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"Dios está en racha"
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DEBATE SOBRE EL DISEÑO INTELIGENTE: ¿FUNDAMENTALISMO RELIGIOSO O FUNDAMENTALISMO LAICO?

"Dios está en racha"

Treinta científicos, entre los que se encuentran Richard Dawkins o Sir David Attenborough, han suscrito una carta en la que solicitan al gobierno de David Cameron

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"Dios está en racha"

Treinta científicos, entre los que se encuentran Richard Dawkins o Sir David Attenborough, han suscrito una carta en la que solicitan al gobierno de David Cameron que combata la enseñanza del Creacionismo en las aulas británicas. Según los expertos, algunas fundaciones están abriendo la puerta a la  difusión en las escuelas de la teoría del diseño inteligente, una doctrina que goza de gran predicamento en Estados Unidos y que no debería estar presente de ningún modo en las escuelas, y menos aún si se financian a través de fondos públicos.

Para los firmantes, tales teorías no son más que la punta de lanza de un fundamentalismo religioso que amenaza la vida pública. Según Rafael Navarro-Valls, catedrático de Derecho Canónico de la Universidad Complutense de Madrid, esa opinión suele proferirse desde el fundamentalismo laicista. “Es una calificación que nace de la ignorancia”, ya que las teorías comúnmente aceptadas tampoco son tan sólidas como se pretende.  “Si, como se ha dicho,  se tardaron unos dos millones de años en manipular una piedra para construir una lanza y medio millón de años más para pintar unos bisontes en las cuevas, es solamente  una teoría sujeta a comprobación  decir que el azar produjo entre los años doce a quince mil a.C . un salto cualitativo que llevó al lenguaje en el hombre . Más razonable es entender -como ha dicho el papa Ratzinger- que, si la evolución no va acompañada de una razón creadora, no es posible explicar el orden en este mundo”.

En todo caso, el asunto del creacionismo pone de relieve hasta qué punto estamos viviendo nuevas expresiones de ese enfrentamiento entre ciencia y religión que tan presente estuvo en el debate público del siglo pasado. Para Santiago Collado,  físico, filósofo y subdirector del grupo de investigación Ciencia, razón y fe de la Universidad de Navarra, “algunas personas siguen viendo la religión como un problema para la ciencia, especialmente cuando hablamos de algunos asuntos controvertidos, como es la clonación. Sin embargo, es sencillo entender que no se trata de cosas incompatibles”.

Dios debe permanecer en el ámbito privado

Según Collado, que la teoría del diseño inteligente no deba ser estudiada en las escuelas como ciencia, no implica que haya de excluirse también la posibilidad de encontrar una explicación a nuestra existencia desde la religión. “Tan desorientado es tratar de demostrar a Dios con una fórmula matemática, como decir que la ciencia demuestra por completo que Dios no existe. Los extremos se tocan”. Para Navarro-Valls, el diseño inteligente, que es una hipótesis defendida por algunos grupos de fundamentalistas americanos, no debe confundirse con el hecho de que la religión católica acepte un Dios creador y personal. “También hay creyentes que aceptan las teorías evolutivas sin menoscabo de su fe”.  Sin embargo, no entiende que enseñar dicha teoría sea inconveniente, “siempre que se haga con los naturales matices aclaratorios para no confundir o malinterpretar los términos del debate”.

A pesar de tales argumentos, no parece que dichas doctrinas vayan a hacer acto de presencia en las escuelas españolas, ya que nuestros gobernantes comparten el punto de vista adoptado por el gabinete de Cameron. Los británicos no aceptarán ninguna propuesta de academia o escuela privada encaminada a la enseñanza del Creacionismo en el currículo científico o como alternativa a las teorías aceptadas, ya que entienden que las creencias religiosas no deben aparecer en el espacio público, especialmente cuando nos enfrentamos a un contexto social en el que las manifestaciones fundamentalistas están creciendo (sobre todo, las que provienen del islamismo radical). Creer o no en Dios es algo personal y, por tanto, se trata de un asunto que debe permanecer en el entorno privado.

Sin embargo, para algunos creyentes españoles, esa idea no es aceptable. Y está mucho menos extendida de lo que parece. En realidad, señala Navarro-Valls, esa tendencia a excluir la religión del espacio público “se da solamente en Europa y dentro de ella, sólo en algunos países, cuya suma de poblaciones cabría cómodamente en un pequeño rincón del desierto del Sáhara. Esta posición no es realista, ya que en América (Norte y Sur), Asia, África y Oceanía  se acepta con normalidad que la religión es importante en la vida social y política; no es algo vergonzante que haya que mantener en oscuros arcanos privados. Por ejemplo, en la toma de posesión de Obama éste citó cuatro a veces a Dios. O cuando Kennedy concurrió a la Presidencia de EE. UU. contra Nixon no temía que su condición de católico se convirtiera en un problema intelectualmente relevante. Lo que temía –y en parte se confirmó- es que las manipulaciones de una pequeña parte de sus adversarios políticos  lo transformaran en una ominosa corriente de rencor subterráneo, haciéndole aparecer como un hooligan de la política”.

El problema, para Navarro Valls, es que vivimos en un entorno de macarthysmo religioso “que tiende a convertir en un leproso político al hombre con determinadas convicciones. La realidad es que, en el siglo XXI, Dios está en racha”.

Treinta científicos, entre los que se encuentran Richard Dawkins o Sir David Attenborough, han suscrito una carta en la que solicitan al gobierno de David Cameron que combata la enseñanza del Creacionismo en las aulas británicas. Según los expertos, algunas fundaciones están abriendo la puerta a la  difusión en las escuelas de la teoría del diseño inteligente, una doctrina que goza de gran predicamento en Estados Unidos y que no debería estar presente de ningún modo en las escuelas, y menos aún si se financian a través de fondos públicos.