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Hay muchas aguas minerales y no todas convienen (dependiendo de la edad)
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CÓMO ELEGIR LA MÁS ADECUADA

Hay muchas aguas minerales y no todas convienen (dependiendo de la edad)

Las aguas minerales naturales tienen un factor común: son puras en origen tanto de elementos químicos como de microbios. Pero su composición mineral varía en función

Foto: Hay muchas aguas minerales y no todas convienen (dependiendo de la edad)
Hay muchas aguas minerales y no todas convienen (dependiendo de la edad)

Las aguas minerales naturales tienen un factor común: son puras en origen tanto de elementos químicos como de microbios. Pero su composición mineral varía en función del tipo de roca por donde se filtra y del tiempo, profundidad y temperatura durante su recorrido por el subsuelo.

Las hay de mineralización débil o fuerte, ricas en calcio, bicarbonatadas alcalinas, fluoradas… más de cien variedades distintas en España. Todas ellas se envasan a pie de manantial con procesos que evitan su contaminación. Además, su composición se mantiene inalterable y se puede consultar en las etiquetas de los envases, eligiendo aquella que se ajusta más a nuestras necesidades.

Foto: Existen hasta seis denominaciones distintas de agua mineral natural. (iStock)

¿Y el agua del grifo? Procede del agua de lluvia que llega a los embalses y desaladoras. Es potable ya que debe cumplir escrupulosamente las normas de seguridad y, por tanto, no es perjudicial para la salud. Aunque su sabor, aceptable o no, varía según las zonas hasta el punto de que en determinadas localidades, especialmente de costa, muchas personas optan por no beberla.

Diferentes composiciones, diferentes beneficios

“El agua del grifo es maravillosa para cocinar, para ducharnos, para regar… pero desde el punto de vista nutricional hay diferencias notables con las minerales envasadas que no tienen tratamiento químico, ni bactericida, ni microbiológico”, apunta el doctor Francisco Maraver, presidente del Comité Científico del Instituto de Investigación Agua y Salud. La distinta composición mineral del agua influye en nuestro organismo en las diversas etapas vitales.El agua envasada conlleva un gasto, pero es que nos da una garantía absoluta

El doctor Maraver, también profesor titular de la cátedra de Hidrología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, explica que el tipo de agua “depende más de la zona geológica, que de la zona geográfica” ya que para su composición es fundamental es “subtrato hidrológico donde subyace”.

“Cuando tienen baja mineralización -apunta- podemos encontrarlas en el norte y en el sur pero hay regiones donde hay un agua muy específica relacionada con el subtrato. Por ejemplo, en Galicia o Cataluña hay aguas envasadas minerales naturales, bicarbonatadas sódicas que están muy acreditadas y que se venden muchísimo”.

Agua mineral para cada momento vital

En la infancia: el Instituto de Investigación Agua y Salud recomienda utilizar el agua mineral natural envasada en los niños, que deben beber 0,6 litros diarios en el primer año de vida y de 1,8-2,6 litros en la adolescencia. El agua mineral natural es la bebida no nutritiva que debe acompañar al niño tanto en las comidas como fuera de ellas como una estrategia de hábito de vida saludable que previene el sobrepeso y la obesidad, señala uno de los estudios realizados en este organismo.

La composición química estable y conocida permite al pediatra indicar determinadas marcas en función de la concentración de sodio, calcio y flúor, fundamentalmente. El agua mineral natural no necesita ser hervida para preparar los alimentos infantiles en el primer año de vida, ya que es pura en origen.

Durante la lactancia: el agua mineral natural juega un papel fundamental en el embarazo, favoreciendo su adecuado desarrollo, o durante la lactancia, preservando la cantidad y calidad de la leche materna. El consumo apropiado de agua durante la menopausia, además de reducir los efectos del envejecimiento en piel y huesos, mantiene el peso corporal.

Beber agua mineral, por ejemplo, aguas ricas en selenio, ayuda a incrementar los niveles de antioxidantes, disminuyendo los efectos dañinos sobre la piel. Este hábito es más importante en la menopausia ya que la bajada de hormonas origina sequedad cutánea. Nutrientes como el flúor, el calcio, el fósforo y el magnesio actúan sobre los huesos y ayudan en la prevención de la osteoporosis. El agua mineral controla la hipertensión arterial en el consumo de aguas minerales bajas en sodio.

Las aguas ricas en calcio, magnesio y sulfatos son recomendables para la prevención cardiovascular al actuar sobre el metabolismo de las lipoproteínas, reduciendo el riesgo de coagulación sanguínea y enfermedad cardíaca mortal. Las aguas bicarbonatadas son las más adecuadas en casos de diabetes, por producir una menor respuesta glucémica.

En la vejez: es importante en esta etapa contar un aporte nutricional y, sobre todo, con un nivel constante de hidratación. En la tercera edad se produce una disminución de la percepción de la sed y sin embargo necesitan un aporte extraordinario de agua. En este sentido, conviene insistir en la necesidad de que beban, aunque no tengan sed y que realicen la ingesta de agua de forma gradual a lo largo del día.

La hidratación, fundamental

La hidratación diaria es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Las aguas minerales naturales, puras y ricas en minerales y oligoelementos, son muy recomendables para una correcta hidratación.Beber agua mineral rica en selenio ayuda a incrementar los niveles de antioxidantes

Para los adultos sanos una deshidratación del 2,8% del peso corporal por exposición al calor o tras un ejercicio fuerte, conlleva una disminución de la concentración, del rendimiento físico, de la memoria a corto plazo, un aumento del cansancio, cefaleas, así como reducción del tiempo de respuesta. Debido a que la deshidratación aumenta también el esfuerzo cardiovascular, cuando se superan cifras de deshidratación del 10% del peso corporal total, es imprescindible recibir asistencia médica adecuada para permitir la recuperación.

Cultura hidrológica

Saber elegir el agua más apropiada en función de nuestras necesidades vitales refleja nuestro nivel de cultura hidrológica. El doctor Maraver considera que en España existe una cultura hidrológica nacida de la tradición de los balnearios que ha hecho que muchas personas “asocien la pureza en origen del agua con la salud”.

“Hay ciudades que consumen más agua del grifo que envasada pero es más pero por la calidad del agua… pero en cada una de las regiones sí hay conocimiento de las aguas locales y por supuesto de las marcas nacionales”. También influye, como no, el factor precio, sobre todo en aquellas zonas que el agua envasada sustituye a la del grifo al no tener un sabor o color óptimo.

El precio tiene peso sobre todo cuando se compra como sustitutivo del agua del grifo. “Es como el que compra un alimento saludable. Evidentemente el agua envasada conlleva un gasto, pero es que nos da una garantía absoluta”, subraya el profesor.

España, a la cabeza del consumo mundial

España tiene una gran riqueza tanto en aguas medicinales de balneario como en aguas naturales envasadas (más de un centenar). “Y sobre todo, y a pesar de la crisis, está entre los siete primeros países consumidores a nivel mundial de aguas envasadas porque hay una cultura de agua importante”, señala Maraver.

El agua mineral envasada la encontramos en cualquier establecimiento de alimentación, “otra cosa es la variedad y que la gente tenga la suficiente cultura hidrológica para elegir qué tipo de agua le viene bien en función de su momento vital, concluye el responsable del Instituto de Investigación Agua y Salud.

Las aguas minerales naturales tienen un factor común: son puras en origen tanto de elementos químicos como de microbios. Pero su composición mineral varía en función del tipo de roca por donde se filtra y del tiempo, profundidad y temperatura durante su recorrido por el subsuelo.