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"Nos hacen falta más valores familiares y menos individualismo"
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SEGÚN LOU MARINOFF, TANTO BIENESTAR HA HECHO GERMINAR LAS SEMILLAS DEL FRACASO

"Nos hacen falta más valores familiares y menos individualismo"

Poco sabemos de Lao Tse (la traducción sería Viejo Sabio o Viejo Pillo), incluso su misma existencia es puesta en duda. Algunos estudiosos afirman que bajo

Foto: "Nos hacen falta más valores familiares y menos individualismo"
"Nos hacen falta más valores familiares y menos individualismo"

Poco sabemos de Lao Tse (la traducción sería Viejo Sabio o Viejo Pillo), incluso su misma existencia es puesta en duda. Algunos estudiosos afirman que bajo ese nombre se escondieron quienes compilaron los 81 poemas escritos en tablas de bambú del Tao Te King (El Camino y su Poder). Lo cierto es que hoy podemos disfrutar de la herencia de este filósofo chino que vivió alrededor del siglo sexto antes de Cristo, a través de este breve (y por tanto dos veces bueno) escrito, resumen de la filosofía taoísta.

Dice Lin Yutang (pensador y escritor chino del siglo pasado) en La importancia de vivir que Lao Tse “ha sido responsable del más alto ideal de paz, tolerancia, sencillez y contento”,  que “jamás ha habido un sermón más efectivo y más efectivamente pronunciado sobre la fuerza de la debilidad, la victoria de los que aman la paz y la ventaja de estarse quieto, que el de Lao Tse”. Razones más que suficientes para profundizar en el Tao Te King y convertirlo en lectura obligada. Sin embargo, Lou Marinoff, autor de Más Platón y menos Prozac, nos recuerda la necesidad de volver al Tao en estos tiempos difíciles con el recién publicado El Poder del Tao. Cómo hallar la serenidad en tiempos de cambio (Ediciones B).

Marinoff, profesor de filosofía en el City College de Nueva York, conferenciante y ‘asesor filosófico’, nos ofrece una visión del Tao como remedio contra el estrés, la ansiedad y los retos que supone vivir en un mundo inestable. El Tao aparece como una medicina mucho más efectiva que la psicoterapia o los psicofármacos que inundan las boticas de occidente. Pregunto si el Tao es Dios. “Unos creen que Dios nos creó a su imagen y semejanza y otros creen que los hombres hemos creado a Dios a nuestra imagen. En cualquier caso Dios es una personificación y el Tao no lo es en absoluto”. El Tao que puede ser expresado no es el Tao absoluto, reza el Tao Te King. Es compatible con cualquier religión pues no habla de Dios, no se pelea por imponer un Dios o una idea de Dios. Para Marinoff, la filosofía del Tao te sitúa en el presente, que es el único lugar donde uno puede encontrar la serenidad necesaria. Vivir en el pasado o soñar con el futuro no da un estado de tranquilidad mental. Los sabios viven en el presente y son felices".

Occidente no cree en la filosofía

Nos advierte Marinoff de que “el Tao es mejor como prevención que como cura, al igual que la medicina o la filosofía chinas. Una vez que estás en crisis es más difícil de usar. Hay que utilizarlo como precaución, preventivamente, defensivamente. Es mejor practicarlo en los buenos tiempos. La idea es construir una reserva de fuerzas para lidiar con los tiempos difíciles. Entonces, si aparece el problema, tienes una buena manera de enfrentarte a él. Si no dispones de esa reserva va a ser difícil mantener el equilibrio”. Las buenas noticias vienen en forma del Taiji Tu, el conocido símbolo chino que representa la integración del yin y el yang: Incluso en la dificultad hay algo de blanco en lo negro y algo de negro en lo blanco. Blanco y negro no son mundos aparte e incluso cuando tienes un problema puedes encontrar un camino, una luz en la oscuridad. Esto es la complementariedad y no la polarización”.

No parece que el mundo haya hecho mucho caso a la filosofía. En occidente no aplicamos ni filosofías orientales como el taoísmo, ni las que hunden sus raíces en la Grecia clásica. Sin embargo, Marinoff afirma que “lo hicimos durante un tiempo. Ha habido periodos en occidente donde la filosofía se unía a la cultura y a la política. Ocurrió en las llamadas ‘edades doradas’, con los califas, durante la Ilustración, en el Renacimiento. En esos momentos, todos se beneficiaban de los sabios y se produjeron grandes avances, no sólo en la cultura, sino también en las ciencias. Hoy la cultura occidental está enferma, adolece de múltiples males. El experimento de la democracia parece que está en peligro, que puede fracasar. Mientras tanto oriente está reforzándose con pasos de gigante. Ellos han aprovechado la tecnología que les hemos transferido. Beneficiémonos de su ancestral sabiduría, de las filosofías orientales. Espero que ellos no cometan nuestros errores o adopten nuestros vicios. Tienen una civilización milenaria y han superado grandes problemas. Son fuertes y saben cómo sobrevivir, es parte de su filosofía”.

Los americanos no trabajan duro

La propuesta de Marinoff incluye un regreso a los valores tradicionales que él entiende como “menos individualismo y más valores familiares y de comunidad, más trabajar juntos y ayudarnos los unos a los otros y menos depender de grandes gobiernos. Esta fue la base de los valores norteamericanos que nos hicieron grandes antaño, cuando vinieron oleadas de inmigrantes sin dinero ni educación. Se propusieron sobrevivir trabajando duro y pensando que sus hijos tendrían una vida mejor, lo cual les llenó de optimismo. Nuestra generación ha alcanzado un gran nivel de confort y creemos que esto va a durar para siempre. Nos hemos hecho cómodos y pensamos que nunca nos va a faltar de nada. Demasiado éxito en el que han germinado las semillas del fracaso. A Europa la veo mejor, con más interés por la cultura y con más valores. Si esto se pierde vendrán tiempos muy oscuros”. También propone abandonar las grandes ciudades y volver al campo, a los pueblos. La utopía de Lao Tse era vivir en comunidades donde las personas se conocen unas a otras.

"Hemos exportado productos culturales que están contaminando el mundo. Recomiendo a otros países que se alejen de nuestro modelo consumista."

El autor amplía su visión de los EE.UU."Hemos exportado productos culturales que están contaminando el mundo. Recomiendo a otros países que se alejen de nuestro modelo consumista. Cada vez tenemos más gente en la cárcel, más que en el resto de países. Tenemos que invertir en educación. Es un error recortar los presupuestos de educación. Seremos menos competitivos y menos conscientes de nuestra tradición. Estados Unidos es una nación con una democracia de pacotilla, donde la política se reserva a los grandes partidos que emplean a miles de personas para comprar votos. Hace falta un mínimo de $300 millones para presentarse a unas elecciones falseadas. La política se centra en levantar fondos y no en principios o valores ni en cómo se va a gobernar. Los políticos no son estadistas y están subordinados a los mercados y grandes negocios. Thomas Jefferson, uno de los 'Padres Fundadores de la Nación', fue un acérrimo defensor de un gobierno pequeño. Lao Tse decía que se gobierna como se cocina un pez: con mucho mimo. Todo esto se ha olvidado. No necesitamos tanta burocracia, hay que devolver el poder al pueblo". En cuanto a los empresarios, "el mejor será aquel que, persiguiendo un beneficio legítimo y razonable, ofrezca oportunidades a su comunidad".

Para terminar, un consejo de Marinoff para quién se siente desesperado: A cualquier persona normal que esté pasando por momentos difíciles, le diría, como hace Lao Tse, que siempre es posible encontrar una luz en la situación más horrible, que cualquiera puede crear ese espacio donde no importa lo mal que se esté. El mundo no es blanco o negro, cada uno contiene al otro. Si pierdes algo, tienes la oportunidad de ganar otra cosa, tienes espacio para ello. Enfócate en lo que puedes ganar, no en lo que has perdido. Tu reto es descubrir qué es eso que tienes que ganar, pues siempre, siempre, hay algo que ganar. Entonces uno pasa del pesimismo al optimismo. Cuando empiezas a descubrir este arte ya no necesitas a nadie ni nada, lo puedes hacer por ti mismo sin necesidad de guías ni maestros”.

Añade que “el Tao va a ayudar a la gente a desconectar de un entorno sin esperanza, a descubrir el significado y sentido de la vida. Es una manera de expresar nuestra humanidad y los verdaderos valores de la vida, de crear un espacio para nosotros mismos y una felicidad duradera basada en ayudar a los demás. Si para todo ello hace falta salirse del sistema, les va a dar el coraje para hacerlo. Los objetivos son modestos y consisten en cambiar uno interiormente. El Tao va a recordar a las personas que tienen un poder interior y que ni el gobierno, ni las empresas, ni el sector financiero, ni la educación, pueden dañarlo. Si queremos experimentar la grandeza de la vida y de la humanidad, el Tao es una excelente herramienta y nos da serenidad”.

Mi recomendación: lean el Tao Te King, disfrútenlo, ‘pásenselo’ por el cuerpo, procuren que la cabeza intervenga lo menos posible, mediten sobre cada poema, dejen que éstos actúen por sí mismos, y si después les quedan ganas de más, consulten a Marinoff, pues como dice el poema LXX:

Mis enseñanzas son muy fáciles de entender
y muy fáciles de practicar,
pero nadie en el mundo las entiende
y nadie las practica.

Pues eso, que a buen entendedor pocas palabras bastan.

Poco sabemos de Lao Tse (la traducción sería Viejo Sabio o Viejo Pillo), incluso su misma existencia es puesta en duda. Algunos estudiosos afirman que bajo ese nombre se escondieron quienes compilaron los 81 poemas escritos en tablas de bambú del Tao Te King (El Camino y su Poder). Lo cierto es que hoy podemos disfrutar de la herencia de este filósofo chino que vivió alrededor del siglo sexto antes de Cristo, a través de este breve (y por tanto dos veces bueno) escrito, resumen de la filosofía taoísta.