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Cual es la mejor y la peor merienda para los niños
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Cual es la mejor y la peor merienda para los niños

Si ahora existen campañas ministeriales para inculcar a la población la necesidad de desayunar y hacerlo de forma saludable, no está demás recordar que, en realidad,

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Cual es la mejor y la peor merienda para los niños

Si ahora existen campañas ministeriales para inculcar a la población la necesidad de desayunar y hacerlo de forma saludable, no está demás recordar que, en realidad, no hay que saltarse ninguna comida. Ni siquiera aquella que relacionamos con productos más golosos: la merienda. Una recomendación que se debe llevar a su escrupuloso cumplimiento cuando hablamos de los niños, tal y como recuerda el portal guiainfantil.com.

Al igual que la comida y la cena, la merienda es una necesidad diaria que no se puede ignorar. Cuando el niño sale del colegio, después de un largo día de actividades escolares, lo primero que debe hacer es merendar. Al hacer esta parada, se sentirá más relajado y, al alimentarse bien, estará recuperando las energías que tanto necesita para continuar activo.

Según la mayoría de los nutricionistas, la merienda debe cubrir, aproximadamente, el 15% del aporte nutricional cotidiano, mientras el desayuno, un 20%, la comida, un 40%, y la cena, el 25% restante.

¿Qué es una buena merienda?

Básicamente, una buena merienda debe incluir:

- Cereales, es decir, pan, galletas, etcétera. Dará al niño la energía necesaria para el buen funcionamiento de sus músculos y de su cerebro.

- Productos lácteos, como un vaso de leche (con o sin chocolate en polvo), un yogur natural o de frutas, un trozo de queso... porque son ricos en calcio y en proteínas favorables a su crecimiento.

- Una pieza de fruta o un zumo natural de frutas, por el alto contenido de fibras y de vitamina C.

- Agua, para calmar la sed.

Hay evitar la monotonía, para que el niño se mantenga interesado en la merienda. Así, esta comida también tendrá algunas variaciones. Se puede hacer bocadillos con distintos rellenos, introducir algunos frutos secos, e incluso permitir que coma, en alguna ocasión, algún capricho dulce.

Una mala merienda

Por las prisas, u otros motivos, muchos padres no se preocupan por la calidad de los alimentos que ofrecen a sus hijos en la merienda. Si está bien equilibrada, no tiene por qué provocar obesidad. Pero sí puede alterar el estado de salud de los niños. La merienda debe ser preparada con el mismo mimo que el resto de las comidas.

Lo que no se debe hacer:

- Ofrecer al niño apenas un paquete de galletas.

- Permitir que se sacie con patatas fritas, cacahuetes o dulces.

- Pensar que con apenas un bollo estará alimentado.

- Sustituir los zumos de frutas (porque al niño no le gusta) por las bebidas gaseosas.

- Permitir que el niño meriende viendo la televisión o delante del ordenador. Eso le distraerá y creará un mal hábito.

Si ahora existen campañas ministeriales para inculcar a la población la necesidad de desayunar y hacerlo de forma saludable, no está demás recordar que, en realidad, no hay que saltarse ninguna comida. Ni siquiera aquella que relacionamos con productos más golosos: la merienda. Una recomendación que se debe llevar a su escrupuloso cumplimiento cuando hablamos de los niños, tal y como recuerda el portal guiainfantil.com.