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El pasado y el presente de la novela negra se fusionan en 'Satori'
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DON WIINSLOW HOMENAJEA A TREVANIAN

El pasado y el presente de la novela negra se fusionan en 'Satori'

Se consagró con una novela brutal, en la que sobrecogía al lector con su descripción detallada (basada en historias reales) de la realidad violenta  del narcotráfico

Foto: El pasado y el presente de la novela negra se fusionan en 'Satori'
El pasado y el presente de la novela negra se fusionan en 'Satori'

Se consagró con una novela brutal, en la que sobrecogía al lector con su descripción detallada (basada en historias reales) de la realidad violenta  del narcotráfico mexicano. Sin embargo, El poder del perro, la narración que dio a conocer a Don Winslow, no era una esas obras sólo preocupadas por exhibir escenas de sangre y fuego, sino que contenía una perturbadora lectura de los entornos sociopolíticos occidentales.  A partir de entonces, la carrera de Winslow, un autor desconocido que sobrevivía realizando pequeños trabajos, se disparó hacia el estrellato de la novela negra, convirtiéndose en una de las figuras más relevantes del género.

Un estatus que trata de mantener con su peculiar nueva narración, Satori, donde toma prestado el protagonista de otra novela, Shibumi, de un autor también muy llamativo, Trevanian. Cuando éste se hizo famoso, a mediados de los 70, era un novelista misterioso acerca del cual se multiplicaban las teorías (decían que era un exagente de la CIA, un conocido escritor que se escondía tras un seudónimo e incluso un agente en activo). Trevanian aumentaría las especulaciones cuando despareció de la actividad literaria sin mayor explicación. En los últimos años se ha sabido que su nombre real era Rodney Whitaker, y que su vida tenía mucho menos glamour que la de los personajes que le atribuían, pero eso no ha hecho perder fuerza a unas novelas que han resistido más que bien el paso del tiempo.

"Hel No mata a inocentes"

En su nueva obra, Winslow realiza un homenaje explícito a Trevanian, retomando el protagonista de una de sus novelas, Shibumi.  Nicholai Hel, hijo de un alemán y una aristócrata rusa, maestro en el juego del go y experto en matar sin armas es también el personaje principal de Satori, una narración ambientada en el Saigón de 1952, en plena guerra fría. “Hel es un tipo complicado, lo que por supuesto hace que sea mucho más interesante escribir sobre él. Creo que a los lectores les parece buena persona por su estricto código moral. No mata a inocentes y matará a quienes lo hagan”, ha asegurado Winslow a Lorena Cantó, de la agencia Efe.

El autor compara al personaje con héroes de gran tradición literaria como el caballero andante, el cowboy solitario o el detective privado al estilo de Raymond Chandler, a quien cita en El largo adiós: “Por estas calles mezquinas ha de pasar un hombre que no es mezquino...”. Pero Satori es sobre todo un compendio de filosofía oriental, de unas costumbres y un modo de vida que a Winslow no le eran ajenos gracias a sus anteriores estancias en China. "Leí mucho sobre las diferentes vertientes del budismo, en especial sobre la ética que guía a Hel a través de las grandes contradicciones de este mundo. Me suscribí a publicaciones, visité templos y descargué de internet rezos y cánticos para escucharlos mientras escribía", relata el autor.

Lo importante no son los géneros, sino las buenas historias

Winslow quiso además moderar el tono de su novela para acercarlo al estilo de Trevanian, lejos de las escenas explícitas de sexo y violencia que utilizó en Salvajes o El poder del perro. "Sabía que tendría que emplear una narrativa tradicional, con más respeto hacia la gramática y las estructuras. No se trataba sólo de fundirme con el estilo de Trevanian, sino también con el de la época en la que se desarrolla el libro". Además, cualquier intento de dotar a personajes de aquella época de formas contemporáneas de sexo y violencia “no habría encajado nada bien”, asegura.

Winslow ha huido de las manidas conspiraciones yihadistas y postsoviéticas, para llevarla a tiempos anteriores, convirtiendo en novela de espías lo que podría haber sido un thriller. “Los caminos arriesgados suelen ser los más divertidos, ¿no?”, afirma este autor que dice no creer demasiado en los géneros, sino sólo en las buenas historias.

Se consagró con una novela brutal, en la que sobrecogía al lector con su descripción detallada (basada en historias reales) de la realidad violenta  del narcotráfico mexicano. Sin embargo, El poder del perro, la narración que dio a conocer a Don Winslow, no era una esas obras sólo preocupadas por exhibir escenas de sangre y fuego, sino que contenía una perturbadora lectura de los entornos sociopolíticos occidentales.  A partir de entonces, la carrera de Winslow, un autor desconocido que sobrevivía realizando pequeños trabajos, se disparó hacia el estrellato de la novela negra, convirtiéndose en una de las figuras más relevantes del género.