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Las claves para tener éxito en el trabajo
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"SI SE CREE EN EL PROYECTO, TODO ES MÁS FÁCIL"

Las claves para tener éxito en el trabajo

Los grandes activos de las empresas contemporáneas son los conocimientos que poseen sus empleados y el número y la calidad de las relaciones que logran forjar.

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Las claves para tener éxito en el trabajo

Los grandes activos de las empresas contemporáneas son los conocimientos que poseen sus empleados y el número y la calidad de las relaciones que logran forjar. Como aseguran los consultores José Ramón Jiménez de Garnica y Blanca Jiménez Anabitarte en El factor humano (Ed. Almuzara) ya no estamos en un entorno donde las patentes o los bienes inmuebles definan la posición de la compañía. Los causantes del éxito hoy son su capital humano, los saberes que logran movilizar y las redes que ponen en marcha. En consecuencia, gestionar la empresa requiere de nuevas claves que no sólo nos conduzcan al triunfo sino que nos hagan más felices en el trayecto. Entre ellas:

Generar confianza

La cualidad esencial “y la única que funciona”, asegura Blanca Jiménez, para que los equipos de trabajos sean productivos es la confianza. “El jefe debe aprender a depositarla en sus colaboradores, dando el suficiente espacio para que aprendan, pero poniendo también los límites necesarios para que no pongan en riesgo la empresa si se equivocan”.

Construir un buen ambiente

Las relaciones son importantísimas. “El objetivo es conseguir que sean correctas, corteses, y adecuadas. No hay que ir al trabajo a hacer amigos, pero sí es básico que tengamos unas relaciones fluidas que nos permitan trabajar juntos y confiar los unos en los otros aunque no seamos íntimos”.

Comunicar adecuadamente

“El jefe no debe ser de esas personas que están todo el día riéndose, pero sí hay de ser una persona correcta”. Ha de saber comunicar, de forma que, cuando sea necesario, “pueda decir cosas duras de un modo no insultante. No se puede humillar a una persona delante de los demás. Hay que tratar de ser cortés y cordial”.

Recoger el feedback

Aun cuando sólo tenga un par de personas a su cargo, “es muy importante que el jefe sea receptivo al feedback. Es lo que le permitirá saber si está transmitiendo bien las cosas y si está actuando correctamente. Puede caer en el favoritismo, por ejemplo, y no ser consciente de ellos. Por eso se tienen que establecer evaluaciones de 360 grados donde los empleados tengan oportunidad de decir al jefe cómo se sienten y lo que piensan”.

Utilizar el mentoring

Se trata de una estrategia de desarrollo, de probada eficacia, que cada vez está más presente. Aunque hay que tener en cuenta que sólo será útil “cuando las empresas no la establezcan como una simple rutina. No se trata de rellenar un papel porque me ha tocado ser el mentor, sino de implicarse de verdad. Los mentores deben ser personas entregadas, con experiencia, de forma que puedan aportar su perspectiva profesional, y que tengan sintonía personal con la persona a la que van a ayudar”.

Gestionar la diversidad

Aun cuando nuestras empresas no vivan el peso multicultural del que gozan otras firmas occidentales, lo cierto es que cada vez hay más presencia en ellas de empleados de países y culturas diferentes. “En España hay, por ejemplo, empresas de restauración con muchos trabajadores de procedencia latina. Es importante entenderles bien, no queriendo convertir a todo el mundo en lo mismo, pero sí consiguiendo que haya unas políticas y una forma de trabaja que sean homogéneas”.

Tratar bien a los proveedores…

Se puso de moda en el entorno empresarial ahogar a los proveedores, haciendo que vendiesen a precios muy bajos, “pero algunas empresas, como Mercadona, han conseguir  integrarles en su cadena, ayudándoles a que den calidad en tiempo y plazo pero ganando dinero al mismo tiempo”. Se puede dar resultados sin necesidad de presionar hasta el límite.

…y a los clientes

El objetivo fundamental es transmitir confianza para que estén seguros de que vamos a arreglar su problema. ”Cuando llamas a una compañía telefónica en seguida notas quién te está atendiendo y quién va a darte largas. Hay mucha gente que realiza su trabajo de forma burocrática, entendiendo que sus funciones son las que son y no van a pasar de ahí, lo cual es un error. Como cliente, lo que necesitas son soluciones y no excusas”.

Y, sobre todo, infundir ilusión

Un contexto como el presente provoca que muchos empleados planteen escasos problemas, eviten todo lo posible las ausencias del puesto de trabajo y acaten las órdenes sin rechistar. El miedo al paro mantiene la empresa tranquila. Pero también posee una contrapartida negativa, como es la falta de entusiasmo. Hablamos de lo que se ha dado en llamar el síndrome del superviviente: “en muchas empresas todos los viernes se despide a alguien, lo cual no es el mejor ambiente para trabajar. En esos casos, debe haber muchísimo liderazgo y mucha comunicación y no sólo por parte del líder máximo. Todos quienes poseen alguna responsabilidad directiva han de decir la verdad, explicando las medidas que se toman y las razones que llevan a ello. No vale decir que esto viene de arriba y yo no sé por qué se hace”. En segundo lugar, es crucial ilusionar a la gente que se queda, porque “cuando se cree en un proyecto y se forma de verdad parte de él, todo es mucho más fácil”.

Los grandes activos de las empresas contemporáneas son los conocimientos que poseen sus empleados y el número y la calidad de las relaciones que logran forjar. Como aseguran los consultores José Ramón Jiménez de Garnica y Blanca Jiménez Anabitarte en El factor humano (Ed. Almuzara) ya no estamos en un entorno donde las patentes o los bienes inmuebles definan la posición de la compañía. Los causantes del éxito hoy son su capital humano, los saberes que logran movilizar y las redes que ponen en marcha. En consecuencia, gestionar la empresa requiere de nuevas claves que no sólo nos conduzcan al triunfo sino que nos hagan más felices en el trayecto. Entre ellas: