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Trucos para salir vivo de las intrigas cotidianas de tu trabajo
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DEL COTILLEO A LA LUCHA POR EL PODER

Trucos para salir vivo de las intrigas cotidianas de tu trabajo

Las empresas, como cualquier otra institución, están expuestas a las luchas de poder, y es algo que tenemos que tener claro si queremos que nuestro día

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Trucos para salir vivo de las intrigas cotidianas de tu trabajo

Las empresas, como cualquier otra institución, están expuestas a las luchas de poder, y es algo que tenemos que tener claro si queremos que nuestro día a día en la oficina sea lo más agradable posible. Las intrigas y los cotilleos no suelen beneficiar a la convivencia en un centro laboral, pero es casi imposible acabar con ellos. Lo que sí podemos hacer, como trabajadores individuales, es minimizar su impacto, tratando de que no nos afecten directamente y no influyan en nuestro trabajo y nuestra progresión dentro de la empresa.

Para lidiar con las intrigas palaciegas propias de toda oficina tenemos que trabajar nuestras habilidades sociales y nuestra inteligencia emocional. En un principio podríamos pensar que la mejor solución es ignorar cualquier movimiento político que se dé en el trabajo, pero es mucho mejor que aprendamos a entender cómo funcionan y tomemos partido cuando sea necesario. Quedarse solo es lo peor que te puede pasar. Estos consejos te ayudarán a tomar la ola cuando sea necesario o dejarla pasar cuando no te convenga.

1. Nada más llegar: escucha y observa

El momento de aterrizaje en el puesto de trabajo es uno de los más delicados. Cuando tenemos un nuevo empleo no sabemos cómo son nuestros compañeros ni nuestros jefes, y no tenemos ni idea de las intrigas que se están cociendo. Lo primero que tendremos que hacer es escuchar y observar lo que ocurre en la oficina, sin tomar partido bajo ningún concepto. Es habitual que a los trabajadores noveles se les acerquen los elementos más perniciosos de la oficina para intentar llevarlos a su bando. Debemos dar la callada por respuesta y evitar posicionarnos, pues no tenemos la suficiente información como para tomar partido. Al menos los dos primeros meses es mejor que mantengamos nuestra boca cerrada y nos limitemos a conocer a nuestros compañeros sin entrar al trapo.

2. Evalúa la situación política

A medida que vas conociendo a tus compañeros piensa quién maneja la información y quién es más influyente. Una vez que lo sepas trata de acercarte a esas personas, algo útil por dos razones: si consigues caerles bien partirás de una buena posición para evitar problemas en el futuro y, además, obtendrás la información que necesitas para saber quién te conviene más, quién defiende una cosa u otra y quién podría jugártela.

3. No te fíes de nadie

Es duro aceptarlo, pero cuando está en juego un ascenso o una prima hay gente que está dispuesta a traicionar a cualquiera. Y es difícil saber quién puede ser leal o no. Por ello es mejor que no airees ningún secreto del trabajo y desconfíes de quien te los cuenta, pues la persona que es por naturaleza cotilla puede serlo también con lo que tú le digas. Si quieres desahogar tus penas sobre asuntos del trabajo hazlo con tu familia y amigos, con los que no hay riesgo de filtraciones.

4. No te creas nada

La oficinas son entornos muy dados a la difusión de rumores infundados, máxime cuando la dirección no es demasiado trasparente. Alguien oye algo mientras toma un café, le manda un correo a otro departamento, se comenta el asunto en un descanso para un cigarro y al final del día ocurre como en el juego del “teléfono escacharrado”: la información que se extiende no tiene nada que ver con a realidad. Lo mejor que podemos hacer cuando nos llega un rumor de este tipo es no darlo por cierto. Ante la duda, mejor ser escéptico y no tomar partido, si el rumor es falso desaparecerá por sí mismo y si es verdadero nos enteraremos por alguna fuente fiable.

5. No entres al trapo en corruptelas negativas

Es triste pero, como todo el mundo sabe, una oficina puede convertirse en cualquier momento en un patio de colegio. Evita en la medida de lo posible participar en conversaciones en las que se critica abiertamente a un compañero que está ausente, y si alguien viene a criticar a otra persona a sus espaldas trata de pararle los pies: puede que te expulsen de los cotilleos, pero a la larga saldrás ganando.

6. Intenta no tomar partido

En todas las oficinas hay bandos y grupos de amigos. Esto no es necesariamente malo, pero si tomas partido abiertamente por alguno de los grupos te convertirás enseguida en enemigo del bando contrario. Si quieres llegar lejos en la empresa lo mejor es que trates de llevarte bien con todo el mundo, pues nunca sabes cuándo y dónde vas a necesitar un aliado. Mira a tu alrededor, las personas neutrales son las que siempre salen mejor paradas.

7. Sé diplomático

Por mucho que tratemos de evitar el conflicto éste puede salpicarnos en cualquier momento. Si hay tensión con algún compañero lo mejor es tirar de diplomacia e, incluso, hipocresía, y hacer como si no hubiera ocurrido nada, manteniendo las formas y siendo educado. Por muy mal que nos caiga alguien lo más inteligente es ser lo más cordial posible.

 8. Mantén en secreto tu vida privada

No es bueno mezclar demasiado nuestra vida personal con la laboral. Podemos hacer buenos amigos en el trabajo, y que estos pasen a formar parte de nuestro círculo social, algo que no es malo en absoluto, pero no podemos pretender ser amigos de todo el mundo, y contar a toda la oficina nuestros problemas personales. Compartir demasiada información privada es poco profesional y puede traernos problemas.

9. No pierdas los papeles

En momentos de tensión laboral es relativamente fácil que gritemos, lloremos o demos un puñetazo encima de la mesa, cosas que no deberíamos hacer bajo ningún concepto delante de nuestros compañeros. Si sientes que tienes ansiedad, la situación te supera y vas a estallar, deja lo que estés haciendo y ve al baño o a dar un paseo hasta que logres calmarte. Las pataletas pueden hacer que digas cosas de las que luego te arrepientas. Si, pese a esto, pierdes los papeles, pide perdón a quién haya presenciado la escena, olvídalo y haz como si no hubiera pasado nada cuando te pregunten. 

Las empresas, como cualquier otra institución, están expuestas a las luchas de poder, y es algo que tenemos que tener claro si queremos que nuestro día a día en la oficina sea lo más agradable posible. Las intrigas y los cotilleos no suelen beneficiar a la convivencia en un centro laboral, pero es casi imposible acabar con ellos. Lo que sí podemos hacer, como trabajadores individuales, es minimizar su impacto, tratando de que no nos afecten directamente y no influyan en nuestro trabajo y nuestra progresión dentro de la empresa.