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“Cállate ya”: qué hacer con esos compañeros de trabajo que no paran de quejarse
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ARRUINAN LA PRODUCTIVIDAD DE LA EMPRESA

“Cállate ya”: qué hacer con esos compañeros de trabajo que no paran de quejarse

¿Tiene algún compañero de trabajo que se pasa el día quejándose, protestando y valorando de forma negativa cualquier cambio, iniciativa o comentario? Si es así, es

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“Cállate ya”: qué hacer con esos compañeros de trabajo que no paran de quejarse

¿Tiene algún compañero de trabajo que se pasa el día quejándose, protestando y valorando de forma negativa cualquier cambio, iniciativa o comentario? Si es así, es muy probable que su rendimiento laboral no esté a la altura de sus capacidades. Así lo demuestran los resultados de un estudio que concluye que la exposición diaria a comentarios negativos disminuye la capacidad de aprendizaje, la atención y la retención del conocimiento. “El cerebro sólo es capaz de manejar una multiplicidad de estímulos si cuenta con un nivel alto de concentración y, sobre todo, si se mantiene al margen de las paralizantes emociones negativas”, explica el profesor de Neurología de la Universidad de Stanford, Robert Sapolsky.  

La mala influencia laboral de los “quejicas crónicos”, como se refieren los investigadores a este tipo de trabajadores, es perjudicial incluso para aquellos que tratan de mantenerse al margen de su juego: “Para las personas neutrales, pero que inevitablemente acaban asintiendo o escuchando continuamente mensajes negativos, estas actitudes de sus compañeros son totalmente nocivas porque, sin darse cuenta, asimilan sus mismos sentimientos”, apunta Dana Brownlee , experta en coaching sobre asuntos laborales. Principalmente cuando se trabaja en grupo, añade.

Estos compañeros acaban provocando que el resto del grupo se identifique, inconscientemente, con algunas de sus críticas, y que empeore su estado de ánimo. Una situación que dista mucho de ser la ideal para crear un buen ambiente de trabajo con unas tasas de productividad normalizadas.

Cómo solucionar la situación

El actual contexto socioeconómico a buen seguro no es el mejor escenario para potenciar el optimismo entre la plantilla de una empresa. Sin embargo, se hace todavía más necesario si no se quiere caer en un estado anímico que no hará más que empeorar la salud mental. En el caso de los trabajos en los que la mayor parte del salario depende de las comisiones por productividad o ventas, la necesidad de combatir estas actitudes se vuelve extremadamente necesaria. Los “quejicas crónicos” son también víctimas de sí mismos y se ven atrapados en una atmosfera de la que no siempre es fácil salir de ella. Diversos expertos en coaching han elaborado una serie de recomendaciones para poner fin a este tipo de situaciones que se podrían sintetizar en los siguientes cinco puntos:

  • Cambiar de tema de conversación cuando sea negativo. Preguntarle al trabajador crítico por cuestiones positivas es un buen modo de empezar.
  • Si es imposible establecer una conversación sobre temas positivos, intente abstraerse, por ejemplo, imaginándose en un lugar que le produzca recuerdos satisfactorios.
  • Sea incisivo y lleve la conversación sobre los problemas al terreno de las soluciones. Insístale al quejica sobre cuáles son sus intenciones para arreglar las cosas.
  • Si no se encuentra capacitado para influir en su compañero y llevar a buen puerto las conversaciones negativas, opte por mantenerse alejado de este tipo de trabajadores siempre que pueda, incluso cambiando de su lugar su mesa de trabajo si no queda otra opción.
  • Proponga reuniones específicas para abordar las críticas y quejas. De este modo, se evitarán estos comentarios fuera del contexto de la reunión y se logrará que se traten colectivamente de forma constructiva.

Una problemática que cada vez más enquistada

Un 18% de los trabajadores (en Estados Unidos) tiene un perfil de “quejica crónico”, según la última encuesta elaborada por Gallup sobre una muestra de 31.265 personas. Unas cifras un tanto desesperanzadoras, como ha reconocido el analista jefe de trabajo y bienestar en esta empresa de sondaje, quien advierte sobre que estas actitudes se están “propagando como un cáncer”. La macroencuesta de Gallup coincide plenamente con los resultados del estudio anteriormente referido, y es que “los grupos de trabajo enmarcados en una atmósfera negativa tienden a ser menos productivos, presentar mayores tasas de absentismo y un descenso de la calidad”.La negatividad se está propagando como un cáncer en los centros de trabajo

La proporción perfecta entre interacciones positivas y negativas en el lugar de trabajo para garantizar el máximo rendimiento debe de tres a uno o superior, según una investigación anterior realizada por la profesora de Psicología de la Universidad de Carolina del Norte Barbara Fredrickson. El esfuerzo de buscar soluciones y de ser constructivos se hace ahora más necesario que nunca, tanto para mejorar el rendimiento, impulsar la economía productiva y anteponerse a las emociones negativas que inevitablemente surgen en un contexto complicado como el actual.

¿Tiene algún compañero de trabajo que se pasa el día quejándose, protestando y valorando de forma negativa cualquier cambio, iniciativa o comentario? Si es así, es muy probable que su rendimiento laboral no esté a la altura de sus capacidades. Así lo demuestran los resultados de un estudio que concluye que la exposición diaria a comentarios negativos disminuye la capacidad de aprendizaje, la atención y la retención del conocimiento. “El cerebro sólo es capaz de manejar una multiplicidad de estímulos si cuenta con un nivel alto de concentración y, sobre todo, si se mantiene al margen de las paralizantes emociones negativas”, explica el profesor de Neurología de la Universidad de Stanford, Robert Sapolsky.