"Papá, por favor, ya vale, deja de ofrecer 60 millones a quien se case conmigo"

Desde que el multimillonario chino Cecil Chao Sze-Tsung prometiese públicamente a mediados de la semana pasada una recompensa de quinientos millones de yuanes (unos sesenta millones de euros) al hombre que fuese capaz de enamorar a su hija lesbiana Gigi Chao, esta ha recibido cerca de dos mil correos electrónicos, cientos de llamadas telefónicas y cartas postales de pretendientes, además de alguna que otra misiva insultante y homófoba. Lo que en un principio solo provocó en Gigi una reacción de sorpresa por el crecimiento exponencial de sus amigos y seguidores en las redes sociales se ha convertido, con el paso de los días, en una auténtica pesadilla para ella.

Después de acaparar la atención mundial sobre su vida amorosa, la joven de 33 años suplicó a su progenitor, aprovechando la celebración de su 77 cumpleaños que, “por el bien de toda la familia, lo mejor será dejar sin efecto la propuesta”. Asimismo, se dirigió por las redes sociales a sus seguidores y a “todos los terrícolas” para que detuviesen el bombardeo de “propuestas matrimoniales, amenazas de muerte y correspondencia en general de cualquier otra índole”.

La joven se encuentra desbordada por la situación

Esta desagradable experiencia no ha sido suficiente para acabar con el humor que caracteriza la personalidad de Gigi, quien pidió a su hermano que intercediese por ella ante su padre con el objetivo de que “anule la recompensa hasta que yo tenga 80 años o no tenga el atractivo físico suficiente como para que nadie quiera ser mi pareja”.La joven ha vivido un auténtico calvario, aunque dice no guardar ningún rencor hacia su progenitor

A pesar de la iniciativa de Chao Sze-Tsung, que llevó a cabo sin consultar en ningún momento con su hija, la heredera del imperio Cheuk Nang (Holdings) Limited, en el que trabaja como directora ejecutiva, ha asegurado “no estar demasiado enfadada” con su padre, pero sí “un poco afectada psicológicamente por el anuncio”. Tanto el hermano como el padre de Gigi han reconocido sentirse abrumados por el fuerte eco mediático en todo el mundo que adquirió su anuncio. “Mi única intención es ayudar a mi hija a que encuentre un buen marido para casarse”.

Un reto un tanto complicado a juzgar por la situación sentimental de su hija, que lleva siete años saliendo con su compañera Sean Eav, con la que se cree que ha contraído recientemente matrimonio en Francia. De hecho, el South China Morning Post, un periódico local de Hong Kong, ciudad natal de Gigi y sede de la empresa familiar, ha especulado con la posibilidad de que el padre lanzó la oferta económica tras haberse enterado del enlace matrimonial de su hija.

Gigi suplica a sus pretendientes que no la molesten más

“¿Cómo va una mujer a casarse con otra mujer? ¡Eso no está nada bien!”, lamentaba Chao Sze-Tsung. En la región de Hong Kong las prácticas homosexuales se despenalizaron en 1991, pero socialmente siguen sin verse con buenos ojos, por lo que la propia Gigi admitió que la reacción de su padre tenía más que ver con que la relación con otra mujer “perjudicaba mi estatus social en China”.Chao Sze-Tsung no admite la idea de que su hija se case con otra mujer

El magnate, famoso en el país asiático por sus múltiples escarceos amorosos, declaró al diario británico The Sunday Times que había intentado presionar a su hija para que eligiese un tipo de relación más convencional. Una exigencia hacia su hija sobre la que él mismo no es el mejor ejemplo, puesto que sus cuatro hijos son fruto de distintas relaciones y son habituales sus “cazadas” fotográficas en la prensa con alguna joven bella. Conocido como el playboy chino, él mismo se ha jactado de haberse acostado con más de 10.000 mujeres. Lo que está claro es que ninguno de los miembros de la familia lleva un estilo de vida demasiado convencional para una sociedad tan cerrada como la china, y en la que cada vez es más difícil esconder lo que se hace de puertas adentro.

Gigi, todavía afectada por la repercusión mundial no buscada de su historia, lanzó una última súplica a través de los medios de comunicación: “Por favor, dejen de molestar a mis amigos y secretarias”. Parece que la suculenta oferta millonaria de su padre no encontrará, al menos de momento, ningún destinatario.