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“He leído ese libro, ahora sé lo que me gusta en mi vida sexual y no eres tú”
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CINCUENTA SOMBRAS DE DIVORCIO

“He leído ese libro, ahora sé lo que me gusta en mi vida sexual y no eres tú”

Hasta ahora, los efectos del éxito editorial de la presente temporada, Cincuenta sombras de Grey (Grijalbo), la novela erótica que ahora se encuentra en las manos

Foto: “He leído ese libro, ahora sé lo que me gusta en mi vida sexual y no eres tú”
“He leído ese libro, ahora sé lo que me gusta en mi vida sexual y no eres tú”

Hasta ahora, los efectos del éxito editorial de la presente temporada, Cincuenta sombras de Grey (Grijalbo), la novela erótica que ahora se encuentra en las manos de miles de lectoras (y unos cuantos cientos de lectores), no habían pasado de escandalizar a un puñado de impresionables hombres. Hasta que esta semana ha salido a la luz la noticia del primer divorcio motivado por la influencia del popular best seller, según ha esgrimido la demandante. Es lo que ha ocurrido con una pareja inglesa de identidad desconocida de la que sabemos, gracias a la abogada defensora Amanda McAllister, que ha utilizado la novela de E.L. James como arma en su proceso de divorcio. “La mujer había estado leyendo el libro y quería ponerle un poco de pimienta a su vida privada”, señala la jurista. “Cuando él no mostró ninguna reacción, ella señaló que tenía una actitud aburrida respecto al sexo y que se había hartado”.

Todo es culpa de ese maldito libroTodo comenzó cuando, cansada de su vida sexual, la demandante se atavió con unas nuevas prendas íntimas que había comprado para la ocasión y se presentó de tal guisa ante su marido, que no sólo hizo caso omiso a las insinuaciones de su pareja, sino que achacó el comportamiento imprevisto de su esposa a “ese maldito libro”, refiriéndose, obviamente, al tomo que ha vendido millones de ejemplares en todo el planeta. En la petición de divorcio depositada en el Tribunal Supremo inglés, la mujer apela a un “comportamiento poco razonable” de su pareja, una de las cinco causas de divorcio contempladas por la ley inglesa, que se traduce, en este caso, en “la baja libido” del varón. El marido ha admitido dicho comportamiento, por lo que se espera que el caso se resuelva en breve. Curiosamente, se trata de una pareja particularmente acaudalada: 400.000 libras al año, alrededor de medio millón de euros, es lo que gana la insatisfecha mujer, cuyo nombre no ha salido a relucir.

Sin embargo, como señala Miriam González Pablo, psicóloga y directora del Grupo PGD, se trata de un caso absolutamente único. “No conozco nada semejante, más bien es al contrario”, señala la psicóloga, que indica que la novela es un tema de conversación recurrente en su consulta. “Desde luego, la causa de separación de esta pareja no ha sido el libro, sino un problema de base anterior a este, que no tiene por qué ser sexual, sino que puede ser de otro tipo”. En lo que puede haber influido la lectura de la novela es, precisamente, en la toma de conciencia de la situación de la mujer. “La mujer se puede dar cuenta de lo que realmente quiere en su vida sexual leyendo el libro. Lo cual no quiere decir que lo que quiera sea exactamente lo que hacen los personajes en él”.

Una liberación sexual para las masas

Se ha hablado en repetidas ocasiones sobre el fenómeno editorial sin precedentes que ha significado Cincuenta sombras de Grey, ya que, a diferencia de lo que ocurre con otras novelas eróticas, ha provocado que cualquiera pueda leer la novela en un lugar público sin esa vergüenza que en muchas ocasiones iba asociada a la literatura de este tipo. “Se trata de un fenómeno transgeneracional, que ha afectado tanto a lectoras de 20 años como de 60”, indica González Pablo. “Libros eróticos hay muchos, pero ninguno que haya tenido esta acogida, que se debe también a otros componentes de la novela como el lujo, el poder o la capacidad de transportarte a un mundo de fantasía muy poderosa”.  

Hasta ahora, eran los hombres los que se quejaban de sus mujeres, pero la cosa ha cambiadoLo que aún está por ver es qué clase de influencia ha tenido la novela en el comportamiento de las mujeres ya que puede haber constituido una especie de pequeña revolución en cuanto ha provocado que muchas tomen conciencia de las posibilidades de su sexualidad. Como señala González Pablo, el éxito de la obra “ha permitido abrir nuevas fronteras a las mujeres y seguramente muchas de ellas se han lanzado a probar cosas nuevas en su intimidad”. Precisamente, McAllister indica en la acusación que “ha habido un cambio en las actitudes sexuales. Hasta ahora, los hombres eran los que se quejaban de que no tenían suficiente sexo. Pero ahora son las mujeres las que denuncian el aburrimiento de sus parejas después de leer libros como Cincuenta sombras”.

Miriam González está de acuerdo y señala que el libro “puede despertar la conciencia en las mujeres de que hay un mundo sexual más allá del que están viviendo y les puede dar indicios para descubrir cosas nuevas”. Lo cual invierte la situación entre hombre y mujer, en muchos casos. “Muchas mujeres están replanteándose su sexualidad a través del libro, por ejemplo, preguntándose ¿por qué no me he permitido hacer ciertas cosas? Muchas se han quitado la venda de los ojos, ya no lo perciben como algo malo, sino algo que puede hacer cualquiera”.

El papel de la fantasía

Lo que la mayor parte de psicólogos afirman es que la fantasía es positiva y, más que conducirnos a la frustración, nos ayuda a conocernos mejor y a explotar al máximo nuestra vida en pareja. Ya lo aseguraba José Bustamante en su libro ¿En qué piensan las mujeres? (Debate) y Miriam González se muestra de acuerdo. “La fantasía es positiva y está recubierta por el misterio, ya que se trata de algo imposible o difícil de realizar y permite que la mujer se sienta más a gusto con su sexualidad”. Como señalaba un estudio publicado en 2007 por la Asociación Española de la Salud Sexual, la fantasía es un componente esencial en nuestras vidas sexuales. En concreto, el 32% de la inhibición sexual tiene su origen en la falta de imaginación.

Los problemas sexuales deben ser resueltos por la parejaPero ¿puede considerarse que Cincuenta sombras de Grey es una especie de equivalente femenino a la pornografía consumida por los varones y, como tal, llevar a la confusión a unas lectoras que demandan a su pareja unos comportamientos que generalmente no se producen en la realidad? La psicóloga no cree que sea así, y además, añade que los dos tipos de obras eróticas son totalmente diferentes: “La pornografía que se consume es visual y la imaginación sexual de la mujer se excita mediante la imaginación, que es mucho más poderosa y, además, te permite añadir tu propio toque personal: la novela es tan detallada en sus descripciones que te permite imaginártelo todo perfectamente, al mismo tiempo que puede ayudar al desarrollo de nuevas técnicas”.

La psicóloga señala que la novela ha provocado una revolución no sólo para las mujeres, sino también para los hombres, muchos de los cuales han sentido “miedo”. “Algunos dicen, ‘sí, el libro ese que leen esas’, en plan despectivo”, asegura al mismo tiempo que recuerda que algunos de los pasajes pueden resultar inspiradores también para el hombre. Por último, la psicóloga señala que lo que podría haber salvado la relación habría sido la cooperación de la pareja: “Este tipo de problemas hay que solucionarlos siempre entre los dos. Ahí es donde se encuentra la clave”, lo cual se traduce en “la comunicación” y en “tener la posibilidad de probar cosas nuevas (porque si no la tienes, es que tu vida sexual está acabada). Tienes que guiar al otro y juntos, descubrir cosas nuevas”.

Hasta ahora, los efectos del éxito editorial de la presente temporada, Cincuenta sombras de Grey (Grijalbo), la novela erótica que ahora se encuentra en las manos de miles de lectoras (y unos cuantos cientos de lectores), no habían pasado de escandalizar a un puñado de impresionables hombres. Hasta que esta semana ha salido a la luz la noticia del primer divorcio motivado por la influencia del popular best seller, según ha esgrimido la demandante. Es lo que ha ocurrido con una pareja inglesa de identidad desconocida de la que sabemos, gracias a la abogada defensora Amanda McAllister, que ha utilizado la novela de E.L. James como arma en su proceso de divorcio. “La mujer había estado leyendo el libro y quería ponerle un poco de pimienta a su vida privada”, señala la jurista. “Cuando él no mostró ninguna reacción, ella señaló que tenía una actitud aburrida respecto al sexo y que se había hartado”.