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La entrevista perfecta: preguntas que debes hacer para que te contraten
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La entrevista perfecta: preguntas que debes hacer para que te contraten

“Aquí yo hago las preguntas, y tú te limitas a responder”. Hace ya mucho tiempo que esa anticuada noción ha desaparecido entre los seleccionadores de

“Aquí yo hago las preguntas, y tú te limitas a responder”. Hace ya mucho tiempo que esa anticuada noción ha desaparecido entre los seleccionadores de personal, sobre todo desde que las entrevistas de trabajo se realizan en un contexto más relajado (pero no menos exigente), y cada vez está más claro que la comunicación entre potencial trabajador y empleador ha de ser bidireccional. En una entrevista, no sólo habremos de proporcionar la información que el seleccionador requiera, sino que al mismo tiempo intentaremos definir una imagen de nosotros mismos que encaje con lo que se busca, cuidando hasta el más mínimo detalle. Ello implica que cualquier cosa que digamos, hagamos, sugiramos o preguntemos pasará a formar parte, para bien o para mal, de esa imagen que el entrevistador tiene de nosotros.

Hay que tener en cuenta que las cuestiones que planteamos dicen tanto de nosotros como las respuestas que podamos dar a las preguntas planteadas por el entrevistador. Lo peor, señalan los expertos, es asegurar que no tienes ninguna duda respecto a la empresa, puesto que ello denota una falta de interés por la firma y el puesto de trabajo que pueden ser percibidas de manera negativa. También, es una forma de dejar pasar la oportunidad de mejorar tu imagen ante el seleccionador. En Where Can You Start? Ace the Job Interview and Get Hired (Career Upshift Productions), su autor, Paul Freiberger, explica que “uno de los momentos más importantes en toda entrevista es cuando el entrevistador te pregunta si tienes alguna pregunta que hacerle”.

Conoces la historia de la empresa, valoras sus logros, te interesa aprender su funcionamiento y además la tienes como referenciaHay que acudir a la entrevista con los deberes hechos, es decir, debemos conocer en la medida de lo posible la mayor cantidad de información sobre la empresa, pero también sobre los jefes de la misma y sobre la persona que va a llevar a cabo el proceso de selección. En definitiva, debemos ir un paso por delante de aquel que nos está sometiendo a prueba. ¿Cuál es el mejor halago que se puede hacer a un encargado de recursos humanos? Seguramente, mostrar un grado de conocimiento de la empresa que no espere de ti, como por ejemplo a la hora de ser capaz de reproducir información sobre la historia de la marca o los valores de la firma. Por ejemplo, una buena pregunta, en ese sentido, sería:

¿Cómo se os ocurrió tomar esta decisión estratégica en el año 2000?

Has matado varios pájaros de un tiro: conoces la historia de la empresa, valoras sus logros, te interesa aprender el funcionamiento de la firma y, además, la tienes como referencia. ¿Quién desearía más? Aunque parezca que estás realizando espionaje industrial, en realidad estás mostrando respeto y cariño por el trabajo de la compañía.

¿Cuál es la estrategia de crecimiento para la empresa?

La firma va a ir mejor, tú quieres estar ahí y deseas formar parte del proceso, y por eso, en tu mente, ya formas parte de la firma. Además, eres un estratega, te sientes con fuerzas de tomar la responsabilidad y te ves capaz de llevar la firma a buen puerto. En definitiva: te preocupa el futuro de la empresa, porque tú serás parte de ella. Y, además, te necesitan.

¿Ofrecéis oportunidades de formación?

El trabajador ideal en el siglo XXI es aquel que es capaz de reinventarse y de aprender continuamente. Por eso, esta pregunta no debería sonar como una exigencia impertinente, sino la muestra más clara de que uno de tus objetivos es seguir creciendo como profesional.

¿Cuáles son los valores de la empresa?

La parte ética y relacionada con lo intangible de una empresa es cada vez más importante, y así se lo trasladan repetidamente superiores y encargados de recursos humanos a los candidatos. Dada esta importancia creciente, quizá sea preferible incidir desde un primer momento en este aspecto y que no sea lo puramente material (sueldo, bonus, etc.), lo que parezca preocuparnos. Siempre habrá momento para negociar.

¿Puedo ponerme en contacto si tengo alguna duda?

Es como pedirle el teléfono a una mujer, una manera de mantener los puentes tendidos con dicha empresa. No quieres ser el pesado que esté llamando constantemente a tu potencial empleador, pero quizá un telefonazo realizado en un momento oportuno, cuando el contratador esté se encuentre cavilando sobre quién será el elegido para el puesto, puede marcar la diferencia.

¿No habéis pensado en centraros en el mercado inglés? Le puede ir muy bien allí a una empresa como la vuestra

Puede que quedes como un metomentodo que cree que sabe desde antes de entrar cómo gestionar la empresa mejor que sus compañeros, pero también puede ser que el seleccionador piense que llevas tus deberes hechos y que quieres comenzar a aportar valor añadido desde antes incluso de estar contratado. Si tienes una buena idea sobre el futuro de la empresa, no te la guardes para cuando te hayan fichado, porque quizá sea demasiado tarde.

¿Hay oportunidades de promoción dentro de la empresa?

Quizá esta sea una de esas cuestiones que a simple vista parezcan inoportunas por el interés que parecen encerrar, pero no se trata únicamente de que estés pensando en tu propio futuro (lo cual, por otra parte, es lógico y normal), sino que pretendes hacer carrera dentro de la firma (es decir, no planeas dejarlos en la estacada). Por supuesto, si la respuesta es dubitativa o negativa, ya sabes que quizá dicha empresa no sea la más indicada si quieres ascender con prontitud.

¿Cómo son los trabajadores que llegan lejos en esta empresa?

En otras palabras: muéstrame el camino de y yo lo seguiré. No sólo demuestra interés por la propia cultura de la empresa, sino también disposición a adaptarse a la idiosincrasia de la firma y de convertirse en uno de esos empleados ideales que siempre se buscan. Cada cual tiene su estilo a la hora de trabajar, cierto es, pero también los profesionales de recursos humanos tienen sus preferidos. Además, posee esta información puede ser una útil guía para el día en que entres tu puesto de trabajo sepas cuál es la actitud más valorada.

“Aquí yo hago las preguntas, y tú te limitas a responder”. Hace ya mucho tiempo que esa anticuada noción ha desaparecido entre los seleccionadores de personal, sobre todo desde que las entrevistas de trabajo se realizan en un contexto más relajado (pero no menos exigente), y cada vez está más claro que la comunicación entre potencial trabajador y empleador ha de ser bidireccional. En una entrevista, no sólo habremos de proporcionar la información que el seleccionador requiera, sino que al mismo tiempo intentaremos definir una imagen de nosotros mismos que encaje con lo que se busca, cuidando hasta el más mínimo detalle. Ello implica que cualquier cosa que digamos, hagamos, sugiramos o preguntemos pasará a formar parte, para bien o para mal, de esa imagen que el entrevistador tiene de nosotros.