.

¿Sus principales motivaciones para regresar en un contexto tan poco favorable para la ciencia? Su convicción, dice, de que “aquí también podemos pasar de las palabras a los hechos transformando la teoría en inventos y poniéndolos en el mercado. Hay mucho trabajo por hacer en este sentido, ya no solo evitando la fuga de cerebros, sino también atrayendo a los científicos de fuera. No es fácil, pero es imprescindible para el desarrollo económico y la recuperación del empleo porque ahora mismo hay mucha frustración”.No podemos competir con mano de obra barata, sino con conocimientos e innovación

Una sensación de resignación que también reconoce haber vivido Sanjurjo, pues ha colaborado en la elaboración de varios informes sobre la situación de la ciencia en España y cómo mejorarla, pero que finalmente han caído en el olvido. “Es fundamental potenciar los intercambios entre la universidad y la empresa, enfocando la investigación hacia un terreno más práctico, y no solo a nivel teórico. No podemos competir con mano de obra barata, sino con conocimientos e innovación.

“Hay que detener la hemorragia de la fuga de cerebros"

Las universidades aquí no han sabido evolucionar con los tiempos y se sigue formando a la gente en base a las necesidades del pasado, en lugar que atender al presente”, lamenta el científico gallego. Precisamente, esta es una de las principales diferencias que encuentra entre el modelo norteamericano y el español. Como resultado, la disminución de ofertas laborales que obliga a los jóvenes cerebros a irse a otros países, una “hemorragia que se debe detener cuanto antes porque es un lujo que no nos podemos permitir”.Hay que enfocarse en la investigación productiva para invertir el tiempo y el dinero con más eficacia

Las diferencias entre ambos sistemas, añade, son básicamente culturales. En EEUU “hay todo un ecosistema en el que se encuentran inversores interesados en aportar financiación con alto riesgo, ya que la innovación conlleva un fuerte riesgo por definición”. Además de esta ventaja innata, Sanjurjo también apunta al hecho de que unos investigadores atraerán siempre a otros. Es decir, si existe una amplia comunidad científica, en la que se puedan formar equipos con personas competentes en distintas disciplinas, todos los investigadores estarán atraídos por ese lugar. La protección legal y las infraestructuras son los otros dos factores imprescindibles para dar vida al fructuoso ecosistema científico.

La evolución del I+D en España no ha seguido este camino. Es más, parece haber retrocedido en los últimos años, y es que no se focalizado en una apuesta a largo plazo: “Esta es una cultura que no se construye de un día para otro, hacen falta muchos años para asentarla” y recuperar así el reconocimiento social de los científicos. Un reconocimiento, explica Sanjurjo, que no solo debe venir de los líderes políticos, “una tendencia muy española”, sino “de toda la sociedad en general y de la industria en particular”. Para ello, pide un mayor compromiso con la ciencia que atañe tantoa los medios de comunicación como a las escuelas.

Más educación para construir una cultura científica a largo plazo

La introducción de los valores científicos en las escuelas primarias es una de las herramientas que propone el científico para comenzar a construir esta cultura. Él mismo fue uno de los pioneros, junto a Ramón Masaguer y al padre Díaz de Rábago, en implantar un programa de estas características en las escuelas primarias gallegas a mediados de los 70. “En aquellos tiempos, la principal limitación eran los medios físicos”, recuerda.No sacar partido a la experiencia de los profesionales en edad de jubilación es un despilfarro fruto de una gestión desastrosa

Una barrera que ya no existe hoy en día, pero que no se ha aprovechado lo suficiente: “Desde la Educación Primaria hasta la Universidad se deberían utilizar todas las herramientas tecnológicas”, pues tienen un gran potencial pedagógico y fomentan los intercambios de conocimiento. “Lo más importante es tener gente preparada para entender toda la información que se está creando y adaptarla a las necesidades globales y locales para incrementar el nivel de vida", afirma.

Otro de los puntos débiles que encuentra en el sistema universitario español es su falta de eficiencia. “Hay que enfocarse hacia lo productivo y dejar de invertir tiempo y dinero en lo que no lo sea. Así lograremos una mayor eficiencia mediante la utilización de los recursos de forma más racional y coordinada”, matiza. Por ejemplo, el desarrollo de las energías solares, principalmente la solar en el caso español, es uno de los campos de investigación que reúne estas características. “Ahora es muy importante desarrollar métodos innovadores para almacenar la energía y para reducir la emisión de CO2 a la atmósfera”.

Otra de las sorpresas negativas que se ha encontrado Sanjurjo a su regreso a España es lo “desaprovechados” que están los profesionales en edad de jubilación. Tanto a nivel público como privado, “es un despilfarro no aprovechar sus conocimientos, De hecho, las empresas e instituciones públicas que saben sacar partido a sus profesionales en la edad de jubilación son más eficientes. Un buen ejemplo, dice, son los médicos, los cuales deberían seguir formando a los más jóvenes y traspasándoles su conocimiento porque la experiencia que ganan con los años es muy importante. Dejarlos de lado, recalca, “es un despilfarro fruto de una gestión desastrosa”, en la que no deberían caer ni las empresas ni las instituciones públicas.

Ángel Sanjurjo se ha dedicado durante cuatro décadas a la investigación e innovación en el campo de los materiales y los procesos avanzados. Una labor que ha desarrollado en el Stanford Research Institute, situado en el epicentro mundial de la investigación: Silicon Valley. Ahora, a sus 70 años ha decido regresar a Galicia, su lugar de origen, para ofrecer sus conocimientos y experiencia en una tierra especialmente castigada por la carencia investigadora. Su mayor ambición, que pretende consumar junto al coruñés IFFE Business School, es cerrar el círculo de la innovación aplicando los avances teóricos mediante una incubadora de proyectos que, a medio plazo y salvando las distancias, pretende convertirse en el Silicon Valley gallego.