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Cómo hablar de sexo con adolescentes (I)
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Cómo hablar de sexo con adolescentes (I)

La adolescencia es una etapa de la vida en la que se producen muchos cambios. Para muchos padres y madres, es una etapa, además, en la

La adolescencia es una etapa de la vida en la que se producen muchos cambios. Para muchos padres y madres, es una etapa, además, en la que comienzan a surgir preocupaciones sobre las posibles relaciones de pareja y sexuales de sus hijos e hijas.

Muchas madres y padres desean hablar de sexualidad con sus hijos adolescentes, pero se preguntan ¿cómo hablar con ellos? ¿cómo sacar el tema? ¿necesitarán, realmente, que sus padres hablen con ellos sobre esta cuestión? La educación sexual es necesaria en todas las etapas de la vida, desde el nacimiento, y, por supuesto, también en la adolescencia. Es una labor que compete a la familia, a la escuela, y a otros agentes (centros de salud, educadores, sexólogos/as, etcétera) y, en esta labor, nadie sobra y todos tienen su papel.

Vamos a dedicar, por tanto, unas líneas, a la educación sexual de los adolescentes y las adolescentes, para apoyar a las familias en su parte de esta labor que no siempre les resulta sencilla. Comenzaremos por ofrecer algunos datos sobre la sexualidad en la adolescencia, para ofrecer en el próximo artículo claves para la educación sexual en este momento de la vida.

¿Qué características tiene la sexualidad adolescente?

Los cambios físicos juegan un papel fundamental en esta etapa: la pubertad se caracteriza porque aparecen cambios corporales (físicos y fisiológicos) importantes en chicos y en chicas. Estos cambios requieren además adaptaciones psicológicas que se derivan de la nueva consideración social que adquiere la persona (de 'niños/as' a 'adultos/as'), además de la necesidad de adaptarse e integrar esta nueva imagen, este nuevo cuerpo y lo que la sociedad ahora espera de ellos/as.

Estos cambios corporales son además en ocasiones fuente de inquietud, ya que el/la adolescente ha de formarse una nueva imagen de su cuerpo. Muchas veces los y las jóvenes (sobre todo estas últimas para quienes existe mucha más presión en cuanto a su aspecto físico) se comparan con modelos impuestos socialmente como bellos y bellas, y se perciben como poco atractivos/as. La asociación que a nivel social se establece entre atractivo físico (con unos cánones dependientes de las modas) y éxito en la vida, hace pensar a muchos adolescentes que carecen de atractivo, y que ello implica una vida plagada de fracasos.

Una de las preocupaciones fundamentales de la persona adolescente tiene que ver con su identidad. Las preguntas que se hace a sí mismo o a sí misma con respecto a quién es, quién debería ser, y su papel en el mundo, causan en ocasiones diversos momentos de ensimismamiento. A nivel social, la desvinculación de la vida familiar se hace más notoria en este periodo, conforme la importancia del grupo de iguales aumenta.

El grupo de amigos/as satisface en el adolescente necesidades de vinculación afectiva, supone un medio en el que compartir sentimientos y experiencias, en el que además los amigos/as no controlan el comportamiento como los progenitores, y que permite experimentar (entre otras cosas) sensaciones eróticas. El adolescente avanza hacia la autonomía, buscando mayor independencia en todas las áreas de su vida. Las relaciones con los padres pueden volverse complicadas, especialmente si los progenitores no aceptan que en esta etapa, de manera inevitable, sus hijos/as se van a separar en cierta medida de ellos/as.

La masturbación, que frecuentemente está presente desde esta etapa de la vida (o incluso antes) no sólo sirve para obtener placer y satisfacción, y sino que favorece el autoconocimiento, la exploración de fantasías, aumenta la autoestima, la seguridad en uno/a mismo/a en las relaciones sexuales compartidas, etc.

Generalmente, si hay masturbación ya se acompaña de fantasías (a diferencia de ciertas conductas de autoestimulación que están presentes en niñas y niños más pequeños, y que no se suelen acompañar de fantasías). En esta época son también fundamentales los modelos de conducta, con características que el joven percibe similares a las suyas, en los que proyectarse.

Comienza el interés por el otro sexo (o por el propio). El deseo se proyecta hacia otras personas, y a veces se concreta en conductas homosexuales o heterosexuales. Comienzan los enamoramientos, correspondidos o no. La adolescencia supone también el inicio de la etapa reproductiva del ser humano, con las posibilidades y los riesgos que conlleva.

Roles de género:

Los adolescentes y las adolescentes, pese a que comienzan a desarrollar el pensamiento hipotético (y por tanto, el sentido crítico), son muy normativos. Son muy sensibles a la crítica, y tienen un gran deseo de “encajar”, de ser aceptados entre el grupo de iguales, de ser considerados “normales”.

Esto hace que a veces se vuelvan un poco más rígidos con determinados papeles asignados, por ejemplo, los roles de género. Las chicas y los chicos tienen un papel asignado socialmente, también en lo referente a su aspecto, sus conductas, lo que está permitido y lo que está “socialmente castigado” según su sexo. Hay evidentemente permisos (y aún obligaciones) que los chicos tienen y las chicas no, por ejemplo, con respecto a la masturbación (ellos pueden, incluso “deben”, y ellas no, o por lo menos no deben decirlo a riesgo de ser criticadas).

En esta etapa la presión de los roles de género se hace aún mayor, con respecto a etapas anteriores.

Comunicación con la adolescente y el adolescente:

Y por su fuera poco, en muchos casos la chica o el chico adolescente desarrolla una especie de “pudor”, no sólo con su cuerpo, sino también con sus ideas. Muchos chicos y muchas chicas se vuelven poco comunicativos y poco dispuestos a expresar sus opiniones. Algunos se vuelven algo huraños y buscan más la soledad, mostrando mucho celo por preservar su intimidad.

Así pues, ¿cómo tratar el tema de la sexualidad en casa? Es, desde luego, no sólo posible, sino también muy deseable. En el próximo artículo facilitaremos algunas claves para que las familias aborden la educación sexual, también en estas edades.

Asociación www.lasexologia.com

La adolescencia es una etapa de la vida en la que se producen muchos cambios. Para muchos padres y madres, es una etapa, además, en la que comienzan a surgir preocupaciones sobre las posibles relaciones de pareja y sexuales de sus hijos e hijas.