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Las cuatro mejores maneras para ligar, según los expertos
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Las cuatro mejores maneras para ligar, según los expertos

No todo el mundo tiene facilidad para flirtear con alguien del sexo opuesto, ya sea por timidez, poca confianza en uno mismo o falta de costumbre.

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Las cuatro mejores maneras para ligar, según los expertos

No todo el mundo tiene facilidad para flirtear con alguien del sexo opuesto, ya sea por timidez, poca confianza en uno mismo o falta de costumbre. Las estanterías de las librerías rebosan de libros de autoayuda en los que se facilitan técnicas y estrategias varias de cortejo al ávido lector. Sin embargo, la seducción es un ritual muy personal, en el que lo que le va bien a unos significa el fracaso estrepitoso para otros.

Ninguna de las técnicas recomendadas por los coach se debe asumir como una llave mágica para el éxito amoroso. Se trata de algo más complejo donde intervienen tanto la forma de ser del interesado como de la persona a la que se quiere abordar, así como el contexto, el estado anímico y muchos otros factores externos. Es por ello que recopilamos los cuatro métodos más populares teorizados por los coach especializados en relaciones sentimentales, para que cada uno valore cuál se adapta mejor a su personalidad.

Tomándolas por separado o en conjunto, cada cual deberá practicar y pulir estas estrategias para acabar diseñando la suya propia. De este modo, se evitará caer siempre en los mismos errores y ganar en seguridad. Dos aspectos que, al fin y al cabo, son las herramientas más fiables para conseguir conquistar a alguien.

Utiliza el humor         

No se trata de ser el típico gracioso que puede acabar cansando, sino de hacer comentarios ingeniosos de vez en cuando para afianzar los vínculos entre ambos. Si la forma de abordar a alguien es mediante una broma, hay que elegir muy bien el momento y el comentario, pues el efecto que produzca determinará si es posible o no entablar una conversación a posteriori.El típico gracioso acaba cansando a las mujeres

La capacidad para sorprender siempre será mejor para alcanzar estos objetivos que parecer monótonos y aburridos. Una vez captada así su atención, se debería mantener el interés conversando con la otra persona, siempre tratando de evitar esos silencios incómodos y apelando a su buen sentido del humor. Si es así, no hables demasiado rápido para no denotar nerviosismo y vulnerabilidad.

La naturalidad y las posturas relajadas aumentarán el entusiasmo y las ganas de mantener una conservación con las personas desconocidas. No hables demasiado de ti mismo ni seas arrogante. Contar con pelos y señales tu vida no tendrá resultados positivos casi con total seguridad. Esta actitud acabará aburriendo a la otra persona que se sentirá poco identificada con el tema de conversación, por lo que dejará de interactuar tarde o temprano. Suele ser más positivo hacer preguntas, escuchar e interesarse por la otra persona para encontrar algún punto de encuentro.

No ahorres en elogios

Existen ciertas contradicciones entre los coach sobre la utilidad de los cumplidos. Para algunos de ellos se trata de una buena herramienta para romper el hielo, algo así como la escusa perfecta para acercarse a la persona, generar empatía y comenzar así una conversación. Destacar aquellas cualidades físicas o psíquicas que más nos impresionan del otro es una declaración en toda regla de las intenciones de uno, por lo que la reacción de la persona aludida dará las pistas necesarias para saber si es conveniente o no continuar con el cortejo. Por ello hay que tener siempre presentes los límites, que muchas veces se establecen con lenguaje no verbal, para no sobrepasarse.Es importante no dejar aflorar el ego ni alardear de las virtudes propias

Los que no recomiendan acercarse a otra persona de esta manera halagadora se basan en el peligro de que la reacción de ella o él sea negativa, pero esto es impredecible. Cada persona puede interpretar de forma diferente un mismo piropo y, aunque sea una buena forma de iniciar una conversación, no asegura nada de antemano. Si se reciben respuestas de rechazo, no insistas excesivamente, pues solo empeorarás las cosas.

Ayuda y sé amable

Si alguien está en apuros o necesita algún tipo de ayuda no dudes en echar una mano. Seguro que se aceptará de buen agrado, creando así una buena atmósfera y generando confianza. Ni siquiera es recomendable preguntar “¿te puedo ayudar?”, pues si lo haces directamente y eres resolutivo conseguirás impresionar todavía más.

La prudencia siempre es necesaria, pues precipitarse es sinónimo de fracaso, pero tampoco conviene que sea excesiva. Además se valorará más positivamente pecar de impetuoso que de persona fría. De todos modos, las clásicas actitudes ‘de caballeros’ o ‘de damas’ no siempre funcionan, pues dependerá de cuestiones generacionales y culturales.

Ni arrogante ni excesivamente humilde

No todo el mundo tiene facilidad para flirtear con alguien del sexo opuesto, ya sea por timidez, poca confianza en uno mismo o falta de costumbre. Las estanterías de las librerías rebosan de libros de autoayuda en los que se facilitan técnicas y estrategias varias de cortejo al ávido lector. Sin embargo, la seducción es un ritual muy personal, en el que lo que le va bien a unos significa el fracaso estrepitoso para otros.