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“Si no reformamos la universidad española ya, nos la reformarán desde fuera”
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LA ENSEÑANZA SUPERIOR ''ES TODAVÍA UNA APUESTA SEGURA''

“Si no reformamos la universidad española ya, nos la reformarán desde fuera”

“Hay que revertir el proceso de reducciones presupuestarias y realizar unas previsiones financieras estables, puesto que de lo contrario, las universidades no podrán gestionarse con eficiencia”.

Foto: La universidad española debe tomar medidas para competir con las extranjeras. (EFE / Sergio Barrenechea)
La universidad española debe tomar medidas para competir con las extranjeras. (EFE / Sergio Barrenechea)

“Hay que revertir el proceso de reducciones presupuestarias y realizar unas previsiones financieras estables, puesto que de lo contrario, las universidades no podrán gestionarse con eficiencia”. Es la principal conclusión que se desprende del informe CYD que fue presentado ayer por el vicepresidente de la Fundación CYD, Francesc Santacana, y el coordinador general del informe, Martí Parellada, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona. La Fundación CYD (Conocimiento y Desarrollo), presidida por Ana P. Botín y en la que participan grandes empresas como Inditex, Fundación Banesto, Fundación Santillana, Grupo Santander, Telefónica o Goldman Sachs Internacional nació como una “iniciativa del sector empresarial” y realiza desde hace 10 años este informe en el que se analiza la contribución de la universidad al desarrollo del país.

En un momento como el actual en el que el futuro de España depende en un alto grado de la reforma de su modelo de producción, la universidad es una pieza clave del entramado que nos permitirá competir en el extranjero aunque, como señala Santacana, “quizá no se ha producido ese debate previo sobre el modelo productivo que España debe tener”. La tesis mantenida por el informe es que la reforma de la Universidad española ha de realizarse ya o, como recuerda el vicepresidente, “nos la harán desde el extranjero y los estudiantes se irán fuera”. El objetivo ha de ser afrontar la creciente competitividad que las universidades de los países emergentes está generando.

En definitiva, indica Parellada, “es hora de ponerse manos a la obra y que ese debate que se ha producido sobre la universidad se traslade al debate parlamentario”, algo que puede no ocurrir hasta el segundo semestre de 2014, a pesar de la existencia del llamado ‘informe Wert’ encargado a una comisión de expertos y en el que se sometía a debate la necesidad de reformar la universidad española y de qué manera hacerlo. Pero, ¿en qué punto se encuentra la universidad española, hacia dónde se dirige, y hacia dónde debería encaminarse si queremos evitar la debacle?

Ir a la Universidad sigue siendo rentable

Aunque la crisis parezca haber devaluado la importancia de poseer estudios superiores a la hora de encontrar trabajo, sobre todo durante los últimos tres años, los datos recuerdan que “la universidad sigue siendo una apuesta segura y la mejor forma de ingresar en el mercado laboral”. El nivel de ocupación de los universitarios se encuentra 10 puntos por encima de la media de la población española y la tasa de paro juvenil entre universitarios se halla en el 15%, doce puntos por debajo de la media. Sin embargo, un nivel de paro muy superior al de la media de la Unión Europea, que se encuentra en el 6%. El paro entre doctores se sitúa en el 6% tras un crecimiento de cuatro puntos en los últimos tres años.

Una buena noticia: la producción científica aumenta

Según indica el informe, uno de los retos que tiene por delante la universidad es ser capaz de cumplir con su tercera función, más allá de la formación y la innovación, es decir, la transferencia del conocimiento a las empresas. Uno de los datos más esperanzadores que permitecreer en esta transferencia es el significativo aumento de la producción científica gracias, en un alto grado, a la emergencia de centros autónomos de investigación cuyos estudios se sitúan entre los más citados a nivel mundial. Sin embargo, también se ha producido un descenso del liderazgo, ya que el porcentaje de investigaciones con españoles como primeros autores ha descendido. En lo referente a las patentes, estas han seguido creciendo durante los años de crisis, aunque Parallada matiza que quizá los efectos de esta se noten en un plazo más largo. Por el contrario, la creación de spin off, es decir, empresas surgidas de la universidad, ha descendido en un 15,3% en un año.

La empleabilidad, criterio esencial

“Hay que redoblar los esfuerzos en mejorar la empleabilidad de los estudiantes universitarios”, señaló Martí Parellada. Un empeño necesario para conseguir que la universidad comprenda y se adapte mejor a las necesidades del mercado laboral. No obstante, el profesor reconoce las grandes dificultades que debería afrontar dicha evolución: “Habría que cambiar modelos, actitudes, analizar las competencias que piden las empresas, identificar desajustes” y realizar otras reformas como redibujar el mapa de las titulaciones en España, donde ahora mismo existen unas 2.500 titulaciones de grado y 3.000 másters. Aunque, como recuerda el profesor, “no es importante únicamente la empleabilidad, sino también el fomento del talento”.

Un nuevo modelo de financiación de las universidades

La disminución de la inversión pública en las enseñanzas superiores ha repercutido en un aumento de las tasas universitarias que, en el caso del máster, han aumentado un 67% entre el curso 2011/2012 y el 2012/2013 y un 12% en el caso de los grados. Esto señala un claro cambio en el modelo de financiación de los estudios en la universidad en el que la inversión pública y privada se encuentra en clara recesión al mismo tiempo que los precios públicos aumentan. Parallada cita el ejemplo del debate que se produjo en el Reino Unido y que llevó a un aumento de las tasas universitarias hasta casi el coste de los estudios, a cambio de permitir su financiación a través de préstamos que se devuelven cuando el estudiante comienza a trabajar. Unido a ello debería producirse una revisión del sistema de becas, “inferior al de otros países”, que permitiese tanto el acceso a la educación a aquellos con menos recursos como el reconocimiento de la excelencia.

No todas las universidades reciben lo mismo

La disminución de los ingresos no financieros ha caído en un 7,8% entre los años 2009 y 2011. Sin embargo, los datos proporcionados por la Fundación demuestran que existe una dispersión entre las transferencias recibidas en unas comunidades autónomas y otras. Así, durante esos mismos años, los ingresos no financieros de las universidades públicas presenciales del País Vasco han aumentado un 9%, mientras que los de Castilla-La Mancha se han reducido en un 17,29%.

La competitividad con el extranjero, esencial

Otro de los retos a los que habrá de enfrentarse la universidad española en el futuro inmediato es la creciente competitividad originada ya no únicamente por los grandes centros europeos y americanos sino también con universidades de países emergentes, como las universidades asiáticas de Shanghái o Pekín, en las que, como señala Santacana, la visión más global de sus estudiantes los diferencia de los que proceden de las universidades occidentales. Tambiénhabrá que poner remedio a la salida de titulados españoles al extranjero, así como retener el profesorado de excelencia tanto nacional como extranjero que está abandonando la universidad española.

El primer paso de la reforma, proporcionar más independencia a cada centro

El impacto de la crisis ha hecho aumentar las dificultades y limitaciones con las que los rectores y gobiernos de cada centro han de lidiar. Ante esta creciente competitividad, la solución propuesta desde la Fundación es garantizar que cada universidad se dote de las herramientas necesarias para competir, como por ejemplo, la autonomía financiera, la independencia en la selección de estudiantes, en la libertad de contratación de personal o en la aprobación del producto, que ahora se encuentran sometidos a órganos centrales como ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación). Un tipo de reforma que no implica necesariamente un aumento de los recursos económicos, sino una racionalización de los mismos, y que se ha implantado con éxito en otros países como Finlandia.

“Hay que revertir el proceso de reducciones presupuestarias y realizar unas previsiones financieras estables, puesto que de lo contrario, las universidades no podrán gestionarse con eficiencia”. Es la principal conclusión que se desprende del informe CYD que fue presentado ayer por el vicepresidente de la Fundación CYD, Francesc Santacana, y el coordinador general del informe, Martí Parellada, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona. La Fundación CYD (Conocimiento y Desarrollo), presidida por Ana P. Botín y en la que participan grandes empresas como Inditex, Fundación Banesto, Fundación Santillana, Grupo Santander, Telefónica o Goldman Sachs Internacional nació como una “iniciativa del sector empresarial” y realiza desde hace 10 años este informe en el que se analiza la contribución de la universidad al desarrollo del país.

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