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¿Quieres influir en los poderosos? Los conseguidores pueden ayudarte
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¿Quieres influir en los poderosos? Los conseguidores pueden ayudarte

Como si de un grupo de élite se tratase, aparece en el panorama un grupo de personas que por su posición de influencia o por estar

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¿Quieres influir en los poderosos? Los conseguidores pueden ayudarte

Como si de un grupo de élite se tratase, aparece en el panorama un grupo de personas que por su posición de influencia o por estar al lado de grandes figuras se encargan de conseguir que la gente de a pie (empresarios, políticos, periodistas, etc.) pueda conseguir cierta influencia o, al menos, pueda dirigir las decisiones de los poderosos en algunos aspectos.

Antes eran los títulos nobiliarios los que daban posiciones preponderantes a las familias que ostentaban grandes fortunas o posesiones y que veían en la aristocracia la única forma de ganar altura y separarse de la plebe. Ahora que éstos sólo pueden ser nombrados por el Rey la situación se ha complicado, pero se mantienen prácticas como pagar a otros familiares que están antes en la línea de sucesión del título para que renuncien a él en nuestro favor.

Una vez que la nobleza ha perdido sus privilegios, esto ya no es tan atractivo y lo único que les queda referido a títulos nobiliarios es el renombre, además de los impuestos derivados de tenerlos. Muchos influyen a las personas que deciden sobre materias relacionadas con sus intereses con grupos de presión llamados lobbys.

Sin embargo, hoy en día estos lobbys han quedado desplazados por un nuevo tipo de personajes de influencia: los conseguidores. Estas personas no son poderosas en sí, ni siquiera tienen gran influencia, pero sí cuentan con gran cercanía respecto a personajes de relevancia. Es el caso de familiares, cónyuges, amigos o socios que prometen dirigir algunos asuntos o simplemente acercar al interesado a cambio de grandes sumas de dinero.

Según publica esta semana The Sunday Times, Rickie Sehgal, del Partido Conservador británico, ha sido expulsado del grupo tras haber sido pillado por una cámara oculta de un periodista que se hizo pasar por empresario ofreciéndole el número de teléfono del primer ministro, David Cameron, o una cena con él por 10.000 libras.

Una delgada línea separa el 'lobby' del tráfico de influencias

Sehgal alardeó de sus relaciones con Cameron y otros políticos conservadores. Incluso, llegó a prometer al periodista una cita con Theresa May, la ministra del Interior, para discutir la política de inmigración del país. También ofreció a algunos de sus compañeros de partido para que defendiesen a empresas interesadas. Tras haber sido descubierto, Sehgal ha dicho que se sentía “avergonzado”, se ha disculpado y ha negado los hechos, aludiendo que estaba “alardeando”.

Campañas encubiertas, compra de premios o adjudicaciones

Según un experto en lobbys al que ha consultado El Confidencial, “en España la situación es completamente distinta a la de Reino Unido porque allí los políticos pueden compaginar su actividad pública con otra privada, siempre y cuando lo comuniquen y sean transparentes”.

“Aquí la Ley de Incompatibilidades establece que deben tener dedicación exclusiva, con lo que se genera un mecanismo proclive a la corrupción porque los diputados hacen las actividades por debajo, ya que no las pueden declarar", comenta. "Hay mucha opacidad”.

En el sector privado, la situación “es una mezcla muy compleja, ya que el sector público interviene en casi todos los ámbitos”. Sin embargo, “todos los servicios profesionales tienen como objetivo intentar influir”, algo que el experto considera que “no está mal si se hace de forma transparente”.

Asegura que “los límites a estas prácticas sólo pueden ser éticos, ya que intentar regularlo sería como ponerle puertas al campo. El problema es que una delgada línea separa el lobby del tráfico de influencias”.

Sin embargo, comenta que “el caso español responde más a la figura de los conseguidores porque el esquema está poco profesionalizado”.

Otras de las variables que pueden darse es la del empleo de periodistas “para influir a la opinión pública sobre determinadas empresas o para crear estados de opinión favorables a determinados intereses". "Esto es algo muy común”, señala.

También muchos se dedican a establecer contactos entre las personas que les contratan y los grupos de interés a los que quieren llegar. Se trata de conseguir informaciones privilegiadas, de llegar a personalidades y de tapar posibles noticias relacionadas con temas que no interesa que salgan a la luz.

Sobre la concesión de premios u honores, el experto no tiene ninguna duda de que “se compran casi todos los premios, exceptuando rarísimos casos. Lo que pasa es que este es un proceso muy endogámico porque los propios medios tienen mucha dependencia económica de las grandes compañías”. Éstos utilizan estrategias de comunicación a partir de “campañas encubiertas“.

Los apellidos de los consejeros delegados de las empresas del Ibex-35 coinciden al ser familiares

Si buscamos, hay multitud de casos, algunos conocidos, en los que se ha desenmascarado a estas personas. Fue hace dos años cuando un periodista del diario británico News of the World se hizo pasar por empresario árabe para destapar los favores por los que estaba ganando dinero Sarah Ferguson, ex mujer del príncipe Andrés y duque de York.

Ferguson prometía favores a este supuesto empresario a cambio de recibir 574.000 euros. Además, aseguraba que le pondría en contacto con el duque de York, también representante especial del Reino Unido en el área de comercio e inversiones. “Le abrirá todos los canales que necesite, cualquier puerta, una vez le presente a Andrés”, dijo.

Como se pudo comprobar en las imágenes de cámara oculta, Sarah Ferguson llegaba a aceptar 40.000 dólares en metálico como anticipo e intentó que el periodista firmase un acuerdo de confidencialidad, algo que no consiguió.

En este sentido, el experto en lobby afirma que “el capitalismo español es muy endogámico y no hay nada más que fijarse en los apellidos de los consejeros delegados de las empresas del Ibex-35, ya que muchos de ellos coinciden al ser familiares”.

Como si de un grupo de élite se tratase, aparece en el panorama un grupo de personas que por su posición de influencia o por estar al lado de grandes figuras se encargan de conseguir que la gente de a pie (empresarios, políticos, periodistas, etc.) pueda conseguir cierta influencia o, al menos, pueda dirigir las decisiones de los poderosos en algunos aspectos.