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Envejece correctamente: qué hacer para vivir más
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LA GENÉTICA NO ES DECISIVA

Envejece correctamente: qué hacer para vivir más

Llegar a la vejez en un buen estado de salud es una de las cosas que más nos preocupan de nuestro bienestar

Foto: Envejeciendo correctamente: cómo cuidarse para vivir más
Envejeciendo correctamente: cómo cuidarse para vivir más

Llegar a la vejez en un buen estado de salud es una de las cosas que más nos preocupan de nuestro bienestar. Al fin y al cabo, ¿de qué sirve cuidarse si no es para vivir más y mejor? Pero hay algo que a todos nos hace reflexionar: no cabe duda de que la vejez es ciertamente injusta. Todos hemos conocido a personas que han fumado y bebido hasta su último suspiro y han vivido hasta los 90 años con una salud formidable, y otras que han tenido una vida de lo más saludable y no han llegado a cumplir los 70. Hay personas que viven nueve décadas sin hacer ningún esfuerzo gracias a unos genes superiores, y los hay que lo tienen más complicado, pero una cosa es clara: diga lo que diga la genética, hay comportamientos que ayudan a vivir más y, sobre todo, a tener una vejez más activa, saludable y feliz.

El envejecimiento es uno de los campos que más preocupan a los científicos –la búsqueda de la eterna juventud nos ha fascinado desde que teníamos uso de razón–, y ha habido muchos avances al respecto en la última década. Ahora conocemos muchos de los procesos celulares que causan un declive general de nuestras funciones vitales y sabemos de qué manera afectan la dieta, el estilo de vida, el ejercicio o el estrés, que tienen más importancia de lo que pensamos. Estos son unos simples consejos que podemos seguir para envejecer de forma más saludable.

La comida, mejor al horno

Los alimentos cocinados a altas temperaturas contienen una serie de componentes tóxicos conocidos como productos de glicación avanzada (AGE, por sus siglas en inglés) que aceleran el envejecimiento. Los AGE, que aparecen principalmente cuando se cocina a la parrilla o a la brasa, generan un gran número de radicales libres que se acumulan en la sangre y los tejidos, activando el sistema inmune, y llegando a provocar inflamación crónica. Diversos estudios han asociado su consumo con la diabetes, y su abuso puede provocar diversos problemas cardiovasculares.

Los AGE no aparecen sólo cuando se hace una barbacoa, muchos alimentos procesados contienen este tipo de compuestos, pues han sido cocinados con altas temperaturas. En general, la comida rápida y precocinada es generosa en AGE.

Duerme bien, como poco siete horas al día

Aunque los científicos no acaban de ponerse de acuerdo respecto al tiempo ideal que debemos dormir, han constatado en sobradas ocasiones que un déficit de horas de sueño provoca problemas cardiovasculares, diabetes y una menor tolerancia hacia el dolor.

Por el contrario, la gente que duerme más de siete horas al día, tiempo por encima del cual podemos considerar que estamos durmiendo lo suficiente, tiene sistemas inmunes más fuertes, menos estrés y menos facilidad para engordar.

Haz ejercicio, al menos 15 minutos al día

No se necesita hacer demasiado ejercicio para mejorar significativamente nuestra vejez. Un estudio publicado el mes pasado en la revistas PLoS Medicine aseguraba que con caminar 15 minutos al día para vivir dos años más. Según el mismo estudio, entre las personas con un peso normal, aquellas que andaban media hora cinco días a la semana, vivían de media siete años más. Hacer ejercicio moderado, por poco que sea, nos ayuda a neutralizar los radicales libres y estimula nuestro sistema inmunológico. Cuando se habla de hacer ejercicio pensamos en salir a correr o ir a la piscina, pero lo verdaderamente importante no es hacer deporte, sino evitar el sedentarismo, y para ello es suficiente con movernos un poco todos los días.

Encuentra un hobby

¿Qué tienen que ver la jardinería, la filatelia o el canto gregoriano con el envejecimiento? Según un estudio japonés, más de lo que pensamos. Tras estudiar a 2.000 personas de entre 65 y 84 años, un equipo de investigadores de la Universidad de Sapporo, constató que las personas que practican cualquier afición que les mantenga distraídos tienen una tasa de mortalidad significativamente menorymenos probabilidades de tener movilidad reducida que aquellas personas que no tienen un hobby concreto.

Come menos, ayuna si puedes

Diversas investigaciones con animales han mostrado queuna reducción drástica en la ingesta de calorías retrasa significativamente el envejecimiento. Los efectos de una dieta muy restrictiva todavía deben ser demostrados en humanos, pero en ratonessus efectos han sido comprobados en varias ocasiones. Los estudios muestran como los animales de laboratorio llegan a vivir casi el doble cuando se les restringe en un 30% el aporte calórico medio de cada especie.

Aunque nadie recomienda ayunar de una forma tan drástica, un estudio publicado el pasado mayo en la revista Cell Metabolismaseguraba que establecer horarios de comida más estrictos, con mayor tiempo de ayunas entre ellos, podría prevenir la obesidad, la diabetes y las enfermedades hepáticas.

No te estreses

Como han constatado numerosos estudios, el estrés no sólo nos incomoda psicológicamente, también puede enfermarnos: adormece el sistema inmune, seca el tracto digestivo, puede deteriorar la memoria y, en casos extremos, provoca ataques de ansiedad, llegando, incluso, a acelerar el envejecimiento celular. El estrés, además, es un indicativo de que no estamos llevando una vida saludable. Está estadísticamente comprobado que la gente que no padece estrés come mejor, duerme más y lleva una vida menos sedentaria. El estrés es un círculo vicioso: lo padecemos porque llevamos hábitos de vida poco saludables, que empeoran a su vez debido a éste.

Para combatir el estrés primero debemos identificar qué lo está causando, pero hay actividades que ayudan a combatirlo, como la meditación, el deporte y el sueño. En definitiva, si estamos más estresados de la cuentadebemos echar el freno antes de que sea demasiado tarde.

Llegar a la vejez en un buen estado de salud es una de las cosas que más nos preocupan de nuestro bienestar. Al fin y al cabo, ¿de qué sirve cuidarse si no es para vivir más y mejor? Pero hay algo que a todos nos hace reflexionar: no cabe duda de que la vejez es ciertamente injusta. Todos hemos conocido a personas que han fumado y bebido hasta su último suspiro y han vivido hasta los 90 años con una salud formidable, y otras que han tenido una vida de lo más saludable y no han llegado a cumplir los 70. Hay personas que viven nueve décadas sin hacer ningún esfuerzo gracias a unos genes superiores, y los hay que lo tienen más complicado, pero una cosa es clara: diga lo que diga la genética, hay comportamientos que ayudan a vivir más y, sobre todo, a tener una vejez más activa, saludable y feliz.

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