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Por qué las mujeres son mejores líderes que los hombres (aunque no quieran)
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SÓLO LAS SUPERAN EN POCAS FACETAS

Por qué las mujeres son mejores líderes que los hombres (aunque no quieran)

Los estereotipos consolidados empujan a muchos hombres a pensar que ellos son, por naturaleza, mejores líderes. Al fin y al cabo, son los que suelen ocupar

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Por qué las mujeres son mejores líderes que los hombres (aunque no quieran)

Los estereotipos consolidados empujan a muchos hombres a pensar que ellos son, por naturaleza, mejores líderes. Al fin y al cabo, son los que suelen ocupar la mayor parte de puestos directivos y de responsabilidad en las empresas. Como señalan los datos proporcionados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el pasado año, tan sólo uno de cada siete directivos europeos es una mujer, mientras que en Estados Unidos únicamente el 15% de los consejos de administración está formado por mujeres. La escasa presencia del género femenino en puestos de responsabilidad (aunque este vaya en aumento continuo) ha provocado que muchos aún no hayan reparado en sus cualidades como líderes, que los expertos mantienen que son mucho más útiles para ocupar esta clase de puestos que las de los hombres.

La principal razón es que se tiende a pensar que sus características como encargada del hogar, madre y esposa, en definitiva, la figura que tiende a proporcionar cohesión a la institución familiar, serían especialmente útiles en el contexto de una organización formal en la que el bienestar de todos sus miembros es un factor clave. Por el contrario, el varón tendería a ser mucho más individualista, competitivo y despiadado. Es decir, las características con las que habitualmente se ha caracterizado al cazador/recolector. Se trataba en muchos casos de meras nociones surgidas de la teoría evolucionista, pero que no contaban con datos contantes y sonantes para refrendarlas. Al menos, hasta que Zenger / Folkman, una consultora dedicada a asesorar a las empresas sobre liderazgo, decidió arrojar una nueva luz sobre este asunto. Y descubrió que en la mayor parte de habilidades sociales necesarias para ser líder, la mujer es superior al hombre.

Los hombres tienen mejor visión estratégica

Los datos fueron obtenidos a partir de un análisis de 7.280 líderes, cuya efectividad durante el ejercicio 2011 fue valorada por Zenger / Folkman a partir de diferentes categorías relacionadas con sus habilidades. Al igual que en el entorno europeo, entre los líderes, los hombres abundaban mucho más que las mujeres. Concretamente, en las posiciones más altas de la empresa había un 78% de hombres, por un 22% de mujeres. Pues bien, de ese 22%, las mujeres superaban a sus contrapartidas masculinas en 12 de las 15 áreas analizadas, en las que se incluían las ventas, el marketing, el departamento legal y el desarrollo de productos. Los hombres vencían en el servicio al cliente, la administración y el mantenimiento. En general, la efectividad de las mujeres se situaba en un 53%, mientras que la de los hombres, en un 47%.

Las mujeres son mejores en la comunicación y relación con el personalDe lo que no hay lugar a dudas es de que en cuanto a las competencias sociales, las mujeres parecen ser más útiles que los hombres. En ese aspecto, ellas superaban a ellos en 12 de las 16 categorías, que eran, a saber: la iniciativa, el autodesarrollo, una alta honestidad e integridad, la determinación por obtener resultados, el desarrollo de los demás, la inspiración y motivación de los compañeros, la construcción de relaciones interpersonales, la colaboración y el trabajo en equipo, el establecimiento de metas, la capacidad de liderar cambios, la resolución y análisis de problemas y la comunicación eficiente. En los siguientes tres puntos –la conexión del grupo con el mundo exterior, la innovación y la maestría técnica–, hombres y mujeres estaban casi empatados. Y tan sólo en un campo, el hombre superaba a la mujer, que era el referido al desarrollo de perspectivas estratégicas.

Los responsables del estudio y fundadores de la empresa, Jack Zenger y Joe Folkman, mantienen que “a pesar de que los hombres sobresalen en los campos técnico y estratégico, las mujeres tienen claramente la ventaja en las extremadamente importantes áreas de comunicación y relación con la gente. También sobrepasan a sus contrapartidas masculinas en su obtención de resultados”. Los investigadores señalan que esta última idea puede contradecir totalmente la idea que la mayor parte de los hombres tienen sobre sus capacidades.

Además, a estos resultados hay que añadirle otra investigación realizada en el PEW Research Center durante el año 2008 sobre una muestra de 2.250 líderes. Su conclusión es que las mujeres eran más honestas (un 50% frente a un 20), inteligentes (38 frente a 14), creativas (62 frente a 11) y, sobre todo, compasivas, con nada menos que un 80 frente a un cinco. Eso sí, los hombres las superaban en decisión.

Dos estilos opuestos

Un estudio realizado en 2001 por Alice H. Eagly y Blair T. Johnson detallaba las diferencias en los métodos de liderazgo que distinguían a hombres y mujeres. En primer lugar, recordaba que estos modelos suelen surgir de los estereotipos, que a la vez influyen en nuestro propio comportamiento. Es decir, dado que nuestras actitudes están marcadas por dichas ideas preconcebidas, estamos condenados a comportarnos con nuestros superiores, sean hombres o mujeres, de la manera que se espera debemos actuar. Lo cual suele ocasionar que, aunque determinada persona no se comporte de una manera concreta de por sí, el propio trabajador termine influyendo en su actuación gracias a su propio comportamiento. En definitiva, si eres una jefa mujer, te tratarán como consideran que deben tratar a una superior.

Si las mujeres fuesen autoritarias, probablemente tendrían problemas de legitimidadLa primera aclaración que realizan los autores, que llevan 20 años investigando sobre el tema, es que las mujeres tienden a ser más democráticas cuando están al mando de una organización. Pero no únicamente porque su programación genética o su educación les empuje a ello, sino también porque son conscientes de que adoptar un rol demasiado duro podría originar “problemas de legitimidad” entre sus subordinados, recelosos de tal figura de autoridad.

En general, las mujeres responden a un modelo más transformacional de la empresa, un mayor uso de lo que los investigadores consideran el “uso de recompensas contingentes” (es decir, aquellas que se otorgan por actuaciones concretas). Por el contrario, llevan a cabo un menor empleo del llamado “management-by-exception”, que se suele referir a aquel que sólo interfiere cuando las cosas comienzan a ir mal o los resultados no encajan. Unido a su menor uso del “dejar hacer”, los investigadores identifican en este punto su principal diferencia respecto al sexo masculino, que al mismo tiempo, sería lo que les otorga su fama de mejores organizadoras, puesto que las haría líderes más activas.

Los responsables del estudio intentan rebajar la euforia de ciertos medios de comunicación, como el Business Week, que señalaba en un artículo que “la solución a todos los problemas es contratar a una mujer”, recordando que por ahora, las mujeres en puestos de responsabilidad son aún percibidas como una amenaza por muchos hombres.

Los estereotipos consolidados empujan a muchos hombres a pensar que ellos son, por naturaleza, mejores líderes. Al fin y al cabo, son los que suelen ocupar la mayor parte de puestos directivos y de responsabilidad en las empresas. Como señalan los datos proporcionados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el pasado año, tan sólo uno de cada siete directivos europeos es una mujer, mientras que en Estados Unidos únicamente el 15% de los consejos de administración está formado por mujeres. La escasa presencia del género femenino en puestos de responsabilidad (aunque este vaya en aumento continuo) ha provocado que muchos aún no hayan reparado en sus cualidades como líderes, que los expertos mantienen que son mucho más útiles para ocupar esta clase de puestos que las de los hombres.