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5 razones (no económicas) que te harán perder tu trabajo
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2013 MARCA EL INICIO DE UNA ERA MUY DURA

5 razones (no económicas) que te harán perder tu trabajo

Jubilarse en la empresa donde iniciamos la carrera profesional, contar con la posibilidad de ascender laboralmente o disfrutar de cierta seguridad en el trabajo, eran algunas

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5 razones (no económicas) que te harán perder tu trabajo

Jubilarse en la empresa donde iniciamos la carrera profesional, contar con la posibilidad de ascender laboralmente o disfrutar de cierta seguridad en el trabajo, eran algunas de las características tradicionales del mercado laboral que se están convirtiendo en residuos del pasado. Esta transformación no es fruto de la situación económica actual, ni siquiera de la reconversión industrial, sino de la acelerada innovación tecnológica que está alterando los viejos esquemas laborales e imponiendo unas nuevas reglas de juego, donde la máxima imperante es renovarse o morir. Reciclarnos a nivel formativo y a cambiar radicalmente nuestra concepción sobre las estructuras en las que ya se asienta el mercado laboral, emprender y centrarnos en la búsqueda del “buen vivir” son fundamentales para sobrevivir en la realidad que moverá el mundo.

El empresario norteamericano y experto en fondos de inversión, James Altucher, ha sintetizado en su último e imprescindible ensayo, titulado I Was Blind But Now I See, algunas de las razones más importantes que reflejan el advenimiento de esta “Nueva Era”.

La clase media está muerta

A nivel laboral se ha impuesto la temporalidad, tanto por las nuevas necesidades del mercado, como por la realidad cambiante, en la que se ha instaurado definitivamente la ‘sociedad de la incertidumbre’ teorizada por el sociólogo alemán Ulrich Beck. Esta sociedad postindustrial está caracterizada por el riesgo, donde hay que lidiar con muchas más amenazas laborales. En este contexto, la fragmentación social se refleja en una paulatina desaparición de la clase media como continente mayoritario de los individuos, y la movilidad social se reduce, como ya se apuntaba en el artículo Nos ha costado mucho llegar hasta aquí y ahora nos quedamos sin nada.

Altucher toma como ejemplo la generalización de la subcontratación y el relevo laboral protagonizado de los robots, que realizarán muchas de las funciones de los actuales trabajadores, para explicar este fenómeno sociológico. Precisamente, hace unos meses se inauguraba en la provincia china de Heilongjiang el primer restaurante atendido íntegramente por 18 tipos diferentes de robots que cocinan, sirven y recogen las mesas, limpian y hasta actúan como vigilantes de seguridad. Este es el nuevo paradigma: la clase media ha muerto y quizá, en no demasiados años, será reemplazada por robots humanoides.


Tus conocimientos y habilidades ya no son útiles

Este reemplazo tecnológico, unido a los principios del copyleft, el outsourcing (terciarización) y la constante búsqueda de la eficiencia productiva está desdibujando la clase obrera dentro del marco de lo que se conoce como capitalismo cognitivo. La mayoría de los puestos de trabajo con más demanda hace tan solo dos décadas han desaparecido y nunca más se volverá a necesitar a estos profesionales.

La crisis económica está generando un duro y constante adelgazamiento de puestos de trabajo, tanto en el sector privado como en el público. El mercado laboral ya “nunca podrá ni querrá absorber los mismos puesto de trabajo que antaño”, dice Altucher, por lo que inevitablemente estaremos abocados a vivir con un paro estructural que afectará a un porcentaje muy alto de la población.

El talento ya no interesa a las empresas

Los profesionales talentosos son caros, y “las empresas prefieren un ejército de trabajadores mediocres y fieles”, por supuesto mal remunerados, que una estrella con un sueldo anual desorbitado. Como comenta el empresario norteamericano, los profesionales de recursos humanos se están especializando en “destruir las aspiraciones profesionales de sus mejores trabajadores”, para así ahorrar costes salariales y no tener que ofrecerles mayores privilegios.

El colapso de las pensiones y planes de jubilación

“La capacidad de ahorro es un mito” y la cobertura social del Estado de bienestar se ha ido para no volver, apunta el empresario norteamericano. En medio de esta coyuntura crecerá el autoempleo, la sociedad será mucho más emprendedora y se implantará la conocida como jubilación activa (asunción de otras labores más acordes a esta etapa vital) porque “la riqueza nunca será alcanzable trabajando como asalariados”.

Nos hemos percatado de que el dinero no da la felicidad

El tiempo libre, las actividades creativas o el reconocimiento social son elementos que vehiculan la felicidad mucho más que el dinero, como demuestran una multitud de estudios psicológicos. Además, el incremento salarial es sinónimo de aumento de responsabilidades y, por tanto, de una reducción del tiempo libre para disfrutar con los amigos y la familia. De hecho, la recuperación de estos últimos valores es uno de los puntos positivos que caracterizarán a la sociedad de la “Nueva Era”, anteponiéndose estas prioridades a las salariales, apunta el experto inversor. Un buen vivir, con austeridad bien entendida, pero con felicidad.

Como apuntaba a El Confidencial Robert Skidelsky, biógrafo de John Keynes y miembro de la Cámara de los Lores británica, con motivo de la publicación de su último libro: “Este estilo de vida no funciona, por lo que tenemos que buscar alternativas hacia el buen vivir”. En palabras de Altucher “debemos tender a controlar nuestro propio destino en lugar de dejarlo en manos de los demás”.

Jubilarse en la empresa donde iniciamos la carrera profesional, contar con la posibilidad de ascender laboralmente o disfrutar de cierta seguridad en el trabajo, eran algunas de las características tradicionales del mercado laboral que se están convirtiendo en residuos del pasado. Esta transformación no es fruto de la situación económica actual, ni siquiera de la reconversión industrial, sino de la acelerada innovación tecnológica que está alterando los viejos esquemas laborales e imponiendo unas nuevas reglas de juego, donde la máxima imperante es renovarse o morir. Reciclarnos a nivel formativo y a cambiar radicalmente nuestra concepción sobre las estructuras en las que ya se asienta el mercado laboral, emprender y centrarnos en la búsqueda del “buen vivir” son fundamentales para sobrevivir en la realidad que moverá el mundo.